"La Franja de Gaza no es una guerra, es un machaque diario a la población civil” El desgarrador testimonio de un cooperante malagueño
Alfonso Artacho es coordinador de logística en Médicos Sin Fronteras y acaba de llegar de Gaza

"La Franja de Gaza no es una guerra, es un machaque diario a la población civil” El desgarrador testimonio de un cooperante malagueño
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Málaga
El malagueño Alfonso Artacho, arquitecto técnico de formación y coordinador de logística en Médicos Sin Fronteras, acaba de regresar de su tercera misión en la Franja de Gaza, donde ha permanecido seis semanas en un contexto de violencia extrema. Su testimonio no solo refleja la dureza del trabajo humanitario en zonas de conflicto, sino también el impacto emocional de vivir en un territorio sitiado. Artacho ha pasado por los micrófonos de SER Málaga en el programa Hoy por Hoy para contar en primera persona su experiencia ayudando y organizando la logística que Médicos Sin Frontera tiene desplegada en la franja. Ya puedes escuchar su estremecedor testimonio.
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Hoy por Hoy Málaga (29/09/2025)
"Yo no he visto una guerra. Lo que he visto ha sido un machaque continuo a la población civil", ha manifestado Artacho, quien asegura que diariamente están "asesinando personas inocentes" y bombardeando infraestructuras esenciales como hospitales. El cooperante malagueño ha relatado episodios muy impactantes que ha vivido en primera persona y ha asegurado que la gente está muy deteriorada viviendo sin medidas de higiene y con dificultades para acceder al agua potable.
Alfonso describe un panorama devastador: hospitales bombardeados pese a la presencia de equipos humanitarios, ciudades reducidas a escombros y un pueblo, el palestino, agotado física y emocionalmente por años de asedio, falta de alimentos, agua potable y servicios básicos. “Rafah, donde trabajé en mis primeras misiones, hoy es un solar lleno de escombros”, relata con la voz cargada de tristeza.
El coordinador de logística ha explicado en la radio que su labor consiste en organizar todo lo necesario para que los equipos médicos puedan operar: construcción, suministro de agua y electricidad, movilidad y seguridad del personal. “Dentro de Gaza no hay lugar seguro. Cada movimiento puede convertirse en un riesgo de muerte”, asegura.
Artacho subraya la gravedad de la situación humanitaria: “No es una guerra convencional. Lo que se ve desde dentro es un machaque diario a la población civil: bombardeos indiscriminados, corte de acceso a alimentos, agua y medicinas. Los hospitales apenas funcionan por falta de combustible y suministros”.
En cuanto al debate político sobre si lo que ocurre en Gaza debe calificarse como genocidio, Alfonso se mantiene enfocado en la realidad sobre el terreno: “Lo que he visto son civiles asesinados todos los días, niños heridos, personas mayores sufriendo. A ver qué calificativo utilizamos si no es genocidio.”.
Este cooperante ha denunciado también que la ayuda humanitaria entra muy poco a poco a pesar de que llegan muchos camiones para aliviar la situación y su mensaje a los ciudadanos es claro: “Lo que ven en los medios es real. Las condiciones de vida en Gaza son inaceptables, y la ayuda humanitaria llega con cuentagotas. No podemos dar la espalda a lo que ocurre allí" asegura.
“Estar un mes trabajando cada día en situaciones límite y de repente marcharte de allí, dejándolos atrás, no es fácil”, confiesa. “Hay tanto trabajo por hacer que siempre te quedas con la sensación de que te quedarías allí indefinidamente”.
A pesar de los riesgos, este ingeniero malagueño asegura que volverá a Gaza en cuanto tenga la oportunidad aunque no sea un lugar seguro. "Cada día allí puedes salvar vidas, y eso es lo que importa”.
Este ingeniero también ha confesado que su experiencia ha impactado en su vida personal. Alfonso es padre de tres hijos y reconoce que explicarles su trabajo no ha sido fácil: “La primera vez que me fui a Gaza estaban muy asustados. La última vez, muy enfadados. Al menor de mis hijos no le dije que estaba allí hasta que llevaba días en la misión. Intentan comprenderlo, pero no pueden imaginar que repita esta experiencia tres veces”.
Artacho, malagueño de nacimiento, comenzó su labor con Médicos Sin Fronteras en 2006 y desde entonces ha trabajado en Angola, Haití, Malawi, Sudán del Sur, Mali, Sierra Leona, Colombia y territorios palestinos. Su experiencia en Gaza comenzó con el asedio de octubre de 2023, regresando recientemente tras seis semanas de labores logísticas en la ciudad y su entorno. Sus palabras son un recordatorio del coste humano que muchas veces queda fuera de los titulares.




