El juicio por el asesinato del sacristán de La Palma entra en su fase clave con la prueba pericial psiquiátrica
Gutiérrez Luna confía en que la sentencia se conozca antes de que finalice el mes
Segundo día de juicio por el asesinato del sacristán Diego Valencia
Algeciras
La Audiencia Nacional continúa este martes con la segunda jornada del juicio por el asesinato de Diego Valencia, el sacristán de la Iglesia de La Palma en Algeciras, con la declaración de los peritos psiquiátricos, considerada una de las pruebas más determinantes del proceso.
El abogado de la familia de la víctima, Manuel Gutiérrez Luna, ha explicado en una entrevista a Hoy por Hoy Campo de Gibraltar, con Gloria Masallá, que esta fase será decisiva para esclarecer la capacidad mental del acusado, Yassine Kanjaa, en el momento de cometer los hechos. “Hoy comparecen siete psiquiatras ante el tribunal; cuatro de ellos coinciden en que, aunque el acusado padecía una patología psicótica, sus facultades no estaban anuladas, solo afectadas”, señaló.
El Ministerio Fiscal solicita una pena de 50 años de prisión, mientras que la acusación particular, que representa a la familia de Valencia, pide 25 años. “Sabemos que su capacidad no estaba al completo, por eso hemos ajustado la petición”, precisó Gutiérrez Luna. El letrado confía en que la sentencia se conozca antes de que finalice el mes.
Durante la primera jornada del juicio declararon diez testigos, quienes coincidieron en describir la frialdad del acusado y su obsesión con la víctima, a quien confundió con un sacerdote. Algunos de ellos, según el abogado, aún requieren apoyo psicológico por las secuelas del suceso. “Pese a los nervios, su testimonio fue firme y coherente, lo que ha aportado tranquilidad a la familia”, afirma.
Gutiérrez Luna destaca también que los testigos contaron con medidas de protección durante el juicio, como declarar sin ser vistos por el acusado. “No han solicitado protección adicional, aunque algunos medios esperaban sus declaraciones a la salida de la Audiencia”, explicó.
Respecto al acusado, el abogado reconoció el cambio físico que ha experimentado en los dos años y medio de prisión preventiva. “Cuando lo vimos, apenas lo reconocimos; ha ganado peso y su aspecto es muy distinto al de entonces”, relató.
Sobre las posibles consecuencias judiciales, Gutiérrez Luna aclaró que, incluso si se reconoce una anomalía psíquica, el acusado no quedaría en libertad inmediata. “En ese caso, se le impondría una medida de seguridad y permanecería internado en un centro psiquiátrico penitenciario entre 20 y 25 años”, explicó.
La familia de Diego Valencia, según su abogado, afronta estos días con tristeza pero serenidad, confiando en que la justicia determine la responsabilidad del acusado. “Revivir lo ocurrido es muy doloroso, pero ver cómo los testigos confirman lo que sucedió les da cierta paz”, concluyó Gutiérrez Luna.