Este martes se cumplen dos años del asesinato a manos de Hamás de la joven sevillana Maya Villalobos
En Hoy por Hoy Sevilla hemos hablado con su padre, Eduardo Villalobos: "En estos días todo se revuelve mucho, pero los abrazos me siguen llegando"

Este martes se cumplen dos años del asesinato a manos de Hamás de la joven sevillana Maya Villalobos
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Su hija, de 19 años, estaba realizando el servicio militar en Israel. La joven se encontraba en la base militar de Nahal Oz, muy cerca de la Franja de Gaza, desde donde Hamás lanzó su asalto masivo el 7 de octubre. En redes sociales habían circulado imágenes en las que se veía el ataque contra esta posición militar y en las que se podía apreciar algunos cuerpos. Maya finalmente fue identificada como uno de los muchos cadáveres después de la masacre.
Eduardo Villalobos se encuentra este martes en Israel y esta misma mañana ha visitado el cementerio donde está enterrada su hija: "Ahora voy a tomarme algo con algunas amigas de Maya, acabamos de salir del cementerio", comentaba al principio de la entrevista.
"Tengo las tripas revueltas, la ceremonia de ayer fue muy emotiva, pero su madre está muy mal, no es capaz de superar la situación", decía Villalobos sobre la situación que está viviendo la madre de Maya. Eduardo Villalobos, sin embargo, no se encuentra mal, "aunque en esta época todo se revuelve, también porque Maya nació, además, el día 1. Intento andar comino y seguir adelante lo mejor que se" puntualiza sobre su situación".
El 10 de marzo de este año, el ministro del Interior, Grande-Marlaska, condecoró con la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a título póstumo a Iván Illarramendi y Maya Villalobos, asesinados en los atentados terroristas de Hamás, para "evitar la desmemoria".
Eduardo Villalobos es profesor titular de la Universidad de Sevilla (microbiólogo), y fue él quien pidió ayuda al ministro de Asuntos Exteriores a través de redes sociales porque no tenían ningún tipo de información desde el sábado, a las 9.30 de la mañana.
En las entrevistas que se le han realizado, ha pedido "abrazos, me quita algo de dolor, que es inmenso, eso y los mensajes de ánimo o de ayuda que me brinda la gente".




