Un asunto muy personal
El caso es grave. En lo sanitario, en lo social y en lo político. Se buscan responsables, y no falta el comodín de la herencia recibida

Sevilla
Se nota la ansiedad estos días. La de las de dos mil mujeres que esperan esa segunda prueba que aclare si tienen o no cáncer de mama. Esa prueba que nunca llegó, y de la que tampoco nadie les informó.
Se nota también la ansiedad del Gobierno andaluz, que hoy ha anunciado un plan urgente para resolver los errores cometidos en el cribado de cáncer de mama.
Y no es para menos. Esta polémica, que no deja de crecer y ha llegado ya a los tribunales, se ha convertido en la peor crisis que ha afrontado Juan Manuel Moreno desde su llegada al poder.
Han fallado los protocolos, ha fallado la comunicación, ha fallado —y mucho— la empatía. Y sigue sin quedar clara la investigación de las causas, con explicaciones francamente contradictorias.
Ahora lo que no puede fallar es la solución: que estas dos mil mujeres tengan cuanto antes esa segunda prueba que las saque de la incertidumbre y de la indignación.
El caso es grave. En lo sanitario, en lo social y en lo político. Se buscan responsables, y no falta el comodín de la herencia recibida. Siete años y medio después. Se entienden los nervios del Partido Popular cuando no asomamos ya a un 2026 con elecciones andaluzas en el calendario.
Hay asuntos, fíjense, de los que los periodistas hablamos mucho, como la financiación autonómica, la condonación de la deuda, que seguramente no forman parte de las conversaciones del día a día de los andaluces. Pero este tema sí. Esto se comenta en las peluquerías, en los supermercados, en los cafés de las empresas, en las familias. Porque casi todos tenemos muy cerca —demasiado cerca— a alguien ha tenido o padece cáncer.
Y por eso, este asunto, queda claro, tiene una intensísima carga emocional. Un ingrediente político explosivo.




