Al grito de “sanidad pública”, cientos de personas claman en Jaén contra el escándalo de los cribados de cáncer de mama

Jaén

Al grito de “sanidad pública”, cientos de personas claman en Jaén contra el escándalo de los cribados de cáncer de mama. Alrededor de unas 300 personas se han apostado en la tarde de este jueves a las puertas de la delegación territorial de salud y familias de la Junta de Andalucía en Jaén para exigir el cese del deterioro de la sanidad pública. Con el lema ‘Nuestra vida NO puede esperar’, se recordaban “los inadmisibles fallos en el cribado del cáncer de mama por parte del SAS”, que “están poniendo en peligro la vida de miles de mujeres”.

Una concentración apoyada por AJICAM, la Asociación Jiennense del Cáncer de Mama, y que tiene lugar tras el escándalo social que le ha costado el cargo a la consejera de salud y consumo de la Junta de Andalucía, Rocío Hernández. Se había dado a entender que el problema solamente afectaba al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, pero nada más lejos de la realidad. Hoy, precisamente, desvelábamos en Radio Jaén Cadena SER el caso de Lola Cano, una jiennense de 49 años afectada por esta situación y a la que tuvieron 20 meses sin seguimiento tras las pertinentes pruebas, ya que tenía antecedentes familiares.

De hecho, según AJICAM, la Asociación Jiennense de Cáncer de Mama, son una treintena los casos que les ha llegado por parte de mujeres de la provincia de Jaén en una situación similar. “Ha sido un escándalo inmenso y gravísimo. Se suponía que eran tres o cuatro casos aislados, y no es así. Tampoco es un caso aislado de Sevilla, donde se han registrado muchas pacientes, pero también aquí en Jaén o en otros lugares como Huelva. En general, afecta a toda Andalucía. El problema es inmenso”, en palabras de Gema Liébana, presidenta de AJICAM.

La asociación está recopilando datos y testimonios para estudiar la posibilidad de presentar una denuncia colectiva. “Nosotras disponemos de un gabinete jurídico, y estamos desde el jueves pasado, cuando me puse en contacto con la Asociación AMAMA, hablando con ellas. Nos dijeron que impulsarían una denuncia colectiva. Como nosotras disponemos de un gabinete jurídico, estamos cogiendo todos los datos personales de pacientes que han sido ya diagnosticadas y entran dentro del problema de cribados mal ejecutados. Se están estudiando los casos para realizar lo que nos digan los abogados”.

Sobre si la dimisión de la consejera de salud soluciona o no el problema, Gema Liébana lo tiene muy claro: “Una dimisión no arregla el problema. El problema se arregla, desde mi punto de vista, contratando a más personal. Porque nosotras tenemos a nuestra disposición, en Jaén, excelentes profesionales sanitarios. No sabemos dónde está en sí el problema. Ahora que ha dicho el señor Juanma Moreno que iba a llamar a todas las mujeres con cribado sospechoso, yo le digo que lo que debería de hacer es contratar el máximo de personas, para que agilicen el problema”.

El caso de Silvia Oya

En declaraciones para Radio Jaén Cadena SER, Silvia Oya García desvelaba su caso, que no afecta a los cribados en sí, pero que demuestra los retrasos en los diagnósticos y tratamiento del cáncer de mama: “Mi caso no ha sido por los cribados que se hacen en la edad que corresponde. Mi caso es, si cabe, aún más grave. Mi médico de cabecera me detectó un bulto sospechoso. Fue listo y me derivó a Patología Mamaria y a que me hicieran una mamografía, a ambos sitios para ver cual llegaba antes. Y la sorpresa fue que esta prueba se me tenía que haber hecho, al ser paciente preferente y con motivo de sospecha, entre siete y quince días, pero yo recibí la carta de la mamografía a los tres meses. Me hago la mamografía y el propio radiólogo me hace la biopsia sobre la marcha, y me dice allí mismo que tengo cáncer, en la consulta, y me derivan a oncología, donde no me vieron hasta dos meses después”.

Por ello, Silvia Oya critica que “la preferencia aquí, y más sabiendo que soy una paciente de cáncer recién diagnosticado, no se ha cumplido. Estamos hablando de dos meses. Pero es que lo peor es que cuando termino el tratamiento de quimioterapia, a mí me tienen que operar como máximo en la octava semana tras la finalización del tratamiento. Después de luchar mucho, y tras ir a reclamar mil veces, consigo que me operen en la semana once". Por ello, asegura que no solo hay un problema en los cribados, también en diagnósticos y tratamientos.