Vecinos del casco histórico alertan de problemas de seguridad y los hosteleros piden diversificar fechas ante el Magno Vía Crucis

Córdoba

Varias asociaciones vecinales del casco histórico de Córdoba han denunciado los "riesgos de seguridad y las molestias" que provocará el Magno Vía Crucis que se celebrará este sábado en la ciudad.

En una nota de prensa, firmada por colectivos como La Axerquía, Galea Vetus, Regina Magdalena o Córdoba Solidaria, los vecinos critican la falta de información previa y la ausencia de participación ciudadana en la organización de un evento que, según sus cálculos, reunirá a unas 150.000 personas en una zona donde residen cerca de 40.000.

Vecinos denuncian "encierro domiciliario"

Marina Castro, portavoz de la Asociación Regina Magdalena, ha explicado que los vecinos no fueron informados más allá de los carteles colocados por la Policía Local en los últimos días, que prohíben el uso de cocheras desde las cuatro de la tarde hasta las once de la noche. Asegura que esta situación “supone un auténtico encierro domiciliario” y que, además de las molestias por los cortes de tráfico y la retirada de vehículos, existen riesgos de seguridad en calles estrechas donde puede producirse un “efecto ratonera” en caso de emergencia.

Las asociaciones también advierten del posible incumplimiento de la ordenanza municipal sobre el ruido, que limita el impacto sonoro de eventos religiosos o culturales a 30 decibelios. “Estamos hablando de cifras similares o superiores a un macrofestival como el Córdoba Live, pero dentro del casco histórico”, ha señalado Castro. Los colectivos insisten en que sus críticas no tienen un trasfondo religioso, sino que reclaman que este tipo de actos se planifiquen de forma compatible con la vida vecinal.

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Hostecor habría preferido otras fechas

Desde el sector de la hostelería, el presidente de Hostecor, Jesús Guerrero, considera positivo que se organicen eventos que atraigan visitantes, aunque cree que el Vía Crucis se podría haber celebrado en otra fecha. “Todo lo que sea organizar es bueno, pero el puente de octubre ya tiene una gran capacidad hotelera. Si se hubiera hecho a mediados de noviembre, habríamos diversificado mejor la afluencia”, apunta.

Guerrero señala que los hosteleros han llegado a acuerdos con el Ayuntamiento para facilitar el desmontaje y montaje de terrazas durante el paso de las procesiones y confía en que el evento sea beneficioso para la ciudad, aunque admite que puede suponer un inconveniente para los turistas que lleguen sin saber que se celebra este acontecimiento. “Por una parte se encontrarán con algo único, pero también con limitaciones en sus visitas”, reconoce.