Actos con motivo del Centenario de la Hermandad de Santo Entierro Jódar (1925 – 2025)
Organizados por la Antigua, Muy Ilustre y Oficial Cofradía de Jesús Yacente y Nuestra Señora de los Dolores y Soledad

Actos con motivo del Centenario de la Hermandad de Santo Entierro Jódar (1925 – 2025)
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Jódar
Jueves, 9 de octubre, a las 20:15, en el salón de actos del Centro Parroquial 'Santísimo Cristo de la Misericordia',presentación del libro 'El Santo Entierro y la Virgen de los Dolores en la Historia de Jódar', obra del cronista oficial de la Ciudad, Ildelfonso Alcalá Moreno, con actuación del grupo de cámara 'Galduria Magna'.
El acto contaba con la presencia de la Hermana Mayor, Juan Vargas Megias, el párroco de las dos parroquias de Jódar y arcipreste de Mágina, Juan Guerrero Moreno, y el autor del libro, Cronista Oficial de la ciudad, Ildefonso Alcalá Moreno.

Intervención de Ildefonso Alcalá Moreno, autor del libro 'El Santo Entierro y la Virgen de los Dolores en la Historia de Jódar' / Antonio Plaza

Intervención de Ildefonso Alcalá Moreno, autor del libro 'El Santo Entierro y la Virgen de los Dolores en la Historia de Jódar' / Antonio Plaza
Ejercía de presentador del acto Juan Jesús Vargas García, “...En la calma que deja un siglo de historia, donde la fe se convierte en palabra y la devoción en memoria, nace y ilumina obra que recoge el latido de cien años. Cien años de promesas, de silencios ante el Cristo yacente, de mirada al cielo buscando consuelo bajo el manto de Nuestra Señora de los Dolores y Soledad. Cien años que hoy se hace el libro para que la memoria no se pierda y para que las generaciones venideras sigan sintiendo como nosotros el orgullo de pertenecer a esta cofradía.

Juan Jesús Vargas, presentador del acto del libro sobre la historia del Santo Entierro / Antonio Plaza

Juan Jesús Vargas, presentador del acto del libro sobre la historia del Santo Entierro / Antonio Plaza
Muy buenas noches a todos.
Sean bienvenidos a este acto tan especial, en el que nos reunimos para presentar el libro conmemorativo del centenario de nuestra cofradía. Una obra que no solo recoge hechos y fechas, sino también el alma de quienes a lo largo del tiempo han hecho posible que esta hermandad siga viva, firme y unida.
Este libro es el testimonio de un pueblo que ha sabido mantener su fe intacta, generación tras generación. Es la voz de quienes un día levantaron los primeros tronos, de quienes guardaron las llamas de la devoción en los años difíciles y de quienes hoy continúan escribiendo con amor y entrega esta historia centenaria...”.
A continuación tomaba la palabra la Hermana Mayor y Presidenta de la Cofradía, Juana Vargas Mejías, “... Sean todos bienvenidos a este acto tan esperado y entrañable.

La Hermana Mayor de la Cofradía del Santo Entierro, Juana Vargas Megías, en la presentación del libro / Antonio Plaza

La Hermana Mayor de la Cofradía del Santo Entierro, Juana Vargas Megías, en la presentación del libro / Antonio Plaza
Hoy nos convoca un motivo muy especial, la presentación del libro conmemorativo del centenario de Nuestra querida Antigua, Muy Ilustre Oficial Cofradía de Jesús y Nuestra Señora de los Dolores y Soledad. Este libro no es solo una recopilación de fotografías, documentos o recuerdos. Es un testimonio vivo de cien años de fe, de entrega y de amor a nuestros sagrados titulares.
Cada página guarda el alma de nuestra hermandad, el esfuerzo silencioso de tantos hermanos y hermanas y el eco de las oraciones que, a lo largo de un siglo, han dado forma a nuestra historia.
En él encontramos el reflejo de una devoción que ha atravesado generaciones, devoción que ha sabido mantenerse firme, aun en los tiempos más difíciles, guiada siempre por la mirada serena de Jesús y el amparo materno de Nuestra Señora de los Dolores y Soledad. Quiero expresar mi más sentido agradecimiento a quienes han hecho posible esta obra, especialmente a su autor, nuestro querido Ildefonso, por el cariño, la dedicación y el respeto con que ha sabido recoger la esencia de nuestra cofradía.
Este libro es, sin duda, un homenaje a quienes nos precedieron, a todos los que sembraron la semilla de esta hermandad y la hicieron crecer con su fe, su compromiso y su ejemplo. Pero también es una mirada al futuro, una invitación a las nuevas generaciones para seguir cuidando y amando esta cofradía, que es parte del corazón de Jódar. Como hermana mayor, me siento profundamente emocionada y orgullosa de poder vivir este movimiento histórico.
Hoy damos un paso más dentro de este camino centenario, que no solo celebra una fecha, sino que reafirma nuestra identidad como cofradía, como iglesia y como comunidad.
Que este libro sea fuente de memoria, de inspiración y de fe, y que Jesús Yacente y Nuestra Señora de los Dolores y Soledad sigan siendo siempre nuestro refugio, nuestra esperanza y nuestro guía...”.

Público asistente al Salón Parroquial a la presentación del libro sobre la historia del Santo Entierro de Jódar / Antonio Plaza

Público asistente al Salón Parroquial a la presentación del libro sobre la historia del Santo Entierro de Jódar / Antonio Plaza
También intervención del párroco, Juan Guerrero Moreno, “... Querido Ildefonso, cronista oficial de nuestra villa, hermanos y hermanas todas que en esta noche, en esta tarde, hemos venido congregados por el Santo Entierro a esta presentación de este libro, de esta obra.
No podemos olvidar que estamos en un año muy especial, 2025. Estamos en año jubilar, 2025 años, estamos celebrando el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. Y el Papa Francisco, el Papa anterior de Feliz Memoria, nos invitaba a ser peregrinos de esperanza.
La esperanza que contemplamos en ese Cristo Yacente, en esa Su Madre, la Virgen de los Dolores y Soledad, cada Viernes Santo, cuando pasean por las calles de nuestra ciudad, de nuestro pueblo de Jódar. Esperanza en un mundo mejor, esperanza en un mundo resucitado, esperanza en un mundo de luz. Luz que a veces nosotros ocultamos con nuestra manera de comportarnos, con nuestra manera de tratarnos, con nuestra manera de hablarnos los unos a los otros.
Esperanza. Hagamos de nuestro mundo que haya esperanza. Y 100 años de historia de una hermandad, de una cofradía, nos habla precisamente de que la unión hace la fuerza.
Que unidos como esa cadena, eslabón a eslabón, se va llegando lejos. Nuestro mundo nos habla del divide y vencerás. No es verdad.
Esa no es la realidad. Y la experiencia nos habla de que unidos llegamos más lejos. Y estamos hablando de 100 años, aunque ya se nos ha dicho, no son 100 años, son más siglos, aunque de la hermandad el último tiempo son 100.
Vivamos en unidad. Pidámosle al Cristo Yacente a Jesús muerto, a la Santísima Virgen de los Dolores en su Soledad, que nos ayude. Que esto no se quede en un papel, en 338 páginas, que no se quede en simple pregón, en simple culto, en simple procesión, sino que sea una ayuda, que sea una fortaleza para hacer de nuestro mundo un mundo mejor.
Ese mundo en nuestra parroquia, ese mundo en nuestra ciudad, en nuestro ayuntamiento, en nuestros colegios, en nuestros institutos, en nuestras instituciones, en definitiva en cada uno de los que vamos caminando. Que Jesús Yacente, que la Virgen de los Dolores nos ayude, que vivamos con esperanza, que seamos verdaderos peregrinos unidos unos a otros para alcanzar el bienestar aquí en este mundo y después en el otro...”.
Las intervenciones las completaba el autor de la obra, Ildefonso Alcalá Moreno, que apuntaba algunos detalles del libro, “... Lo prometido es deuda y nos congregamos esta noche nuevamente en este espacio de nuestra parroquia para retomar los actos conmemorativos del Centenario de la Hermandad del Santo Entierro.

Presentación del libro sobre la historia de la Cofradía del Santo Entierro de Jódar
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Y lo hacemos para presentar este libro que reúne la dilatada historia de la devoción al Santo Entierro y a Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad, desde el año 1656 y ya como hermandad desde el año 1925. Como bien se ha dicho aquí, son 338 páginas, yo me acuerdo con la primera reunión con Marco, dicen, no sé a cuánto llegaremos porque de la Hermandad del Santo Entierro pues había poco escrito y el archivo de la hermandad pues brilla por su ausencia, sobre todo el archivo antiguo que pues no existe.
Creo que estas páginas servirán para que los cofrades de esta hermandad y los entusiastas que les guste la Semana Santa de Jódar tengan un nuevo instrumento de lectura, consulta y conocimiento de una de las cofradías más importantes con las que cuenta nuestra ciudad y que con esta obra se ve llena de honra, prestigio y reconocimiento.
Prácticamente he partido de cero, como he dicho con anterioridad en la redacción de este libro, solamente había publicado dos o tres trabajos sobre la hermandad. A esto se sumaba el casi inexistente como he dicho archivo de la cofradía tan escueto y nulo en documentación antigua o la falta ya de sus protagonistas vivos.
Su historia se perdió entre escombros, apatía y llamas. Llevo más de 40 años visitando los diferentes archivos de la provincia de Jaén hasta reunir en mi archivo de personas miles de anotaciones y documentos relacionados con la historia de Jódar. A esto se une el que también puse otro archivo de personas de coleccionismo de todo lo relacionado con Jodas que cuenta actualmente con varios miles de documentos escritos, impresos y fotografías, pieza única y es irrepetibles.
Es más en este pueblo que nunca le ha gustado guardar mucho las cosas. Siempre hemos hecho limpieza.
Todo ello me ha servido para ir reconstruyendo el puzzles de la historia de la hermandad, aportando para esta obra documentos y noticias inéditas, todo debidamente documentado y científicamente estructurado como debe de ser.
En cuanto a la historia reciente, la de los últimos años, he contado con la inestimable ayuda de la actual Junta de Gobierno y sobre todo de Don Juan del Jesús Díez, que pacientemente leyó todos los borradores originales y corrigió y anotó todo aquello que creyó oportuno y de mi queridísimo amigo Don Juan Mengibar Ramos, que colaboró intensamente, diría con entusiasmo, en todo lo relacionado con la Virgen de los Dolores.
A ello y al resto de colaboradores, que los cito a todos en la introducción del libro, muchísimas gracias. A pesar de todo el esfuerzo, se han podido quedar omitidos datos protagonistas o que os encontréis algunas imprecisiones, para lo cual ruego vuestra comprensión.
Igualmente, he querido que esta obra estuviese bien ilustrada. A mí siempre me gusta que a la letra acompañe la imagen. Y este libro cuenta con 360 fotografías antiguas y modernas, de la mayoría de los archivos, sobre todo, de la mayoría de los archivos de mis queridos amigos Don Ángel Balboa Bertrán y Don Juan López García, principalmente.
Después de su edición, han aparecido otras interesantes fotografías, que ya no han podido ser incluidas. Lo harán en futuras publicaciones que haga la Hermandad. También quiero dedicarle unas palabras a su maquetador, mi buen amigo Juan José Ramírez.
A él le debo el diseño y el que el tamaño de la fuente de la letra fuese lo más legible posible. Y al interés de su hermana mayor, para que la edición de esta obra tuviese la calidad que tenéis en vuestras manos y su compromiso para sufragar esta obra.
Sintetizar la historia de la Hermandad del Santo Entierro ha sido una tarea de auténtica investigación de las fuentes documentales, gráficas y orales.
En sus ocho capítulos se detalla el devenir de esta histórica y centenaria hermandad y los anhelos de quienes a lo largo de la historia trabajaron para engrandecerla. El libro es un homenaje a todos ellos. Aquí quiero hacer recordar a Cristóbal Navarro Romero, que es de los pocos hermanos antiguos de la Junta Directiva.Yo creo que es el único que todavía está entre nosotros. Durante veintiún años estuvo unido a la Junta Directiva de esta hermandad. Fue una de las hermandades de los periodos más longevos con Juan Rodríguez Molina (El Chico).
La Hermandad del Santo Entierro es su Cristo Yacente, verdadera obra de arte de la ciudad que atesora nuestro pueblo, pero sin duda es la Virgen de los Dolores quien aglutina la devoción de todo el pueblo, sea o no de esta hermandad. A ella van dedicados tres capítulos de esta obra, que quieren reivindicar su devoción señera y única, que no debe de aletargarse.
Mi agradecimiento sincero a quienes de una u otra manera han colaborado conmigo para que la obra fuese definitiva.
Deseo que este intenso trabajo y esfuerzo personal que he realizado sea valorado por esta hermandad y su hermanos ha sido una dedicación generosa y con mucho cariño hacia el Santo Entierro y la Virgen de los Dolores.
En una ciudad muy de Semana Santa como es Jódar, pero en la que la mayoría de sus cofrades ignoran o pasan de su historia, condenándolos a un rumbo perdido sin raíces, influenciado siempre por leyendas urbanas o por corrientes externas que creemos siempre son mejores que lo nuestro. Y no nos ligamos cuando nos inventamos fechas de fundación o adornamos con títulos que no tienen el nombre de nuestras cofradías.
Esta del Santo Entierro, por ejemplo, solo tiene el de Oficial, que ya es de por sí único y muy valioso.
Creo que esta obra será un verdadero sendero firme y de prestigio para la hermandad y su actual Junta de Gobierno, porque han reconocido que los oropeles de su aniversario, tan especial, no solo deben de ser una procesión o unos actos, sino que deben de quedar algo perenne en la memoria de sus cofrades, de ahora y de quienes los hicieron, y que sea permanente y eterno. Y qué mejor que esta obra, que los cofrades del futuro y los del pasado seguro que os lo agradecerán eternamente como hermandad ejemplar.
Con esta obra la hermandad se suma al selecto grupo local de hermandades con monográficos, ya le hice a la Aspiración, a la Hija de María y al Cristo de la Misericordia, y a un extenso grupo provincial que valora obras y así me lo han manifestado muchísimos compañeros en la pasada magna, como un patrimonio muy necesario.
Dice una conocida y manida frase, solo se protege lo que se valora y solo se valora lo que se conoce, lo que no se conoce no existe.
Gracias a los asistentes, solo deseo que disfruten con su lectura, con sus imágenes y pidan a sus sagradas imágenes por un servidor...”.

El autor del libro sobre la historia del Santo Entierro, Ildefonso Alcalá, muestra la placa conmemorativa / Antonio Plaza

El autor del libro sobre la historia del Santo Entierro, Ildefonso Alcalá, muestra la placa conmemorativa / Antonio Plaza
Como mencionaba el autor el libro se divide en ocho capítulos y la introducción del propio autor:
Introducción.- Pág. 23 a 25.
Capítulo 1.- La Historia (1656 – 1925). Pág. 27 a 39. Pág. 41 a 90.
Capítulo 2.- La Fundación de la Hermandad (1925 – 1936).
Capítulo 3.- La Reorganización de la procesión en 1942 y de la Hermandad em 1949 hasta la actualidad. Pág. 93 a 204.
Capítulo 4.- El nuevo patrimonio de Hermandad. Pág. 207 a 244.
Capítulo 5.- La devoción a Nuestra Señora de los Dolores y Soledad. La imagen mariana más venerada en los últimos siglos en Jódar. Pág. 247 a 276.
Capítulo 6.- El patrimonio de Nuestra Señora de los Dolores y Soledad. Pág. 279 a 313.
Capítulo 7.- El septenario de la Virgen de los Dolores, uno de los cultos más famosos de la ciudad. El canto de saetas. Pág. 315 a 326.
Capítulo 8.- Fuentes documentales y bibliografía. Pág. 329 a 333.
La obra incluye una amplia sección de fotografías y legajos, hasta 360.
Al acto concluía con la interpretación de varias marchas por el Grupo de Cámara 'Galduria Magna', que interpretaban las marchas 'Pasan los Campanilleros' y 'Hossana in Excelsis'.
Enlace acto presentación de los actos en mayo de 2025
https://cadenaser.com/andalucia/2025/05/17/presentacion-del-cartel-y-los-actos-conmemorativos-del-centenario-de-la-fundacion-de-la-cofradia-del-santo-entierro-y-virgen-de-los-dolores-y-soledad-radio-jodar/
Pregón del Centenario
Este tenía lugar el viernes 10, en el Salón de Actos de la Casa de la Cultura, que casi completaba su aforo.

Trinidad López Loríte, presentadora del pregonero del Centenario / Antonio Plaza

Trinidad López Loríte, presentadora del pregonero del Centenario / Antonio Plaza
La presentación del pregonero corría a cargo de Trinidad López Loríte, de la Junta directiva de la Hermandad.
El pregonero, Marcos Díaz Píñar, Capataz del paso de Nª Sª de los Dolores, pronunciaba un extenso pregón en el que relataba tanto vivencias propias como de la propia cofradía en los últimos 25 años. Durante su intervención algunos integrantes de la Banda de Música 'Pedro Gámez Laserna' lo acompañaban con la interpretación de hasta cuatro marchas procesionales: Silencio, Nuestra Ave María, Marcha Fúnebre y Coronación a la Virgen del Rocío.

Miembros de la banda de música 'Pedro Gámez Laserna' interpretan una de las marchas durante el pregón de Marcos Díaz Píñar / Antonio Plaza

Miembros de la banda de música 'Pedro Gámez Laserna' interpretan una de las marchas durante el pregón de Marcos Díaz Píñar / Antonio Plaza
“...Jesús ha muerto.
Ya no hay clavos.
Ya no hay gritos.Solo el eco del Amor colgado de una cruzEl que curaba a los ciegos…el que perdonaba a los pecadores…el que resucitaba a los muertos…ya no respira. El Hijo de Dios ha entregado su espíritu.El cielo se oscurece. El velo del templo se rasga.Y entre las manos temblorosas de los justos,Jesús es bajado de la cruz…Envuelto en el silencio sagrado de la muerte
Caen las sombras sobre el Gólgota.Todo se detiene.
Silencio…
Silencio como nunca. Silencio que grita. Silencio que habla. Silencio que duele.

Público asistente, en el Salón de actos de la Casa de la Cultura, al pregón del Centenario de la Cofradía del Santo Entierro, con el pregonero en primer plano / Antonio Plaza

Público asistente, en el Salón de actos de la Casa de la Cultura, al pregón del Centenario de la Cofradía del Santo Entierro, con el pregonero en primer plano / Antonio Plaza
Marcha: SILENCIO
Señoras y señores, cofrades, directivos de las cofradías, miembros de partidos políticos, señor párroco y consiliario de esta cofradía, madre suegra y familia, hermanos todos en Cristo:
Muchas gracias a nuestra presentadora por sus palabras. Gracias Trini
Quiero pedir disculpas, porque tal vez el pregón que hoy expongo sea un poco extenso
Pero decidme… ¿ se puede resumir en apenas una hora, cien años de la historia de una cofradía?¿Cómo se puede encerrar en unas pocas páginas veinticinco años de capataz y una vida entera de recuerdos junto a nuestro Cristo Yacente y nuestra virgen de los dolores?
Sé que en este pregón muchos nombres y muchos rostros quedarán sin mencionar. No porque no sean importantes, ni porque no los lleve en el corazón, sino porque sería imposible abarcar en una hora el esfuerzo, la fe y la entrega de tantos hombres y mujeres que han hecho grande a esta cofradía a lo largo de cien años.
A todos ellos, los que no van a ser nombrados pero sí recordados, les digo gracias de corazón. Porque sin vosotros, sin vuestro granito de arena, nuestra hermandad no sería lo que es hoy.
Perdonadme si mis palabras se quedan cortas, pero mi gratitud es infinita.
Hoy no solo vengo a dar un pregón, sino a abrir el corazón. No solo soltar fechas frías, sino a compartir vivencias, emociones y memorias que han tejido el alma de esta hermandad durante un siglo.
Así que os pido paciencia, por si mis palabras se alargan es solo porque grande es también el amor que siento por esta cofradía, por mi gente y por el Señor Yacente que nos convoca.
Hoy me presento ante vosotros con el corazón lleno y la voz temblorosa, porque tengo el honor —el inmenso privilegio— de ser quien levante la palabra en este año que no es uno más en el calendario de nuestra Cofradía. No voy a decir que tuve la suerte de ser llamado, pues hay gente mas antigua en esta cofradía y que tienen mas vivencias en ella que yo. Andrés Herrera Peñas, Juan del jesús, o Juan Mengibar.
Ellos siempre han dicho que no se subirían a un estrado. Después de buscar gente para que hicieran este pregón. Nadie aceptaba por una, u otra razón.
Y así fue como una tarde de ensayo en el teatro pensé, si soy capaz de hacer teatro, aprender un papel y recitarlo de memoria, porque no voy a ser capaz de pregonarlo
Y aquí estoy. Se lo transmití a mi esposa y la verdad ella , se quito dos pesos de encima. Por un lado, encontró un pregonero y por otro.....Ella siempre pensó que yo podría ser un buen exaltador, por las vivencias que tengo en esta cofradía.
Este 17 de octubre no es una fecha cualquiera.
Será el centenario. El final de todos nuestros actos
Cien años desde que un grupo de hombres y mujeres, movidos por la fe, el compromiso y el amor a Cristo Yacente y a su Madre Dolorosa, decidieron fundar lo que hoy es nuestra casa, nuestro refugio, nuestra razón de ser: la Oficial Cofradía de Jesús Yacente y Nuestra Señora de los Dolores y Soledad. NUESTRO SANTO ENTIERRO
Y aquí me tenéis. No estoy delante de vosotros como un orador, ni como un historiador que viene a desgranar fechas y datos. Estoy aquí como uno más. Como un hermano que ha vivido desde dentro el pulso de esta cofradía. Como un capataz que ha sentido crujir la alpaca bajo sus manos, que ha escuchado el murmullo de la oración hecha marcha.
No es fácil encontrar las palabras cuando el alma esta tan llena. Cuando uno se detiene a pensar en todo lo que ha vivido Delante de ese paso, en las veces que la voz se quebró dando una orden, en los silencios que pesaban más que los kilos, en las miradas que se cruzaban sin hablar, porque sabíamos que ahí estaba Ella. La que nunca se va. La que camina con nosotros, aun cuando no camina. La que se deja llevar, pero es la que guía. Nuestra Virgen. Nuestra Soledad.
Si hoy me encuentro aquí, delante de vosotros, pregonando el centenario de nuestra cofradía, es porque mi vida siempre ha estado unida al mundo cofrade.
Todo comenzó siendo apenas un niño, cuando iba a casa de mi tía Isabelita. Allí, en aquella tarde que aún guardo en la memoria, escuchaba a la banda de música de la Cruz Roja. Aquellas notas me despertaban un sentimiento que ya nunca me abandonaría.
Más tarde, en octavo curso, di el paso de entrar en la banda de música de Arroquia Martínez. Aquello no fue un simple pasatiempo: fue el inicio de un camino que marcó mi corazón para siempre.
Yo crecí viendo a mis mayores vivir la Semana Santa con devoción y entrega. Recuerdo con especial emoción cada Jueves Santo, cuando veía salir a la cofradía de la humildad y mi familia portaba con orgullo el estandarte del Cristo.
(Mis abuelos, Marcos y María Dolores. María 'la de Marquito'. formaron parte de la cofradía del Santo Entierro. Antiguamente las cofradías pagaban los entierros y tenían que vestirse obligatoriamente de nazarenos, esto me lo ha recordado mi tío luis que alguna que otra vez tuvo que vestir la túnica del santo entierro. Otro de mis tíos, Alfonso, DEP, siempre acompañaba a Catalina Palacios y colaboraba con ella.)
El camino siguió, y un día pasé a formar parte de la banda de los militares, que acompañaba a la cofradía de la Esperanza. Aquella experiencia me hizo comprender que la música no es sólo sonido, sino oración hecha melodía.
Finalmente, encontré mi lugar en la cofradía del Santo Entierro, en la que sigo a día de hoy. Aquí he echado raíces, aquí he crecido como cofrade y como persona, aquí he aprendido a sentir el peso de la tradición y la alegría de la hermandad.
Y junto a todo ello, la música siempre ha seguido acompañándome. Hoy tengo el honor de pertenecer también a la banda de cornetas de la Asunción, que sigue siendo para mí escuela de vida y cauce de devoción.
Así, entre recuerdos familiares, estandartes, túnicas y partituras, se ha ido escribiendo mi historia. Una historia que no es sólo mía, sino también la de tantas generaciones que han vivido y amado la Semana Santa como yo.
Marcha: Nuestra Ave María
Esta Cofradía me lo ha dado todo. Me enseñó que ser cofrade no es vestir una túnica una vez al año, sino vivir con entrega, con compromiso y con fe cada día del calendario. Me enseñó que ser capataz no es solo dirigir un paso, sino cuidar un legado, un estilo, una forma de amar a la Virgen y de mostrarla al mundo.
Hoy al tomar la palabra
Siento que no hablo solo yo
Siento que habla el murmullo de cada viernes santo
El peso de tantas vivencias....
Y el latir de un centenario que no es solo historia...
Es vida
Y si hoy estoy aquí, es porque esa historia que empezó hace cien años no está escrita en papel ni en mármol, sino en cada corazón que se ha entregado a esta cofradía. En cada hermano que ha portado un cirio, que ha bordado un paño, que ha alzado una oración, que ha llorado de emoción al verla salir. Porque esta Cofradía no ha cumplido cien años por casualidad. Ha llegado hasta aquí porque ha sido levantada por el amor, sostenida por la devoción y empujada por una fe, que no conoce límites.
<<<Este pregón no es mío. Es de todos. Es de los que la fundaron, de los que sostuvieron, de los que soñaron, de los que están y de los que ya marcharon, pero siguen presentes en cada golpe de campana, en cada rezo compartido, en cada paso que damos al compás de su dolor
Este año, se cumplen cien años de nuestra cofradía. Si cien años.Y se cumplen veinticinco desde que la vida —o quizás el cielo— quiso que me pusiera al frente del paso de Ella.De la Madre.De la Reina del Silencio.Porque cuando se ama, cuando se cree, cuando se lleva a la Virgen en la sangre, no hace falta más.
No nací en esta cofradía.La elegí.
La elegimos un grupo de amigos cuando vimos que la Virgen no tenía anderos.Era la única que no los tenía…Y no podíamos permitir que los Dolores de la Madre siguieran caminando sin hombros que la sostuvieran, sin pasos que la guiaran, sin corazones que la mecieran.
Todo comenzó en el año 1999.
Mi cuñado Juan, Juan Andrés López Carreras, Miguel Collados, Antonio Corrales y yo. Decidimos dar un paso valiente, sacar por primera vez a Ntra. Sra. de los Dolores y Soledad a hombros.
No sabíamos a ciencia cierta que estábamos haciendo, solo sentíamos una gran ilusión....una necesidad profunda de que la madre caminara con nosotros.
Y desde aquel día… no hemos cesado.
Han sido muchos los momentos vividos.Muchos los recuerdos.Y sí, porque no decirlo, también ha habido alguna que otra espina
Esta cofradía no la mueve una junta.La mueve una familia.
Una familia como la que he tenido la suerte de formar aquí dentro.Una familia donde mis hijas han crecido entre tambores, martillos y saetas.Lucía, mi niña, que no se perdía ni un ensayo cuando era pequeña. ella que me ha acompañado a los ensayos, ella que aunque hiciese frio no se perdía ni uno, ella Que correteaba entre los varales junto con Sergio, Francisco José, José Manuel, mi sobrino José Miguel, y otros tantos mas.
Esta noche no quiero que me veáis con el traje del capataz. Ni con la voz firme del que manda.Esta noche quiero hablaros como hermano. Como hijo de esta casa.Como uno más de los que han sudado bajo y delante del trono. Si debajo también.Y lo mejor de todo es que este centenario no es un final.Es el principio.Porque la historia no termina cuando se cumple un siglo.
La historia continúa mientras haya uno solo andero que se arrodille ante la Virgen y diga:“Aquí estoy. Soy tuyo Para siempre.
Muchos momentos han sido grabados en la memoria:Hace 33 años, salimos por primera vez como nazarenos de esta cofradía. Mi mujer, Trini, Miguel y yo. Pedro Vílchez. Pedro el de la fruta, nos insistió en que saliéramos de nazarenos. Fue nuestro primer contacto con esta hermandad.
Habíamos sido anderos de la columnaAños después, en el 2000, salí con la cofradía de la Humildad, bajo el paso de la Virgen de los Dolores, ya que el trono vino tarde y hubo que pedir el favor a esa cofradía. Una salida difícil, a 'rastrapanza' total. delante de mi recuerdo que iba Tomás el panadero, y Juan Andrés BEDMARES detrás, apenas podíamos pasar por aquella puerta con su escalón de tres centímetros. Yo, creía que no salía y eso que por aquellos días no tenia ni barriga, Que mal lo pasamos, pero yo decía....... si sale tomas salgo yo, el esta mas recio
Esa era mi mayor preocupación cuando salí de capataz, la salida y entrada
Llega miércoles santo.............. al escuchar sonar la banda por andaraje, los nervios me invaden. Iba a ponerme al frente de un paso inmenso y en mi interior solo se mezclaban emoción.....respeto......y miedo
Pero llega el viernes santo, al entrar en el paseo primero de mayo, en la puerta del chico, nunca lo olvidaré: ochenta hombres con traje negro me esperaban para levantar esa ilusión.
Nadie lo sabia, nadie se lo esperaba. Pero allí estaban. Allí estábamos
Desaparecieron todos los nervios y vi que podíamos hacer ese sueño realidad.
Recuerdo que Blas, mi hermano, en la lonja de la iglesia, antes de salir me dijo:—Tienes que sacarla tú solo. Nadie, te va a ayudar pero No te preocupes aquí estamos nosotros
Y así fue. El junto a José Molina, sin que yo les dijera nada,se colocaron a cada lado de la puerta para evitar que rozara. Ese es el espíritu. Ayudar sin necesidad de que te lo pidan. Ser cofrade con hechos, no con palabras y ........ese es el secreto por el que sale así de bien.
El paso era imponente, y lo sigue siendo, aquel primer año, yo al mando, 18 valientes se colocaron debajo de la canastilla. Otros 12 en los varales delanteros y otros 12 en los traseros, cuatro esquinas, cuatro personas que serian los guías.
Andrés, Francis Chamorro, Culete y Matías, detrás de ellos siempre el incansable....José Cejudo...Lino.
A la entrada de la lonja y en primera fila, las cofradías nos observaban en silencio, expectantes. Nadie sabía si íbamos a ser capaces de sacar el trono por la puerta. Todos se creían que no saldríamos. Que el 'Titanic'..... se hundiría. Todo fue visto y no visto. No dio tiempo ni a saborear el momento
Así nació el cuerpo de anderos que hoy sigue vivo, fuerte, consolidado, más unido que nunca. Y ese día, aquel día… yo me sentí capaz. Me sentí al frente de algo grande. Pero los verdaderos protagonistas no fui yo, fueron ellos: los que estaban debajo. Los que cargaban no solo con kilos, sino con historia, con promesas, con fe.
Aquel día no salia de mi asombro. Salimos, y durante días no se habló de otra cosa. “Qué elegancia”, decían. “Qué forma de andar”. Algunos no daban crédito. Nosotros mismos no nos lo creíamos.
Y sí, también hubo quien nos quiso restar mérito. Dijeron que la sacábamos a ruedas… ¿A ruedas? Juan López, sin dudarlo, cogió la radial y las corto. Aquellas ruedas eran solo un recurso de seguridad por si algo salía mal, por si el paso se venia abajo, que no hubiese un accidente. Pero la Virgen salió, y salió a hombros. Como debía ser.
Momentos duros… también ha habido.
La vez que llovió tanto que tuvimos que adelantar al Señor Yacente en la puerta de catalina palacios, íbamos con el corazón en un puño, por el riesgo de que a nuestras imágenes, a nuestros anderos y anderas, y a sus enseres les ocurrieran algo
La pérdida de anderos por las campañas de espárrago en Navarra o Francia.
Oooooohhhh Hay momentos en la vida de una cofradía que se graban en el alma y nunca se olvidan.
Este pasado Viernes Santo, cuando la tarde caía y el reloj marcaba las siete, vivimos uno de esos instantes que no tienen explicación. Al llegar a la puerta de la lonja de la iglesia, mi cuñado Antonio cayó al suelo, de pronto, sin previo aviso, sin que nadie pudiera entender qué estaba ocurriendo.
Fue un momento de angustia, de nervios, de dudas… La estación de penitencia ya no pudo ser la misma. El corazón no estaba en el andar de los pasos, sino en saber qué había ocurrido, en preguntar una y otra vez si había noticias, en sostener la esperanza mientras la noche se hacía más larga que nunca.
Aquel día nos recordó, con crudeza, que la vida es frágil, que todo puede cambiar en un instante.
Entre los momentos más duros que nos ha tocado vivir como hermandad está,...........sin duda, el fallecimiento de nuestro hermano Mateo estas pasadas navidades.
Su marcha, tan temprana, tan inesperada, nos dejó a todos con el corazón encogido. No llegó a cumplir su veinticinco aniversario en la cofradía, un aniversario que tanto habíamos soñado y esperado.
Pero estoy convencido de que, aunque no lo vimos con los ojos, Mateo sí estaba presente este año cuando hicimos la salida. Estoy seguro de que, entre el bullicio, el incienso y las marchas, allí andaba él, acompañando como siempre a nuestro Cristo Yacente y a la Virgen de los Dolores, con la misma ilusión de todos los años.
Mateo ya no camina entre nosotros, pero camina con nosotros. Ya no viste traje ni porta cirio, pero ilumina desde el cielo nuestra estación de penitencia.
A ti, hermano, nuestro recuerdo, nuestra oración y nuestra gratitud eterna. Tu nombre seguirá sonando en esta cofradía, porque tu fe y tu alegría quedarán siempre grabadas en nuestros corazones.
Un beso al cielo
Los años han pasado.......... Algunos ya no pueden portar el trono por la edad. Otros hemos tenido la suerte de seguir caminando con Ella. Con la madre
Y como decía mi padre, es de bien nacido el ser agradecido y en todo camino se necesita personas que nos tiendan la mano, hoy no puedo irme sin dar gracias. Gracias a todos los que alguna vez confiaron en mí, incluso cuando yo mismo no lo hacía.
Permitirme que empiece por dar las gracias a alguien muy especial para mí.
Mari Peñas, mi directora de teatro, este pregón lleva también tu sello. Tú has sido la que lo has supervisado con paciencia, la que lo ha organizado, la que me ha animado y ayudado
Tú fuiste la primera que me dijo: “Aquí hay emoción, aquí hay vida, aquí hay algo tuyo que va a gustar”. Y esas palabras fueron la fuerza que necesitaba para creer que de verdad podía ponerme delante de todos vosotros.
Gracias, Mari, por tu confianza, por tu apoyo y por tu corazón. Este pregón también es tuyo, porque sin ti no habría llegado a ser lo que hoy estamos viviendo.
Gracias a Ese escudo que llevamos con orgullo en el pecho que no es un simple emblema: es la llave que me ha abierto tantas puertas a lo largo de la vida.
Gracias a él he podido entrar en lugares donde no me lo podía imaginar, sitios donde se respira fe y hermandad, como la Casa Hermandad de Málaga o la misma casa donde vivió Santa Teresa de Jesús en Ávila o como no la mismisima berja de la ermita del Rocío.
En esos momentos comprendí que no eran mis palabras ni mis méritos los que me abrían paso, sino este escudo que representa a todos y cada uno de vosotros
Gracias, a Catalina Palacios, por su entrega, por tantos años de dedicación incansable a su Jesús Yacente. Su hijo, como ella cariñosamente le llamaba. Gracias por ser luz y ejemplo.
Gracias a, Juan Rodríguez Molina, por confiar en mí cuando ni yo mismo sabía si estaba preparado. Aquella confianza suya me dio el empujón que necesitaba para emprender este camino que hoy da sentido a mi vida cofrade.
Gracias A los que, con fe y determinación, trajeron hasta nuestro pueblo al Cristo Yacente que hoy veneramos como joya:Modesto Gómez del Jesús, Francisco Díaz Vargas, José del Jesús Sanchiz, Fernando García Mesa, José María Serrano Gámez, Juan José Ramírez Jiménez Lorenzo del Rio y tantos otros… su esfuerzo y visión.. cambiaron para siempre nuestra Semana Santa.
Gracias a Pedro Mengíbar, por aquella obra maestra tallada en madera de embero de Guinea, el trono que cobija a nuestro Cristo.
Gracias A todos esos hombres que durante ocho meses trabajaron con sus manos y su alma, dejando sus nombres grabados en su interior… vuestra huella está ahí, donde se procesiona el cuerpo de Dios hecho silencio.
Gracias a Salvador Muñoz, por dejar a la Virgen en manos de esta cofradía y por seguir, año tras año, aportando para que nunca le falten flores.
Gracias A Juan del Jesús, aquel primer año, cuando hacía de puente entre “el chico” y los anderos. ¡Qué importante fue tu papel para mantener la ilusión y el orden en medio de la incertidumbre!
Gracias también a Andrés Herrera, por tu confianza, por darme la responsabilidad de guiar a la Virgen de los Dolores. Por tus regañinas a tu manera, que siempre fueron consejos envueltos en cariño. Nunca olvidaré aquel Jueves Santo en el Mesón cuando, con esa sinceridad tuya y ese cariño con el que dices las cosas, dijiste: “ Tu, Confía en nosotros. No necesitamos ayuda de nadie”.
Y No quiero olvidar, porque sería imposible y dar graciasa todos y todas las anderas y anderos que en estos 25 añoshan pasado bajo los varales de nuestros pasos.Cada uno de vosotros, con vuestro esfuerzo, vuestro sudor, vuestras lágrimas y vuestras sonrisas,habéis escrito las páginas más hermosas de esta historia.Sin vosotros, nada de lo que hoy celebramos habría sido posible.
Y me vais a permitir que de las gracias más sinceras a mi familia. A mi madre por estar siempre ahí, A mi suegra a mis hermanos y hermanas, a mis sobrinos y sobrinas a mis cuñados y cuñadas, porque de una manera u otra siempre han estado presentes en la vida de esta cofradía. Algunos bajo los varales como anderos, otros vistiendo la túnica de nazareno, otros luciendo la mantilla con la elegancia y el respeto que nuestra Virgen merece… cada uno ha aportado su granito de arena, cada uno ha dejado su huella en este camino que juntos hemos recorrido.
Ellos han sido sostén, compañía y ejemplo. Y sin su apoyo constante, muchas de las cosas que hemos logrado como cofradía y como familia, sencillamente no hubieran sido posibles.
Un agradecimiento muy especial a José María Garrido,por la disponibilidad que siempre ha mostrado hacia esta cofradía.Y sobre todo a mi hermano José María y al propio Garrido,porque aquel primer año de anderos, cuando la gente aún no cogía el paso, ellos se ofrecieron a venir a ensayar con nosotros.
Y en este camino de cien años también hay nombres que brillan con luz propia.Entre ellos, hay uno que quedará para siempre en nuestra memoria y en nuestro corazón: Inma.
Ella fue la primera mujer en ocupar el cargo de Hermana Mayor en esta cofradía.Con ella, dimos un paso valiente hacia la historia, hacia la igualdad y hacia la certeza de que la fe no entiende de barreras ni de géneros, sino de compromiso, entrega y amor a Cristo y a su Madre.Que el peso de una cofradía no se lleva en los hombros, sino en el corazón.
Recordarla es reconocer que, en la historia de esta cofradía centenaria, hubo una mujer que rompió silencios, que marcó un antes y un después.
Y permitidme ahora, hermanos, que mis palabras se detengan en una persona muy especial para mí y para esta cofradía: mi esposa.
Qué mayor orgullo para un capataz que saber que la persona con la que compartes la vida… también comparte la fe, el esfuerzo y el amor por esta hermandad. . Y lo más grande, lo más simbólico, lo más emocionante: ser elegida hermana mayor de esta cofradía.
Ella no sólo ha sido mi compañera en el camino de la vida, sino también compañera de fe, de trabajo y de entrega en esta hermandad
Como Hermana Mayor, ha guiado con firmeza y ternura, con justicia y con amor, con la mirada siempre puesta en el servicio.Si hay una virtud que ha marcado su huella, ha sido la caridad:mano extendida a quien más lo necesitaba.
Porque en su manera de ser y de servir nos ha recordado siempre que la hermandad no se mide en procesiones, ni en túnicas, ni en enseres…sino en la capacidad de ser hermanos de verdad: de aliviar al que sufre,
Hoy, al mirar atrás, doy gracias a Dios por haber compartido con ella este camino, por haber visto cómo su amor a Cristo Yacente y a la Virgen se tradujo en entrega generosa a todos los que llamaban a la puerta de esta cofradía.
Su ejemplo quedará grabado, no solo en mi corazón, sino en la memoria viva de esta hermandad
Y entre las páginas de estos cien años, hay nombres que se escriben con tinta de esfuerzo y de amistad.
Quiero hacer una mención muy especial a Culete.
Cuantos momentos buenos y malos hemos vivido juntos
Su etapa como Hermano Mayor no fue fácil: le tocó vivir un ciclo de cambios, de decisiones difíciles y de momentos duros.
Pero allí estuvo siempre, firme y entregado, con la mirada puesta en Cristo Yacente y en la Virgen de los Dolores.
Gracias a su trabajo y a su constancia, muchos de los proyectos de nuestra cofradía no sólo salieron adelante, sino que se convirtieron en verdaderos éxitos. Porque detrás de cada logro estaba su mano, su empeño y su fe.
Pero lo más grande de Culete no es sólo lo que hizo como Hermano Mayor, sino lo que ha demostrado como amigo.Porque los buenos amigos no se descubren en los días de fiesta, sino en los momentos de dificultad......... Y en esos momentos de dificultad, sus amigos siempre estuvimos a su lado
Por eso, hoy la hermandad y yo personalmente le decimos: gracias, Culete, por tu entrega, por tu lealtad y por tu amistad
Gracias
Quiero detenerme ahora en dar las gracias a los anderos que cumplen 25 años bajo el paso de la reina de Jódar
Este año habéis cumplido vuestras bodas de plata bajo el paso de Nuestra Señora. Veinticinco años de esfuerzo, de sudor, de lágrimas y de orgullo, llevando sobre vuestros hombros a la Madre de Dios. Vuestra fidelidad es ejemplo, y vuestra entrega, un testimonio de amor que jamás quedará en el olvido.
Y cómo no, mi gratitud a la junta directiva actual, que con aciertos y dificultades sigue velando por esta hermandad, manteniendo vivo un legado centenario que no nos pertenece solo a nosotros, sino a las generaciones que vendrán.
Son muchos los que han pasado por aquí, tantos que sería imposible nombrarlos a todos en un solo pregón.
A todos vosotros, gracias.<<<<<<< Porque ser andero, ser directivo, ser hermano, no es buscar protagonismo, sino dejarse la vida por la Virgen y por su cofradía.
Hay momentos en la vida de una cofradía que marcan un antes y un después.Uno de esos momentos fue, sin duda, la entrada de la mujer para acompañar a nuestro Cristo Yacente.
Fue un paso valiente, lleno de fe y de entrega.Porque no se trataba solo de portar un trono o de caminar bajo sus varales, sino de abrir caminos nuevos, de demostrar que la devoción y el amor a nuestros titulares no entienden de géneros, sino de corazones dispuestos a darlo todo.
En aquel inicio brillaron con fuerza dos nombres que quedarán grabados para siempre en la historia de esta hermandad:Mari Morcillo, como capataz, y Trini, como contraguía.
Ellas fueron referentes, ejemplo de valor y de compromiso. Supieron demostrar que la fuerza no está solo en los brazos, sino en la fe que sostiene; que el verdadero peso no es el del paso, sino el del amor profundo a Cristo y a su Madre.
Gracias a ellas, y a todas las mujeres que siguieron su ejemplo, hoy nuestra cofradía es más completa, más auténtica, más verdadera.
Porque acompañar al Yacente es también reflejar la fidelidad de aquellas mujeres que no lo abandonaron en el Calvario, y que con lágrimas y valentía permanecieron junto a Él hasta el sepulcro.
Que nunca olvidemos que, gracias a tantas hermanas valientes, nuestro Cristo descansa hoy acompañado también por el corazón femenino de esta hermandad.
Entre las muchas obras que han dado vida a esta cofradía, hay una que brilla con especial ternura y verdad: el taller de costura.
Nació con sencillez, entre hilos y telas, con la ilusión de ayudar a los hermanos y de vestir con dignidad nuestras procesiones.Pero pronto se convirtió en algo más: en un espacio de fraternidad, en una fuente de caridad.
De aquellas manos que cosían túnicas y hacían arreglos, brotaron también gestos de solidaridad.Porque cada puntada llevaba el deseo de aliviar necesidades, de compartir lo poco o lo mucho, de hacer de la aguja y el dedal instrumentos de amor.
Y así, cada septiembre, cuando celebramos la fiesta a la Virgen de los Dolores, ese taller se transforma en un milagro discreto: de allí salen no sólo telas y túnicas, sino material escolar para los niños más necesitados.
Ellos, los pequeños, reciben en sus mochilas la semilla de un futuro mejor; y en cada cuaderno, en cada lápiz, llevan también el cariño de una hermandad que sabe que ser cofrade es mucho más que salir en procesión:....... es vivir el Evangelio con obras.
El taller de costura es, por tanto, un ejemplo vivo de cómo la fe se hace caridad, de cómo una cofradía puede transformar el dolor en esperanza y la devoción en servicio.
Ahora quiero detenerme en mi hija Rocío.
Desde que nació, su camino ha estado unido a la Aldea del Rocío. Ella ha crecido al amparo de la Blanca Paloma, respirando ese aire de fe que se mezcla con el polvo del camino y con el canto emocionado de los peregrinos.
Rocío lleva en el alma el nombre de su Virgen, y no se lo guarda para sí: lo comparte, lo transmite, lo entrega. Ella es portadora de fe, porque sabe guiar a la gente hacia la Aldea, como quien lleva una antorcha que ilumina. En mi Rocío se cumple lo que todos soñamos para nuestros hijos: que tomen el testigo de la fe, que la hagan suya y que la vivan con alegría.
Y si de Rocío brota ese amor al Rocío que la hace portadora de fe, de mi Lucía quiero hablar con emoción y gratitud.
Ella ha sido, en silencio y con cariño, quien más me ha sostenido en este camino hasta llegar aquí, a este momento.
Porque detrás de estas palabras que hoy pronuncio, hay mucho, de su ánimo y de su confianza en mí.
Lucía ha sido mi apoyo constante, la que me ha ayudado a creer que yo podía ser pregonero.
Y por eso hoy, desde este atril, quiero decirle gracias.Porque este pregón lleva mucho de ti.
Hermanos, hay gestos que nunca deben caer en el olvido, porque son los que sostienen, con la fuerza y la generosidad, los cimientos de una hermandad.
El trono que hoy portamos sobre nuestros hombros, no sería posible sin el sacrificio y la confianza de cinco hombres que lo hicieron realidad.
Ellos Avalaron con su patrimonio personal este proyecto, con valentía y con amor , Juan Rodríguez Molina, Andrés Herrera Peñas, Juan del Jesús Díaz, Miguel Herrera Sánchez y Manuel Cortés Pérez
Gracias a ellos, aquel proyecto que parecía imposible pudo alzarse y hoy camina majestuoso por nuestras calles.
Sus nombres quedarán escritos en la historia de este centenario, pero sobre todo quedarán grabados en nuestros corazones.
A vosotros, hermanos, nuestro reconocimiento más profundo y nuestro agradecimiento eterno.
En este centenario no puedo olvidar a quienes, con paciencia y entrega, han sabido custodiar la belleza y la dignidad de nuestra Madre, la Virgen de los Dolores.
Mi gratitud y la de toda la cofradía se dirige, en primer lugar, a Juan Mengíbar, que durante tantos años la vistió con esmero, permaneciendo siempre a su lado como un hijo fiel. Su constancia y su amor silencioso son ejemplo de servicio humilde y de devoción verdadera.
Y junto a él, quiero rendir homenaje a Antonio Villar, actual vestidor de nuestra Virgen. Con acierto y con un profundo sentido de la fe, ha sabido ofrecerle una imagen renovada, presentándola siempre con la mayor dignidad y hermosura.
Gracias a El, nuestra Virgen de los Dolores se muestra ante los ojos de todos rejuvenecida, radiante, y bella
A ambos, Juan y Antonio, nuestro reconocimiento más sincero. Porque vestir a la Virgen no es un simple oficio, sino un acto de amor
No puedo dejar pasar este momento sin detenerme en un agradecimiento muy especial.
En este centenario hemos querido dejar memoria escrita de lo que somos, de lo que hemos sido y de lo que soñamos ser. Para ello se ha hecho realidad un libro conmemorativo que quedará para siempre como testimonio de estos cien años de historia.
Ese regalo a la hermandad lleva la firma y el esfuerzo de Ildefonso Alcalá, que ha sabido plasmar con rigor y con cariño todo lo que representa nuestra cofradía. Gracias, Ildefonso, por dedicar tu tiempo, tu trabajo y tu corazón a poner en palabras la grandeza de esta historia centenaria.
Y gracias también al Ayuntamiento de Jódar, que con generosidad ha querido sufragar los gastos de esta obra. Sin su apoyo, nos hubiera sido casi imposible dar forma a este sueño.
Gracias a ambos, hoy nuestra cofradía no solo celebra, sino que también deja escrito en papel lo que el tiempo podría borrar, asegurando que las generaciones futuras conozcan de dónde venimos y hacia dónde vamos. Este libro salio ayer a la luz y podéis recoger en la entrada.
He visto cómo ha cambiado esta cofradía. He visto cómo hemos tenido que recortar el recorrido, cómo se restauraron nuestras imágenes, cómo disminuían los nazarenos y las mantillas. He visto los bares llenos y las filas....... vacías. Y por eso hoy, desde aquí, alzo la voz:A vosotros, jóvenes, os necesitamos.
Esto no se sostiene solo. Esto se hereda, se trabaja, se enseña.
Metéos en las cofradías, vividlas desde dentro. Porque esto… esto es de todos.
Marcha fúnebre
Cristo ha muerto. Si......Su cuerpo, ya sin vida, ha sido bajado de la cruz. Se detiene el tiempo. Y el silencio se convierte en oración. Él, que todo lo dio, reposa ahora ante nuestros ojos, tendido, sereno, desgarrado por el dolor… pero también abrazado por la paz. Porque en su muerte está el misterio más grande del cristianismo:
el amor llevado hasta el extremo.
.
Hoy, al mirar al Cristo Yacente, tan callado, tan sereno,no puedo dejar de pensar en cuánto sufrimiento provoca la falta de paz.
El mundo a veces parece haber olvidado lo que significa amar,que se deja arrastrar por el odio, por la guerra, por el rencor
Él, que entregó su vida sin violencia,que respondió al odio con amor,que abrazó incluso a quienes lo hirieron,nos enseña que la paz no se grita, se construye;que el perdón no es debilidad, sino fuerza;y que el amor verdadero vence incluso a la muerte.
Por eso, desde este humilde pregón,quiero pedir al cielo que cese toda guerra,que ningún pueblo viva más el miedo ni la sangre,que desaparezca el odio de los corazonesy que reine, de una vez por todas, la paz que solo Cristo puede dar.
Porque basta un solo segundo,una sola caída,para encontrarnos —como el Yacente
Que nunca olvidemos esto,que vivamos con amor, con perdón y con esperanza,para que cuando llegue nuestro momento,podamos descansar, como Él, en paz
Yace Cristo… y yace el alma de este pueblo que, cada Semana Santa, camina tras su cuerpo sin vida, entendiendo en lo más profundo del corazón que esa imagen no es una talla más.
Que ese rostro, que esa serenidad, que esa expresión llena de dolor y ternura, nos está diciendo>>>>>> que también nosotros moriremos.
Que esa escena no es sólo sagrada, sino también humana. Que ese cuerpo, el de nuestro Yacente, representa como nadie, la verdad de la vida.
No hay palabras suficientes para describir lo que uno siente al verlo de frente. Es una imagen tan imponente, tan real, que por un momento el mundo se detiene.
<<<<<<<No exagero cuando digo que, en mi opinión, estamos ante el mejor Cristo Yacente de Andalucía, incluso me atrevería a decir que de toda España.
Una joya oculta, desconocida para muchos, pero que cuando se descubre no se olvida jamás. Santos Rojas, su autor, solo tiene dos Cristos: el de la Cena de Sevilla… y el nuestro. Ni siquiera su hijo, santos calero, reconocía la autoría de la imagen. Pero al verla <<<<<se desizo en elogios hacia EL,
S,in embargo, son pocos los que conocen esta imagen.
Pero nosotros lo sabemos: el Cristo Yacente que procesionamos es una obra maestra, una imagen que atraviesa el alma.
Recuerdo perfectamente la primera vez que me tocó cogerlo. Era mas joven. Y cuando me dijeron “cógelo”, me temblaron las piernas.
Sentí miedo.
No por el peso… sino por lo que estaba tocando. Porque ahí, entre mis brazos, no sentía madera, sentía un cuerpo muerto.
Era como sostener a alguien que acaba de entregar su vida. Y la responsabilidad me sobrepasó. Temía que se cayera, que no lo llevara bien. Pero cuando lo tuve en mis brazos, algo cambió. Fue como si Él me diera las fuerzas. Como si me susurrara: “tranquilo”. Y desde entonces, cada vez que lo toco, cada vez que lo miro, vuelvo a sentir lo mismo: paz, fuerza, fe.
Recuerdo con emoción aquel año en el que se llevo a la Catedral de Jaén. Creo que fue en el 2000. Al llegar, mi mujer mi Rocío y yo nos fuimos directos donde reposaba el.
Toda la gente que visitaba la catedral se detenía ante nuestro yacente.
Alli Se hacia un silencio que solo Él sabe provocar.
Don Miguel, Hacia de guía de un grupo de su parroquia en la catedral. cuando llego a la capilla donde reposaba paró su visita, se acercó a nuestro Cristo y dijo: “esta imagen es una maravilla, el yacente de Jódar”.
Una maravilla que debe permanecer donde siempre ha estado. En su capilla
Lo que Cristo Yacente representa en nuestras procesiones no puede describirse con palabras. Es respeto. Es solemnidad. Es verdad. Cuando pasa por las calles, la gente se calla. Todo se detiene. La vida entera se recoge. Porque no hay espectáculo. No hay alarde. Hay silencio. Y en ese silencio, está Dios.
Frente a Él he reflexionado muchas veces sobre la vida. Lo rápido que pasa todo. Y cómo, sin darnos cuenta, en cualquier momento podemos terminar igual que Él, descansando en la paz de una noche cualquiera. Por eso, cada vez que lo miro, siento que tenemos que aprovechar mas el tiempo, disfrutar a los nuestros,
creo que tenemos que valorar mas lo que tenemos y ahora tras estos dias mucho mas.
Hace poco perdí a mi padre. Permitidme, que mis palabras se tornen en recuerdo. El fue mi guia y mi ejemplo
Él era un hombre sencillo, discreto, que nunca buscó ocupar lugares de protagonismo. No le gustaba estar en primera fila, ni brillar en ningún sitio. Pero sí disfrutaba, y mucho, viendo cómo nosotros éramos referentes.
yo sé que mi padre ya ha despertado en esa vida nueva donde ya no hay dolor ni sombra
se que mi padre descansa junto a el, esperando el amanecer eterno en el que algún día volveremos a encontrarnos
Al contemplar hoy al Cristo Yacente, no puedo evitar encontrar en Él una similitud con mi padre.Un Cristo que descansa en silencio, que parece oculto, pero cuya presencia es la más grande de todas;
Así era mi padre: callado, discreto, pero siempre presente.
Hoy, desde el cielo, estoy seguro de que nos mira con serenidad, orgulloso de que su familia siga adelante. Y yo quiero dedicarle este pregón, porque mucho de lo que soy y de lo que hoy digo se lo debo a él.
Padre, que tu recuerdo descanse en nosotros como el Cristo Yacente reposa en su sepulcro: en silencio y en paz.
Tuve la suerte, en el cincuentenario, de llevarlo sobre mis hombros. De ser sus pies durante un corto tiempo. Y fue un momento de emoción indescriptible. Porque no solo lo portaba, lo sentía.
Cristo ha muerto. Sí. Pero su muerte no es el final. Es el principio de todo. Porque, aún muerto, nos sigue dando vida. Y así, entre recuerdos, emociones y vivencias, el Cristo Yacente siempre ha estado ahí, marcando mi camino, guiando mis pasos. Pero si Él es el silencio, la reflexión y la solemnidad… Ella es el refugio, el consuelo y la esperanza. Y si al Cristo Yacente lo siento como ese espejo en el que mirarse para entender que todo en la vida es efímero, la Virgen de los Dolores y Soledad es todo lo contrario.
Ella es el refugio donde nos abrazamos, la que nos sostiene cuando las fuerzas nos fallan, la esperanza que siempre nos ilumina el camino.
Cada Viernes Santo, cuando llego a la iglesia y la veo allí, esperando, rodeada de nazarenos, de mantillas, de anderos… siento que es Ella la que me eligió. Que no fui yo quien tomó la decisión de ser su capataz, sino que fue Ella, la que me señaló, la que me dijo al corazón: “Tú serás mis ojos y mis pies en la tierra”.
Y estoy convencido de que será también Ella quien, algún día, me diga con su dulzura que ha llegado la hora de apartarme y dejar el sitio a las nuevas generaciones.
Ese instante antes de salir, cuando estoy rodeado de anderos, con los nervios a flor de piel, sintiendo el peso de la responsabilidad… ese momento es indescriptible.
Porque en mí recae la tarea de transmitir seguridad, de decirles con la mirada, con las palabras, que aquí estoy yo, que nada puede fallar.
Pero la realidad, es que el primero que necesita tranquilidad soy yo mismo.
No es nada fácil organizarlo todo. Nunca sé con cuántos anderos voy a contar, quién estará bajo la canastilla o bajo los varales, pero, como me recuerda cada año mi buen amigo Andrés de Tarragona, ....“no te preocupes,...........que la Virgen nunca se verá sola”.
Y es verdad. Siempre, cuando llega el momento, sobra gente para llevarla.<<<<<<<
Ese rato antes de salir es pura adrenalina. Un momento donde los nervios lo envuelven todo, donde intento relajar a los anderos, decirles que respiren, que disfruten, aunque en el fondo sé, que yo soy el que más necesita ese respiro.>>>>>>>>>>> Siempre ha sido complicado, pero a la vez mágico.
Como me dice Antonio de la Torre, cuando vamos hacer la salida. “recréate, que no hay prisa por salir…confía en nosotros...... nosotros aguantamos lo que nos echen”.
Cada Viernes Santo ha sido distinto. Ningún año se parece al anterior. Pero aquel primer año siempre lo guardo con especial cariño. Fue un grupo de anderos inexpertos, sin experiencia, sin saber muy bien a qué nos enfrentábamos… pero con un corazón inmenso y unas ganas de sacar a la Virgen que no cabían bajo el paso. Ese primer año me marcó, porque fue el inicio de todo, el comienzo de un camino que, gracias a Dios, hoy sigue más vivo que nunca.
Y si algo no ha faltado nunca en este camino, han sido las anécdotas, los recuerdos, las emociones compartidas.
Recuerdo cómo un año, veinte anderos de nuestra cofradía ayudamos a la cofradía de la Madrugá. Despues, Fue una noche muy larga y dura, llegamos agotados, pero ahí estuvimos, porque la hermandad va más allá de los cansancios.
También hemos echado una mano a la cofradía de la Esperanza, ayudando a sacar su paso, demostrando que cuando hay unión, todo es posible.
Tampoco quiero olvidar uno de los capítulos recientes que muestran el espíritu de unión y hermandad que siempre ha caracterizado a nuestra cofradía. Me refiero a la ayuda que prestamos en la creación del grupo parroquial de La Borriquilla. Desde el primer momento tendimos la mano, aportamos nuestra experiencia y apoyamos en todo lo que estuvo en nuestras manos para que aquel proyecto pudiera ver la luz.
Quien no recuerda, Esas madrugadas colocando claveles en el paso de nuestro cristo. A Pablo toda la mañana recordandome y diciendome cada cinco minutos. Marco estas nervioso????La restauración y lijado del paso durante dos años. Las tardes de convivencia entre hermanos que lo hacíamos sin ningún ánimo de lucro ooooo
O cuando pusimos el paso del cristo con varales en la nave de xaufer, para que fuera portado sobre los hombros de nuestras mujeres ......Ramón nuestro herrero
O cuando fuimos a restaurar a nuestro cristo a Andújar.
O cuando fuimos a restaurar a Ntra. Sra. , cuatro personas acompañamos a nuestra madre hacerle un tac y nos dijeron que había muchas cosas nuevas que al parecer solo quedaba antigua la carilla de la virgen. Que cara se nos quedo a los cuatro. Culete, Lino; Andrés y un servidor. No podíamos delatar que la imagen mas antigua y venerada del pueblo, no era tan antigua y que durante la restauración, se la habían cargado. Eso tenia que quedarse entre los cuatro. Y asi fue .
Después el estudio de la Virgen, desvelo que si era Ella, que tranquilidad nos entro
Y entre tantas historias, hay tradiciones y que jamás se olvidan. Como aquel primer año, en que José Alberto Justicia colocó en un varal delantero una medalla de la Virgen del Rocío. Una tradición que se mantiene desde entonces. Un año se la olvidó en su casa, pensando que yo no me daría cuenta… pero claro que me di cuenta. Esa medalla, esa medalla siempre nos acompaña, porque desde el principio, la Virgen del Rocío ha estado con nosotros en cada salida.
Hay recuerdos que emocionan solo con pensarlos. Como aquel día en que un andero, diego, cumplía su décimo aniversario y, al no poder salir por enfermedad, pedí a sus padres que lo bajaran al Salón de Actos de esta Casa de la Cultura, para recoger el cuadro conmemorativo. Fue un momento lleno de lágrimas, de cariño, de gratitud. Todos los años nos acompaña al lado de su virgen. Siempre le he dicho que el tiene que ir delante, no al lado, porque el es parte de nosotros.
Pero si hay un momento que llevo grabado a fuego, fue el año en que perdimos a nuestra andera Yolanda. <<<<<<<Su alegría, su simpatía, sus ganas de sacar a su Cristo Yacente… todo en ella era luz. Ese año,>>>>>>>> no fui capaz de hacer la levantá justo en su puerta. Me faltaban las fuerzas y las palabras. Por eso, se la pedí a su amiga, también llamada Yolanda, para que la hiciera en su honor. Aquella levantá fue la más dura, <<<<<<<<<pero también la más hermosa que se ha hecho bajo ese paso. Un beso al cielo
Recuerdo cómo, en los primeros años, tras los ensayos, nos quedábamos un grupo de anderos en la valla del cuartel, echando unas cervezas, y nos daban las dos o tres de la mañana. De aquellas noches nacieron amistades que hoy siguen más fuertes que nunca, porque aquí, en esta hermandad, los lazos no se rompen con el tiempo.
Recuerdo cuando el primer año, casi todos inexpertos, empezamos a ensayar sin el trono. Empezamos con los varales. El trono estaba en Calzada de Calatrava. Que desastre, cada varal llevaba un paso diferente, no había por donde meterle mano. Llego el paso y empezamos a ir cogiendo forma. Lo mas difícil era mover a Matías o que Matías cogiera el paso. Pero cuando Matías levantaba, el solo lo subía.
…Pero si algo marcó un antes y un después en nuestra cofradía fue aquel primer viaje que hicimos juntos a la aldea del Rocío. Fue el año que España ganó el Mundial, y ese verano nació una tradición que se ha mantenido viva hasta hoy: nuestra peregrinación como hermandad. Aquella convivencia fue especial. Allí no importaban los cargos, ni las diferencias, ni las tensiones que a veces surgen entre reuniones y decisiones. Allí solo estábamos nosotros, como hermanos, como familia, compartiendo risas, oraciones, confidencias y comidas.
Y aquí quiero detenerme en alguien muy especial para mí y para todos los que la conocemos.
Ella, que esperaba la llamada para ser operada de esa enfermedad de moda que tantas vidas ha marcado.
Ella que sabia que después del Rocío seria operada.
Ella, que en lugar de dejarse vencer, ha sabido mantener siempre la alegría, sin perder jamás su sonrisa, convirtiéndose en ejemplo de esperanza y de valentía.
Ella, que es la mejor cocinera cuando vamos al Rocío, porque en sus guisos no solo pone ingredientes, sino también amor, cariño y esa chispa que hace que todo sepa mejor cuando lo prepara con sus manos.
En ella descubrimos que la verdadera grandeza es hacer la vida más fácil, más alegre y más sabrosa a quienes la rodean.
Gracias por tu ejemplo, por tu sonrisa y por tu fortaleza. Gracias por enseñarnos que, incluso en la espera y en la dificultad, se puede vivir con fe, <<<<<<<<<con alegría y con entrega.
<<<<<<A todos vosotros, los que sufrís en silencio y resistís con coraje, mi oración más sincera y mi aplauso más fuerte.
Porque sois testimonio vivo de que, incluso en medio del dolor, la vida es más fuerte, la fe se sostiene y la esperanza nunca muere.
Gine este aplauso es para ti y para todas y todos los que miran con una sonrisa a esa enfermedad y también para ti , Juani, mi querida compañera de teatro, mi suegra, porque tu ejemplo junto al de Gine, nos habéis enseñado que la vida merece la pena
MARCHA CORONACION A LA VIRGEN DEL ROCIO
El Rocío...... tiene algo que envuelve, que une...... Y nosotros lo hicimos nuestro. Desde entonces, cada año, la cofradía continúa con ese viaje, que ya no es solo una salida, es una cita con el alma. muchos han encontrado en la arena de la aldea una paz que no sabían que necesitaban.
<<<<<<<<Me siento orgulloso de que nuestra cofradía sea el referente y enlace con la Virgen del Rocío. Me siento orgulloso de ver en la ermita del Rocío puesto en las pantallas el nombre de nuestra cofradía y sobre todo de mi pueblo, de Jódar
-------Hemos vivido allí momentos sencillos pero profundamente humanos: rezos compartidos a las 12 de la noche, cantando la salve en la casa, silencios en la ermita, cantos espontáneos por la noche de mis grandes amigos..... Solano o de Luis Barroso, paseos al borde de la marisma… Hemos reído, hemos llorado, y sobre todo, nos hemos unido. Porque esa es la esencia de una cofradía: la unión. Y lo hemos demostrado tantas veces…
Porque a pesar de los días difíciles, de los momentos donde las piedras en el camino parecían montañas, siempre hubo un grupo que tiró del carro. Siempre hubo una mano amiga, una palabra a tiempo, una mirada de apoyo. <<<<<<Por eso seguimos aquí, más fuertes, más hermanos. Porque nos tenemos los unos a los otros. Y porque en todo lo que hacemos, ya sea en la procesión, en los ensayos, en los viajes o en las oraciones, siempre está presente Ella…
Recuerdo también aquella inolvidable experiencia en las Jornadas Mundiales de la Juventud en Madrid, en el año 2011. Un grupo de la cofradía fuimos a acompañar a mi hija Rocío y a Ana, hija de Manolo Cortes, que participaban con la parroquia. Aquel viaje fue especial por muchos motivos, pero si algo no se me olvida es la aventura que vivimos con Manolo Cortés, Pedro Mendoza y Manolo, el marido de Inma.
Aquello fue de película… Anduvimos tres veces la pista de aterrizaje de Cuatro Vientos. Entramos por una de las puertas buscando un sitio donde colocarnos, y como suele pasar, el único espacio libre que encontramos estaba… al final de la pista. Y eso era largo como un día sin pan. Cuando por fin encontramos un sitio donde pasar la noche, al raso y en el suelo, CUANDO preguntamos por los puestos de avituallamiento, nos dijeron que estaban juuuuusto donde habíamos entrado. Así que… otra vez para atrás, y después vuelta al sitio. Íbamos cargados como burros, con mochilas, agua, comida.
Pero lo hicimos con la ilusión de vivir aquel momento tan especial y de haber visto al papa a tan solo 10 metros.
Pero pese al cansancio, la incomodidad y las vueltas que dimos, lo que quedó fue la convivencia, las risas, y el saber que también allí, en medio de una multitud, <<<<<<estaba nuestra gente de la cofradía, de nuestro pueblo, compartiendo fe y camino
He vivido momentos muy felices, pero también días duros y difíciles. Han intentado dividirnos, han intentado separarnos,Sin embargo, la unión entre este grupo de amigos, entre esta gran familia, siempre ha sido más fuerte que cualquier obstáculo.
Recuerdo con mucho cariño el 50 aniversario de la venida de nuestro cristo, cuando conocimos a tanta gente de otros pueblos con la misma devoción al Cristo Yacente. De aquellos encuentros nacieron amistades que aún conservo, como Antonio de Martos o Manoli de Torreperogil, con quienes hoy sigo compartiendo mensajes y sobre todo la fe.
Como gente de casi toda la geografía de España nos acompaña cada viernes santo. Juan Francisco García, desde Valencia, Manuel desde Tarragona, su hermano Fernando y cuñada desde Madrid, antes también los acompañaba su padre Pedro, como Francis viene desde Murcia y sus primos desde Granada, Ignacio, desde Zaragoza, Iván de Pamplona, como Francis Chamorro, uno de nuestros cuatro pilares en la salida, hace el esfuerzo de venir desde Dinamarca para no perder de sacar a su virgen. Como Juan barroso y su hermano Gonzalo lo hacen desde Navarra, como pedro viaja desde Palma de Mallorca, como Francis viene desde Almería y como desde los pueblos de nuestro alrededor nos acompañan Antonio Astasio o desde Bedmar Juan Pedro, o gente de todos los alrededores de la provincia.
<<<<<<<<<<<Al final, lo que queda no es solo la procesión, ni el incienso, ni la cera gastada. Lo que queda es la gente. Las miradas cómplices. Las lágrimas compartidas. Los abrazos después del esfuerzo de cada viernes santo. La fe que se hereda y que se transmite entre generaciones.

El pregonero del Centenario, Marco Díaz Píñar, recoge la placa conmemorativa de manos de la Hermana Mayor / Antonio Plaza

El pregonero del Centenario, Marco Díaz Píñar, recoge la placa conmemorativa de manos de la Hermana Mayor / Antonio Plaza
-------Hoy, mirando atrás, siento que todo ha merecido la pena. >>>>>>Cada desvelo, cada lágrima, cada madrugada de nervios, cada ensayo con frío, cada paso bajo el peso de la canastilla… Todo cobra sentido cuando<<<<<<<<< la Virgen cruza las puertas del templo y la ciudad entera guarda silencio ante Ella. Cuando el Cristo Yacente avanza, y los cirios dibujan su silueta entre las sombras.
Y yo, <<<<<<<que he tenido el privilegio de guiar esos pasos, solo puedo dar gracias.
<<<<<Gracias por haberme permitido formar parte de esta historia.
Gracias por haberme dejado ser sus pies.
Gracias por haberme regalado una familia bajo el varal.
-------Y.....Aquí seguiré, a sus pies, como aquel primer día, con el mismo temblor en las manos y el mismo fuego en el corazón. <<<<<<<Porque mientras Ella me quiera en este puesto, yo seguiré siendo su capataz.
<<<<Por Ella. Por ellos. Por todos los que nos precedieron. Y por todos los que aún están por venir.
Que nunca falte la fe, que nunca falte la unión…y que nunca falten...... anderos bajo su paso.
Amén.
Ahora, permitidme que abra mi corazón para dar las gracias.
Gracias a todas esas personas que, durante estos días, se han interesado por mi salud, que me han acompañado con sus mensajes, sus llamadas, su cariño sincero.
No hay medicina más poderosa que el afecto, ni fuerza más grande que saberse querido.
En cada palabra de ánimo, en cada gesto, he sentido el calor de mi cofradía, el abrazo de mis amigos y el apoyo de mi familia y de mi gente. Y creedme, eso me ha dado más fuerza que cualquier tratamiento o descanso.
Gracias por estar, por preocuparos, por hacerme sentir que no estaba solo.
Gracias por demostrarme que en esta hermandad, cuando uno cae, todos lo levantan
De corazón, a todos los que habéis estado pendientes de mí: gracias por vuestro cariño, por vuestra oración y por vuestra presencia.

Foto de familia con los anderos de la Virgen de los Dolores, tras el reconocimiento en el 25 Aniversario / Antonio Plaza

Foto de familia con los anderos de la Virgen de los Dolores, tras el reconocimiento en el 25 Aniversario / Antonio Plaza
El acto concluía con la entrega de regalos conmemorativos, también a los integrantes el cuerpo de anderos del Nª Sª de los Dolores, con motivo de su 25 Aniversario.
Los actos continuarán la próxima semana:
Del 13 al 15 de octubre, a las 7:30 de la tarde, en la Iglesia Parroquial de La Asunción de Nª Sª, con Santo Rosario, Eucaristía y ejercicio del Triduo.
Viernes, 17 de octubre, a las 18:30 horas, en la Iglesia Parroquial de La Asunción de Nª Sª, Solemne Eucaristía, oficiada por el párroco y capellán Juan Guerrero Moreno.

Paso del Santo Entierro, con la Virgen de los Dolores y Soledad en su subida por la calle General Noriega / Radio Jódar

Paso del Santo Entierro, con la Virgen de los Dolores y Soledad en su subida por la calle General Noriega / Radio Jódar
A continuación, Procesión Extraordinaria, acompañada por las banda ce Cornetas y Tambores 'Nª Sª de la Asunción' y Agrupación Musical 'Arroquia Martínez', con recorrido especial, calles General Noriega, altozano, Pilarillo, Primero de Mayo, General Fresneda y Plaza de España.




