Honores para Juanpe en La Rosaleda

Málaga

Juanpe Jiménez salió del campo en el minuto 70 dejando su sitio a Dotor, en la victoria del Málaga por 3-0 ante el Deportivo en un encuentro inolvidable en La Rosaleda. Se sentó en el banquillo y se puso una toalla sobre la cabeza para poder llorar en la intimidad que se podía. Junto a él estaba Joaquín Muñoz, que le animaba y celebraba su actuación, aunque aún faltaba mucho partido por delante y la alegría era contenida. Pero Juanpe se emocionó porque al fin había tenido una actuación soberbia en La Rosaleda y los aficionados se lo agradecieron coreando su nombre en pie y aplaudiendo. Lo que es el fútbol, la incertidumbre pura, la injusticia y la justicia a la vez, como dice la canción de El Kanka "una cosa inexplicable".

El jerezano llegó a Málaga hace tres temporadas y, desde entonces, ha tenido que aguantar carros y carretas sobre su rendimiento. Nunca había sido titular indiscutible y sus actuaciones estaban por debajo de los esperado o, mejor dicho, por debajo de las expectativas que se habían creado en torno a él. Esto nos lleva a reflexionar sobre las críticas a los futbolistas. Es verdad que el campo no engaña a nadie, pero cada jugador es un mundo. Desde que llegó, Juanpe no era un fijo y, quizá, por su cuerpo y sus características requería continuidad y confianza, esa que está encontrando ahora. No se le podía pedir a Induráin que ganara las etapas llanas al sprint como no se le puede pedir a una Nissan Vanette que corra más que un Ferrari. El jerezano aterrizó en Málaga el año de Primera RFEF y no pudo encontrar la continuidad por diferentes motivos; allí estaban Manu Molina, Genaro, Lorenzo, Sangalli y Ramón, aunque el granadino se pasó la temporada casi en blanco por lesión. Juanpe fue el menos utilizado tras Sangalli. La temporada siguiente, que fue la pasada, más de lo mismo; sólo actuó en 606 minutos en 15 partidos, y en esta campaña es el sexto que más tiempo está en el campo. El pasado verano se daba por hecho que el Málaga no contaba con él y estaba en la rampa de salida junto a Sangalli y Gabilondo; desde el Club se pedía respeto porque eran jugadores de la plantilla, y el tiempo le ha dado la vuelta a la situación.

Ante el Deportivo Juanpe lo bordó. El mapa de calor, el gráfico que demuestra por dónde se mueven los futbolistas en el campo, reflejó que el jugador estuvo por todos lados. Apenas pisó el área rival, pero el resto del césped lo controló. Estuvo donde tenía que estar, dándole el equilibrio necesario al equipo y haciendo un balance casi perfecto. Disputó 71 minutos con un 75% de acierto en los pases, dando 233 buenos balones y fallando 77. El jerezano está asentado en el equipo titular y formó una gran sociedad con Dani Lorenzo, uno de los jugadores más en forma de la plantilla. La lesión de Luismi y la ausencia por lesión y selección de Izan Merino le pusieron la titularidad en bandeja y la ha aprovechado. Adelantó a Dotor que, aunque no tenga sus características, también es mediocentro y a Brasanac que, hasta ahora, ni fu ni fa. Su trabajo en el campo era sólido, pero ante el Deportivo alcanzó su mejor momento, o su 'prime', como dicen los chavales ahora.

Por el momento, Juanpe ha jugado ocho partidos de liga, siete de ellos de titular, con dos asistencias de gol; en Las Palmas y contra el Granada en casa. El fútbol da muchas vueltas, y las actuaciones de Juanpe sufrirán altibajos como las de todos los seres humanos, pero por lo menos demostró de los que es capaz, que no es poco. Queda mucha temporada por delante, y volvemos a recurrir a El Kanka, que tiene la frase perfecta para cerrar este texto; "que pase lo que tenga que pasar".