David Toro, nuevo vestidor de la Virgen del Rocío y prioste segundo de la Hermandad de la Redención de Sevilla

Morón de la Frontera

Este miércoles, David Toro ofreció una entrevista en Radio Morón tras ser nombrado vestidor de la Virgen del Rocío, titular de la Hermandad de la Redención de Sevilla, y también prioste segundo de la corporación. Toro sustituye a Pepe Aguilar, quien desempeñó esta labor durante 33 años, y cuenta con una amplia trayectoria vistiendo imágenes de Semana Santa en Sevilla, Morón y otras localidades de la provincia.

Para Toro, asumir el cargo de vestidor de la Virgen del Rocío supone la realización de un sueño de toda la vida. “Soy hermano de la cofradía desde los 15 años y jamás imaginé que llegaría a esto. Ha sido algo muy esperado durante más de una década”, asegura, recordando cómo Pepe Aguilar decidió retirarse tras la coronación de la Virgen.

Además de vestidor, David ocupa el cargo de prioste segundo en la nueva junta de gobierno. “Es una responsabilidad muy grande, porque implica influir en la estética de la cofradía. Es un honor y un privilegio trabajar para la hermandad y sus imágenes”, afirma.

David ha desarrollado su carrera vistiendo diversas vírgenes en Morón, como la Amargura, la Esperanza, el Rosario o la de los Ángeles de la Salud del Pantano. “Cada imagen tiene un estilo propio y mi experiencia en Morón me ha permitido aplicar mis conocimientos en Sevilla, manteniendo siempre mis raíces bien presentes”, comenta.

Sobre el arte de vestir imágenes, David explica que se trata de un don, que potencia la imagen, acerca a los fieles y realza su belleza. “Es un trabajo que requiere respeto y estudio, porque la forma de vestir puede alterar la percepción de la imagen y su significado para los hermanos”, señala.

Entre sus proyectos como prioste segundo, Toro participará en la elaboración de la insignia de la coronación de la Virgen, una túnica bordada para el Señor y el desarrollo de la Casa Hermandad nueva. A nivel personal, su objetivo es seguir creciendo y perfeccionando su labor en la hermandad.

Respecto a momentos especiales, David destaca a la Virgen de la Amargura, a quien considera el alma de la Buena Muerte y con la que guarda recuerdos desde su infancia. “Cada imagen tiene un cariño especial, pero la Virgen de la Amargura siempre ha estado conmigo”, comenta.

Finalmente, su consejo para quienes sienten vocación por este oficio es no perder la ilusión y querer profundamente a la Virgen, porque este es un camino de aprendizaje y crecimiento continuo. “Es un privilegio formar parte de la vida espiritual y devocional de tantas personas”, concluye.