Cáritas Málaga alerta del aumento del sinhogarismo y reclama medidas estructurales y recursos

Málaga

En Hoy por Hoy Málaga hemos inaugurado la nueva temporada en la calle con la unidad móvil que ha tenido como destino el centro de Cáritas en la calle Álvaro de Bazán, cerca de la Trinidad, donde cada noche una veintena de personas sin hogar encuentran comida, cama , ropa e higiene.

Cáritas Diocesana de Málaga advierte del crecimiento del sinhogarismo en la provincia y reclama medidas estructurales que garanticen el acceso a la vivienda, la salud y la protección social. La entidad se suma a la campaña confederal “Nadie Sin Hogar 2025”, que este año se presenta con el lema “Sin hogar, pero con sueños”, con motivo del Día de las Personas Sin Hogar, el próximo 26 de octubre.

Durante el último año, Cáritas acompañó a 917 personas sin hogar en Málaga y Melilla. De ellas, 428 fueron atendidas en Cáritas parroquiales, 146 en la calle a través de los proyectos Pozo Dulce y Calor y Café, 173 en el centro de acogida nocturna Calor y Café, 90 en viviendas semituteladas y 80 en centros residenciales. La entidad dispone de 114 plazas habitacionales.

El 72% de la financiación procede de fondos propios y donaciones privadas; el 28%, de aportaciones públicas. Cáritas advierte de que la falta de recursos públicos estables impide mantener una atención continuada.

Entre las personas atendidas, el 9,25% tenía empleo, pero no podía acceder a una vivienda por el precio del alquiler. El 31% no estaba empadronado, lo que les impide acceder a ayudas básicas. El 13% llevaba más de cinco años en la calle. Según la Universidad de Málaga, el 23% de las personas sin hogar son mujeres.

El 26% de los usuarios había pasado por prisión y un 5% eran jóvenes extutelados sin red de apoyo. Cáritas señala la falta de recursos para familias con menores, la sobrecarga de los servicios sociales y la ausencia de alternativas para personas dadas de alta en hospitales que no tienen un lugar donde vivir.

Historias con nombre propio

Corina, 50 años, es rumana. Lleva 14 años en España. Ha trabajado cuidando a mayores, casi siempre sin contrato. Apenas tiene dos meses cotizados. Desde junio duerme en Calor y Café. “Tenía un alquiler y cuando subió la renta ya no pude pagarlo. Con el ingreso mínimo vital no alcanza. O pagas la vivienda o comes. Las dos cosas no se pueden”, cuenta. Asiste a un curso sociosanitario en Benalmádena. “Quiero trabajar con contrato y cotizar. Me levanto temprano, desayuno allí y me voy al curso. Para cambiar tu vida hay que cambiar las prioridades”.

Ramón, 61 años, es malagueño. Trabajó en hostelería y conserjería. Tras una recaída en el alcoholismo, volvió a Málaga y duerme también en Calor y Café. “Estoy viviendo uno de los mejores momentos de mi vida”, dice. “Aquí tengo lo necesario: dormir, ducharme, comer. Estoy muy agradecido a Cáritas y a todos los que ayudan a la gente que lo pasa mal”.

Reivindicaciones

Cáritas pide garantizar el derecho a la vivienda, ampliar el parque de alquiler social y facilitar el empadronamiento sin domicilio fijo. Reclama más recursos para inclusión social, atención sanitaria y salud mental, y una mejor coordinación entre administraciones. También solicita ampliar el programa +18 para jóvenes extutelados y crear recursos específicos para familias.

El director de Cáritas Málaga, José Miguel Santos, señala que “vivir en la calle no es solo pobreza material, sino exclusión profunda”. El secretario general, Ernesto Juárez, advierte: “No podemos seguir normalizando que haya personas viviendo años en la calle”. La responsable de Acción Social, María Jesús Oliveira, llama a romper prejuicios y rechazar los mensajes de odio y discriminación.

Actividades

La campaña incluye una mesa redonda en la Universidad de Málaga, la presentación oficial el 23 de octubre en la sede de Cáritas (Rampa de la Aurora, 3) y un acto público el 26 de octubre en la Plaza de la Constitución, con lectura de manifiesto y actuación del cantautor Unai Quirós.

El lema elegido, “Para. Acércate. Actúa.”, busca implicar a la ciudadanía y recordar que detrás de cada persona sin hogar hay una historia y un derecho que debe ser protegido.