Manuel García, activista de la Flotilla: "La paz no llegará sin un estado palestino libre"

córdoba

Cuando Manuel García se planteó participar en la Flotilla de la libertad el pasado verano, no era su primer intento de acudir a Gaza a prestar ayuda.

Ya hubo otros en los que los barcos no pudieron zarpar por lo impedimentos de Israel. Esta vez, sí, su barco junto a muchos otros viajaron por el Mediterráneo llenos de ayuda humanitaria para un pueblo cercado, víctima de un genocidio tras décadas de ocupación y violaciones de los derechos humanos.

Salieron del puerto de Barcelona el pasado 31 de agosto. Algunos barcos se quedaron por el camino. Más de 40 consiguieron acercarse hasta que fueron abordados por el ejército israelí. Casi 500 activistas fueron detenidos y llevados a prisión provisional por 5 días, hasta su expulsión de Israel.

Manuel García recuerda que los ataques a los barcos, todos de segunda mano y mantenidos gracias a personas voluntarias, comenzaron pronto. Los primeros artefactos explosivos con drones les cayeron aún cerca de España. Más tarde, cuando se aproximaban a Túnez. "Ya allí empezaron los bombardeos. Eran bombas incendiarias. Los apagamos con extintores porque íbamos preparados. Varios barcos comenzaron a arder. Sabía que no querían hundirnos, pero era para que no siguiéramos para adelante".

Los militares llegaron al barco. Ellos estaban "preparados" en cubierta con las manos en alto en una acción "pacifista". Los militares los detuvieron y fueron "respetuosos" con ellos. Aunque estuvieron horas en la misma postura, y por el sol se les permitió bajar a la bodega. No así la policía, que los trató de la peor forma tras la detención y traslado al puerto y a la cárcel, "la más grande del mundo".

Era todo un sistema de jaulas donde hacinaron a los activistas detenidos. "Desde el día 2 hasta el domingo, que salimos hacia el aeropuerto, estuvimos permanentemente en la celda. No te podías duchar. Aquello no tenía más de 18 metros. Eran dos literas para 8 personas. Estábamos hasta 13 y nos dieron colchonetas para el suelo, de manera que aquello estaba abarrotado", cuenta Manuel en Radio Córdoba. Además, a muchos de los activistas no le facilitaban los tratamientos médicos, que le habían requisado previamente.

Para Manuel la llegada a España "fue una alegría". Aunque valora el alto el fuego por la población palestina, recuerda que Israel es "experto en romper acuerdos". Como muestra, el último bombardeo ya en esta fase donde murieron decenas de gazatíes, solo porque un tanque judío pisó una mina enterrada.

Cree que un verdadero proceso de paz es imposible si este alto el fuego solo significa volver a la situación anterior a 2007, a "una cárcel a cielo abierto" con ocupaciones y dependencia absoluta de Israel, que rodea y aísla Gaza.

La paz llegará con la creación de "un estado palestino libre".