La Ventana Andalucía
Opinión

Una crisis de manual

La credibilidad y la confianza no se recuperan señalando a nadie ni poniendo etiquetas políticas. Se necesitan explicaciones, transparencia, diálogo y respeto

La columna de Javier Alonso (27/10/25)

Sevilla

El liderazgo de Juanma Moreno se asienta sobre un relato de consenso, diálogo y empatía En Andalucía, repite en sus discursos, no se levantan muros, no se ponen etiquetas políticas ni se divide a la sociedad. Es decir, el manual de convivencia que el presidente publica esta semana.

Esa estrategia ha sido fácil de llevar en momentos de calma política. Pero cuando de verdad se ha puesto a prueba ha sido en este último mes ante la primera gran crisis política a raíz de los testimonios difundidos por esta emisora de mujeres que han sufrido fallos en el cribado del cáncer. Y en estas semanas toda la figura política construida durante siete años se ha empezado a tambalear.

La errática reacción del gobierno andaluz ha sido propia de un ejecutivo poco tensionado y acomodado en su mayoría absoluta. Nadie supo dimensionar la situación ni liderar la respuesta. Han sido constantes los cambios de relato y de estrategia.

Y en ese desconcierto hay quienes han apostado por levantar su propio muro en Andalucía. Quienes denuncien los fallos y por tanto cuestionen el funcionamiento del sistema sanitario, a un lado. Quienes apoyen a Juanma Moreno, al otro. Son quienes han creído que de esta crisis se sale señalando a María Jesús Montero o a los grupos de izquierda o cuestionando los relatos de mujeres con cáncer de Amama. Por supuesto que en una manifestación contra un gobierno iban a acudir los partidos de la oposición. Es lógico. ¿Qué haría el PP si la situación fuera al revés? Pero quedarse ahí es tener una mirada muy corta.

Esta crisis es transversal. La desconfianza se ha asentado por igual en personas de izquierda y de derecha. Los testimonios que se han difundido no son discursos políticos no son un programa electoral, son relatos de lucha por la vida que jamás se debieron menospreciar. Y el problema de funcionamiento de la sanidad pública andaluza no es un lema político. Es un tema de conversación en las casas, en los bares, en los colegios o en los trabajos. Y sólo una holgada mayoría absoluta ha podido hacer que el Gobierno de Moreno no lo haya visto hasta ahora.

Se necesitan explicaciones, datos, información, diálogo y respeto. De esta crisis no se sale señalando a nadie ni entrando en una batalla con la gestión del PSOE hace doce años mientras la extrema derecha se frota las manos y recoge los frutos.

En los últimos días se ha avanzado con las explicaciones de profesionales o la mano tendida de Antonio Sanz tras la manifestación. Pero queda aún mucho por andar. Demasiadas preguntas sin responder, demasiada información sin facilitar. Y el camino va a ser largo para recuperar la confianza y que ese manual de convivencia de Moreno tenga cierta credibilidad.