A media luz en la Ciudad del Sol

Almería

La temporada 1997-98 tenía a los equipos murcianos en Andalucía y uno de ellos muy especial y cercano como el Lorca, con el que siempre el Almería mantenía muy buenas relaciones. Aquel era un club que llegó a competir en Segunda División y disputaba sus partidos en un campo coqueto con la afición muy encima de los futbolistas. Una bombonera con sabor a fútbol donde las distancias eran muy cortas. No fue la mejor temporada para dos clubes hermanos porque el Lorca acabó descendiendo a Tercera en la última jornada y el Almería no terminó donde se esperaba: luchando por el ascenso a Segunda División.

El calendario quiso que la visita del Almería a Lorca fuese en un partido entre semana y con ello los seguidores rojiblancos que se desplazaron fueron pocos a un partido fijado para las 9 de la noche de un jueves. Era el entrenador del Lorca Rafael Alcaide Crispi y en el Almería dirigía José Ángel Moreno. La noticia antes y después del partido vino dada por el alumbrado eléctrico del viejo campo que no era muy boyante, pero no había más, porque se estaba gestando el ahora campo de la ciudad ‘Artés Carrasco’. Las cabinas de prensa estaban donde siempre: en un rincón del fondo que daba a Almería y desde allí veías con dificultad tu portería porque se levantaba la afición y la otra con la poca luz solo se intuía.

El partido lo ganó el Almería gracias a un corner botado por Marco que remataba a gol Manolo Sousa y poco más, porque el Lorca sacaba todo lo que tenía y el equipo bien dirigido por José Ángel Moreno se encerró atrás pidiendo la hora a gritos, porque le iba la vida en esa victoria de cara a meterse en los lugares de ascenso que era el objetivo de una plantilla cara para lo que se estilaba en la categoría.

Un campo de los de antes

Las relaciones entre Lorca y Almería siempre han sido buenas y los clubes se ayudaron a lo largo de los tiempos. El Lorca cuando estaba en Segunda hacía amistoso en Almería y los rojiblancos en los tiempos de Primera visitaron el campo de San José. Precisamente el terreno de juego donde disputaba sus partidos el equipo murciano era especial y gozaba de prestigio en España, como La Condomina de Murcia o el Armajal de Cartagena; dos campos ahora superados por otros en las ciudades. Lorca se mantenía fiel a su campo por el que pasaron los equipos de Segunda y no vivía tiempos de abundancia en aquella temporada 1997-98.

Cuando regresé al campo que conocía en todo su esplendor a comienzos de los 80 se notaba que el tiempo había actuado sobre el graderío y las casas se comían el recinto que pedía a gritos un relevo. Tenía sabor a fútbol con la afición muy encima en todos los sectores y unas cabinas en el rincón desde las que te podías apañar si no se levantaban los aficionados. Se trabajaba muy bien porque el campo no era muy amplio en dimensiones y se podía radiar cómodamente. Javier Rufete de la Cadena SER en Lorca era nuestro anfitrión y aquello acabó en victoria y el trato amable de siempre.

Un alumbrado acorde a los tiempos

Hubo quejas en los aficionados desplazados de Almería y no tantas del club rojiblanco sobre el alumbrado del campo que no era bueno, pero estaba para los dos equipos. Los partidos nocturnos se jugaban en aquel tiempo en verano y durante la Copa del Rey. El partido se veía bien salvo el fondo opuesto a las cabinas donde llegaba el gol del Almería que vino a la salida de un corner con las dos áreas pobladas de jugadores. Se me acercaban aficionados rojiblancos ubicados en el fondo sur a quejarse de la poca luz que tenía el campo y me pedían que lo dijese por la radio.

Fue la anécdota de aquel partido que ganó el Almería en un campo con los días contados y con todo lo que tenía al servicio de un partido donde les visitaba uno de los candidatos al ascenso. Se llevó el equipo rojiblanco del viejo campo de San José tres puntos que metían al Lorca en un lío del que no acabaría saliendo y perdía la categoría unos meses después de forma cruel en la última jornada de la competición. El Almería no logró el objetivo de entrar en la lucha por el ascenso y al año siguiente se iba a Tercera como el Lorca en una temporada para olvidar.

La prensa trabajando como en casa

Las buenas relaciones entre clubes se reflejaban en la sala de prensa donde el buen rollo se imponía. La Cadena SER de Almería se escuchaba en muchos barrios de la Ciudad del Sol y los partidos para los redactores deportivos eran un reencuentro con los compañeros de emisoras hermanas. Aquella noche no nos faltó de nada en el viejo campo de San José porque Javier Rufete se encargó de los bocadillos y del agua para los allí presentes. Cuando le tocaba venir a Almería le dábamos puerta grande y así cada vez que se cruzaban los caminos de Lorca y Almería.

Ya merodeaba por el club rojiblanco como asesor a la presidencia en aquella temporada un joven Lucas Alcaraz que acabaría siendo el relevo de José Ángel Moreno y se presentaba a los almerienses y al fútbol nacional como el asesor a la presidencia del Almería. José Ángel acabó la temporada y dejaba el Almería a Lucas Alcaraz y Lucas a Ramón Blanco para luego acabar en el banquillo un entrenador de la casa como José María Salmerón que cargó con el ‘mochuelo’ de ser el entrenador que dirigía al Almería cuando bajó a Tercera pero esa es otra historia.