Una teta ausente VS cien centros de salud nuevos

Sevilla

“Esta teta ya no existe”. Es lo que se podía leer el domingo en una de la cartulinas que poblaron la explanada de San Telmo. No había ni una ni dos mujeres con una teta ausente frente a la sede del Gobierno andaluz. Fueron muchas. Silvia era una de ellas y acudió con su marido, como otras pacientes de cáncer de mama. Había numerosas parejas así en el Paseo de Roma de Sevilla, que decidieron pasar la hora del aperitivo en una manifestación después de décadas sin coger una pancarta. O sin haber cogido nunca una.

Había banderas de los sindicatos y también muchos cuadros de los partidos. Es normal, se juegan su futuro electoral. Pero no todos los días se ven guayaberas en una protesta. A Marta, una sanitaria que fue desde Sevilla Este, le llamó la atención otra cosa. En su autobús había cuatro señoras, con sus cardados, comentando el resultado de sus pruebas. Ni camisetas rosas, ni pulseras de los partidos. Parecía que venían de misa.

Esa es la diferencia de esta crisis que enfrenta Juanma Moreno. Todo el mundo conoce a alguien preocupado porque no lo llaman para una colonoscopia. O esperando el resultado de una prueba después de un dolor de espalda que no sabe identificar.

No es el primer gobierno que se enfrenta a un problema así. Susana Díaz montó en cólera después de ver cómo se llenaban las calles empujadas por Spiriman. Alguien que estaba en esos consejos de Gobierno recuerda ahora que la expresidenta preguntó cómo no se había dado cuenta nadie de aquella rebelión ciudadana.

Antonio Sanz se verá probablemente esta semana con las mujeres de Amama. Es un acierto por parte de los dos. No se entendía el rechazo de Ángela Claverol y sus compañeras a sentarse para intentar solucionar un problema. Pero la solución sólo puede pasar por la transparencia.

Y la transparencia no es sólo contar una y otra vez que el Gobierno del PP invierte mucho más que sus antecesores. O que hay un montón de hospitales nuevos y centros de salud remozados entre Ayamonte y Pulpí. Eso es cierto y es justo reconocérselo al presidente de la Junta. Pero la tarea que afronta es mucho mayor: consiste en recuperar la confianza de miles de ciudadanos para que crean en un Sistema Andaluz de Salud en el que antaño confiaban ciegamente.