Que no maten la memoria
La firma de Claudia GR Moneo en Hoy por Hoy Jerez

Cuando llega la muerte
de un ser querido
la sangre se nos hiela,
la mente se para
y nos hacemos preguntas.
La reflexión nos llega.
Toca vivir con la ausencia.
Pero…
qué pasaría si esa persona
no muere: lo matan.
Con su cuerpo
en paradero desconocido.
Solo un nombre y dos apellidos,
Quizá un papelito y un hatillo.
Muchas familias en vilo.
Pocas respuestas,
y mucho tormento.
Madres, esposas, hijas e hijos
con el pico cerrao
por el terror que sembró
el franquismo.
Militares y falangistas
que a hierro mataron
a vecinos y vecinas
registrados en listas.
“En Jerez no hubo Guerra”,
expresa Diego Yesa, quien sigue llorando
el asesinato de su abuelo,
a quien no conoció,
Antonio Ruiz Terán.
Y es que dicen que las personas
verdameramente mueren,
cuando ya nadie las recuerda.
Y cómo olvidar a los desaparecidos
Entre la herida que supura,
y que nunca se supera.
Entre la indiferencia social,
y el dolor que se hereda.
Es de justicia: la pregunta
y la escucha.
En nuestra ciudad hay un memorial
que recoge sus nombres
y pronto, sus historias.
Porque:
¿cómo podemos avanzar
sin saber de dónde venimos?
Sin reparar en la vida
de nuestros antepresentes
Por ejemplo: Paco Bernal Vargas,
quien ayudó a fundar el Xerez CD,
concejal de Izquierda Republicana
y fusilado tras el Golpe de Estado.
La corta vida de Ramona Pérez Román,
violada y asesinada por falangistas.
Y lo que sufrió el ‘Niño de los Nardos’,
y toda su familia: traumatizada en vida.
¿Qué sociedad construiremos
si guardamos todas estas violencias
bajo la alfombra del olvido?
En fechas de santos y muertos,
honremos la memoria
de aquellos a los que nos arrebataron
sin existencia de bandos.
Solo odio, señalamiento
y la crueldad del ser humano.
Por ellos, por nosotros y por los que vendrán.




