Acoso
La firma de Mercedes Prieto en Hoy por Hoy Jerez

Jerez de la Frontera
Acoso
Hay acoso de muchos tipos. Está el acoso emocional o psicológico, el verbal, el físico, el ciberacoso, el laboral, el sexual, el discriminatorio y el acoso escolar. Hoy quiero hablar del acoso escolar, en el cual se engloban casi todos los tipos de acoso que existen.
Además, el acoso escolar tiene una peculiaridad, que lo realizan menores contra otros menores.
No deja de ser curioso de que a pesar de que en España desde el 2006, el Ministerio de Educación y Ciencia publicó el “Plan de convivencia escolar”, donde por primera vez se establece la obligación de los centros educativos de tener protocolos de actuación ante el acoso escolar, casi 20 años después, cada vez que hay caso del que nos enteramos gracias a los medios de comunicación, resulta que el centro educativo no ha activado el protocolo.
Concretamente, Andalucía desarrolló su propio protocolo en 2007, siendo pionera y adelantándose a Madrid y Cataluña. A día de hoy, todos los centros educativos deben contar con un protocolo de prevención, detección y actuación frente al acoso, revisado periódicamente.
Todo esto está muy bien si en la práctica se aplicara, pero la realidad es que no se ponen en marcha aunque los padres denuncien.
En Jerez ha ocurrido un caso que ha trascendido a los medios y por eso nos hemos enterado, concretamente en el IES Romero Vargas, justo después del caso de suicidio de la niña de Sevilla, y la solución tras activar el protocolo ha sido recomendar a la víctima que se cambie de centro.
En la mayoría de los casos es el acosado el que cambia de colegio, porque está claro que los protocolos no funcionan y parece que los acosadores están más protegidos
¿No es mejor, ante la duda, activar el protocolo y proteger a los menores? ¿Por qué los centros no quieren aplicar el protocolo? ¿Es un desprestigio para ellos?
El verdadero fracaso no está en tener un caso de acoso en tu colegio, el fracaso es dudar de las víctimas, priorizar la reputación del colegio sobre la seguridad de los menores y mirar para otro lado, pensando que el problema se solucionará solo.




