La calle
La opinión de Lola Fernández

Morón de la Frontera
El escenario, el atrezo y el telón, salieron del teatro para conquistar la calle y hacerse popular.
Los actores, los músicos, los coreógrafos y el director, salieron del teatro para vivir cuerpo a cuerpo, sonrisa a sonrisa, admiración por admiración y sentir a la gente y la calle.
Donde se vive el mapa de nuestra piel, nuestra historia, la que cada día pisamos, con prisas, con lentitud, a veces con mucho peso en nuestra mochila y otras con la ligereza del que empieza a dar sus primeros pasos, en la calle.
Esa calle que ha vivido los años de la memoria y de la historia y la de nuestra leyenda que se convirtió en historia, la historia se convirtió en pulso contra el poder absoluto y el poder del pueblo, pisoteado y humillado, de donde, para bien o para mal, esa famosa frase que nos señala, cogiera impulso para fraguar La Leyenda del Gallo de Morón, figura de un gallito desplumado y cacareador, corriendo calle abajo hacia algún lugar, con la lección aprendida, donde no doblegar la espalda y el bolsillo del pueblo llano.
Este fin de semana, Morón ha recreado su historia con un maravilloso montaje, una maravillosa proposición, maravillosa experiencia y maravilloso trabajo, la de un hombre que vuelve a su pueblo para dar le vida, para reanimarlo, para mostrarnos a cada uno de nosotros que somos historia y leyenda, más allá de nuestro propio ombligo, donde a veces vivimos cabizbajos y solitarios.
Para Raúl Cortes, Morón es algo más que un escenario, es donde él ha aprendido a escribir en cada adoquín, el nombre de cada uno de nosotros, dando vida a los variopintos personajes que su imaginación de escritor lleva al papel de sus libros.
Y para Raúl la vida será regresar a donde nos esperan, donde se es feliz y él lo demuestra cada vez que puede, porque el infinito saber en su cabeza, le hace crear propuestas para hacer crecer a un pueblo en la cultura, en el conocimiento y en la certeza de un trabajo digno y maravilloso, haciendo que nos sintamos orgullosos.
Enhorabuena a ti como director y a todas las personas que lo han hecho posible, gran trabajo y mi profunda admiración.
Igualmente, mi enhorabuena al área de cultura de nuestro ayuntamiento que ha sabido englobar en un ambiente medieval, en toda su plenitud con La Leyenda del Gallo.
Este fin de semana quedara en los anales de nuestra historia como una muestra magnifica del teatro popular, de un mercado medieval, de todas las actuaciones callejeras y todo lo que se ha vivido y disfrutado, algo que debemos pensar y mucho, la calle necesita el bullicio, los adoquines que sean pisados, para marcar la historia de nuestro pueblo, de nuestra ciudad y por un momento hacernos eternos.
La calle es el reflejo de la vida, un milagro que gira para abrazar nuestra memoria.




