Lo de Lopy es cachondeo: El Almería lo debe vender
No pone de su parte, los contrarios le buscan y los árbitros le han perdido el respeto

Lopy veía una tarjeta amarilla en un partido muy deportivo. / LaLiga

Almería
Solo fue medio partido pero suficiente para que viera la quinta tarjeta amarilla en una jugada donde esa falta no se la pitan a otros. Siempre sale en la foto y ha puesto mucho de su parte para ello. Empieza a ser un cachondeo lo de las cartulinas amarillas y el Almería debe plantearse su venta porque cuando en LaLiga te toman la matrícula: no hay solución. Antes de Lopy ya estaba amonestado Dzodic en un partido donde nadie daba una patada con dos equipos que se dedicaban a jugar y a divertir a la afición. Los árbitros deben percibir la nobleza en el campo, cuando a la mínima del senegalés: tarjeta al canto.
No es inocente el futbolista que ha opositado a la situación que vive y por más que le indican los miembros de staff técnico del Almería, más se le olvida. No puede sacar ventaja de sus cualidades físicas porque no le dejan ‘cuerpear’ con el contrario. Ese verbo lo resume todo. Es más fuerte y se las lleva todas, pero el contrario grita y el árbitro pica. Le hicieron dos faltas de amarilla y el colegiado le cerraba el ‘pico’ sabiendo que con una amarilla no podía abrir la boca. Si el Almería no quiere perder a un futbolista en los partidos, mejor que se plantee su venta porque los rivales no son tontos y saben buscar las ‘cosquillas’ a Lopy, sabiendo que el jugador le pone poca cabeza.
Hay que entrenar la mente del futbolista para que ayude en el ascenso y una vez conseguido atender ofertas para venderlo porque lo de las amarillas no se va a curar, y si cambia de club y sigue en LaLiga, ya se encargarán los colegiados de recordarle quién fue. Como se dice en esta tierra lo de Lopy es: ‘capital rematao’. Hace el pis en la lana y suena: lo de siempre.
El jugador no pone de su parte
Rubi ha dejado claro que el jugador es noble y correcto en su comportamiento. No le falta la razón al entrenador porque la mayoría de las faltas que le señalan son por ese poderío físico que despliega en los partidos y ese saber ganar la posición que lejos de ser premiado en LaLiga es castigado a tenor de las tarjetas que le muestran los colegiados. El jugador no avanza y repite, sabiendo que a la primera entrada al límite será amonestado. Los contrarios saben que entra con nobleza y sin hacer daño, pero gritan cuando le ven venir y alertan al colegiado. El fútbol no es de listos como dice Iván Alejo del Real Valladolid: es de pillos.
El mal gesto que tuvo con su entrenador y compañeros responde a esa impotencia de no poder acabar los partidos porque le sacan tarjeta a la primera. Encendido y quemado la emprendía con los que tiene más cerca. Rubi tiene que entrenarle la cabeza y eso es complicado a estas alturas de la película porque el futbolista ya no sabe donde se encuentra el límite de la amonestación y los árbitros en España cuando te toman la matrícula, mejor que te vayas a otra Liga. Dice el entrenador que pone de su parte y progresa, pero con cuatro amarillas al siguiente partido ‘cae’, porque es de sangre caliente y los rivales saben sacar partido y no de fútbol precisamente.
Los contrarios le buscan y lo encienden
No importa si el partido es frío o caliente. Da lo mismo lo que haya en juego y el minuto que sea. No es una consigna establecida por el entrenador rival pero todos ven competir al Almería y saben bien que ‘chinchar’ a Lopy es meterle una amarilla en el cuerpo: o una roja directa. Hay imágenes que demuestran que el jugador del Almería no toca al contrario y el rival hace ‘teatro’ para activar al colegiado: siempre Lopy. Los aficionados del Almería están cansados de ver como la primera amarilla de los partidos que juega su equipo la ve Dion Lopy: sea o no.
Los contrarios son conscientes que el jugador carga con la cruz de estar ‘fichado’ y le buscan por eso de ser el fútbol un deporte para pillos. El club se tiene que plantear su venta porque esto no remite y va a peor con el paso de las jornadas. Vive su tercera temporada en el Almería y le han puesto en el foco transmitiendo una imagen de futbolista duro que nada tiene que ver con su nobleza y calidad a la hora de disputar la pelota. Si viene un club con la maleta llena que lo vendan y cargue con el ‘mochuelo’ porque lo de las tarjetas a Lopy no va a encontrar una solución lógica ya que responde a un empecinamiento global hacia el futbolista senegalés.
Los colegiados le han perdido el respeto
Hay que respetar siempre al árbitro y sus decisiones. La educación deportiva por encima de todo, pero hay que dar ejemplo y aplicarse el cuento. Se han vivido situaciones con Lopy de protagonista al que han llamado ‘loco’ en el campo con imágenes que retratan al colegiado. Pasó en el ‘Nuevo Mirandilla’ de Cádiz la pasada temporada con, Palencia Caballero, y otras veces nada que objetar, cuando entre unos y otros el jugador parece no ser respetado por el estamento arbitral, que le aplica un rasero de ‘oferta’ a la hora de amonestarle. Es muy fácil pitarle al Almería. Castigan con amarilla su primera acción al límite mientras que a los contrarios le permiten más.
No hay puerta a la que llamar para pedir un respeto para el jugador. En el CTA tienen bastante con cuidar la calidad de sus árbitros como para reparar en las amarillas a Lopy. Esto no se va a arreglar y cuando cumpla su ciclo empezará otro, y otro y… Porque los árbitros ya saben del rojiblanco y los contrarios no ayudan a que baje su promedio de tarjetas y saben ‘chincharle’ para que pique. La solución está en manos del club rojiblanco. Que suba a Primera y luego atender ofertas porque en España ya se ha ganado la fama. Lopy hace el pis en lana y suena. Otros reparten a sus anchas con el pis en la chapa sin hacer ruido.

Tony Fernández
Redactor de Deportes de SER Almería. Llegó a la SER en 1996. Antes, en RNE. Más de 40 años de experiencia...




