Frenar a Vox
¿Cómo se frena a la extrema derecha en Andalucía? ¿Cómo se evita que Vox siga creciendo entre los más jóvenes?
La Columna de Javier Alonso ( 12/11/25)
Sevilla
Estas fueron algunas de las preguntas que sobrevolaron el congreso del PP andaluz celebrado en Sevilla el pasado fin de semana y para las que nadie parece tener aún una respuesta.
Hay que reconocerle al PP de Juanma Moreno que ha dado un paso. Ha asumido en público y en privado que la extrema derecha es su gran adversaria política. Pero a partir de ahí sigue sin encontrar un rumbo claro.
Pide el voto útil para convertirse en el dique de contención frente a los de Abascal pero al mismo tiempo deja abierta la puerta a los pactos si son necesarios.
Intenta distanciarse de los discursos de odio pero vincula inmigración y seguridad o sitúa las ocupaciones ilegales como la causa de la falta de oferta de viviendas
La estrategia de Moreno es idéntica a la de 2022. Su forma de frenar a Vox es llamar al votante moderado y de centro izquierda para pedirle una mayoría absoluta que le evite depender de la extrema derecha. Pero quizá cuatro años después el mismo relato ya no es suficiente. Sobre todo porque ahora hay un evidente desgaste por la gestión que no existía entonces.
En frente está el PSOE y las formaciones de la izquierda que basan su discurso frente a Vox en el miedo, una estrategia de limitado alcance entre los más jóvenes. La última encuesta del CIS andaluz refleja que los menores de 34 años confían más en la formación de Santiago Abascal que en los socialistas o en los populares para resolver sus problemas
Algo falla.
Desde luego que algo falla cuando jóvenes andaluces que sitúan como sus principales problema la vivienda o el desempleo luego confían en Vox para que lo resuelva. ¿Alguien sabe cuáles son sus propuestas y cuál es su modelo?
Es cierto que las encuestas pueden reflejar un apoyo a Vox que luego no se traduzca en votos. También es verdad que quedan siete meses para las elecciones andaluzas y en política eso es mundo. Si no, qué se lo digan a alcaldes y presidentes autonómicos socialistas que vieron cómo las elecciones de 2023 cambiaron en apenas quince días. O a Feijóo que vio en una campaña como se le escapaba su mayoría absoluta.
Por eso, aún hay margen. Pero hace falta mucho más que una llamada al voto útil o el recurso del miedo. Y si alguien lo duda que mire a Italia, a Portugal, a Francia o a Alemania.