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Cerca de 69.000 motocicletas de la provincia de Málaga carecen de etiqueta para entrar en la zona de bajas emisiones de la capital

Un tercio de las motos de la provincia carece de distintivo o solo dispone de etiqueta B, lo que impide su acceso a la futura zona de bajas emisiones de Málaga.

Cerca de 69.000 motocicletas de la provincia de Málaga  carecen de etiqueta para entrar en la zona de bajas emisiones de la capital

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Málaga

La puesta en marcha definitiva de la zona de bajas emisiones (ZBE) de Málaga, que comenzará a multar a partir del 1 de diciembre, abre un escenario delicado para miles de motoristas de la provincia. Según los datos actualizados del parque de motocicletas, cerca de 69.000 motos no podrán acceder en teoría al perímetro restringido al no disponer de distintivo ambiental o llevar únicamente la etiqueta B, que limita el acceso al centro.

El volumen total de motocicletas en la provincia asciende a casi 217.000 vehículos, de los que unos 70.000 circulan por la capital, una cifra que da una idea de la importancia de la moto como medio de transporte habitual en Málaga. A estos números hay que sumar otros 90.000 ciclomotores, lo que eleva aún más el peso de las dos ruedas en la movilidad diaria del área metropolitana.

Un parque móvil envejecido y poco electrificado

El sistema de distintivos de la DGT sitúa a la mayoría de las motocicletas malagueñas en la etiqueta C, asignada a las adaptadas a las normativas Euro 3 (implantada en 2006) y Euro 4 (en vigor desde 2017). En la provincia hay casi 146.000 motos dentro de esta categoría, lo que les permite acceder sin restricciones a la futura zona de bajas emisiones.

El problema llega con los vehículos más antiguos. Cerca de 25.000 motocicletas llevan la etiqueta B, reservada para modelos con más de veinte años, que tendrán limitaciones de acceso al centro. A ese grupo hay que sumar casi 44.000 motos sin distintivo, lo que significa una prohibición total de entrada. En conjunto, estos dos segmentos representan casi un tercio del parque de motos de Málaga.

La electrificación, por su parte, avanza con lentitud. En toda la provincia apenas unas 2.000 motos llevan distintivo Cero o Eco. A pesar del impulso del coche eléctrico, el mercado de las dos ruedas se mueve más despacio y con menos oferta.

“No han tenido sensibilidad con las motos”

El colaborador de Autoradio y experto en motociclismo, Ángel López de los Reyes, apunta a un problema de enfoque en la regulación actual. López recuerda que Málaga es una ciudad con una intensa movilidad interurbana y que miles de personas dependen de la moto para desplazarse cada día.

“Son muchas motos y muy poco distintivo. Hay un vacío y no han tenido sensibilidad para con las motos”, explica. Considera que el impacto de la moto en la movilidad no se ha tenido en cuenta: “Málaga no es una ciudad pequeña. Mucha gente viene en moto porque es más fácil moverse y no hace tanta contaminación”.

La situación, apunta, puede convertirse en un problema económico para quienes residen en municipios del entorno y se mueven a diario hacia la capital. “Hay gente que no puede permitirse un coche, ni un aparcamiento, ni una moto eléctrica. La economía no está para eso”, señala. “Si el motero no puede entrar, no puede aparcar y no puede parar, al final no viene. Y eso afecta también al negocio”.

Las etiquetas ambientales no reconocen las normas Euro 5 y Euro 5+

Uno de los puntos que más preocupa al sector es el desfase entre las normativas europeas de emisiones y el sistema de etiquetado vigente en España. Desde 2020, los fabricantes están obligados a cumplir la norma Euro 5, y desde 2024 la Euro 5+, que exige motos más silenciosas y menos contaminantes.

Sin embargo, ninguna de estas dos etapas aparece reconocida en las etiquetas de la DGT.

Para López, esta ausencia genera un vacío que perjudica a los usuarios y a la propia renovación del parque móvil:

“Deberíamos tener un sistema diferente de etiquetado. Las motos somos amigas, no enemigas, de las zonas de cero emisiones”.

El experto insiste en que la moto contribuye a reducir la congestión y las emisiones por atasco, y subraya que su impacto real en la calidad del aire de una ciudad como Málaga es muy inferior al del tráfico pesado o del turismo intensivo en el centro.

Una electrificación lenta: solo 2.000 motos Eco o Cero

Aunque la moto eléctrica empieza a ganar presencia en algunas ciudades europeas, su implantación en Málaga es todavía limitada. Solo unas 300 motos eléctricas más se han matriculado respecto al año anterior.

López apunta varias razones:

— El usuario medio prefiere una moto convencional.

— La oferta eléctrica es más reducida y, en algunos casos, poco atractiva.

— Las campañas de información llegan con menos fuerza que en el caso del coche.

“No tienen por qué hacerlas feas. Hay modelos bonitos, pero otros no entran por el ojo. Y si te vas a comprar una moto cada X años, te lo piensas”, afirma. Por eso aboga por mejorar la comunicación y permitir la prueba de vehículos:

“Yo haría campañas para dejar motos eléctricas y que la gente las pruebe. Ahí verían que pueden hacer un uso diario bastante interesante”.

¿Puede reactivarse el mercado con la ZBE?

El experto reconoce que la implantación de las ZBE podría generar un doble efecto:

Impulsar la compra de motos nuevas, adaptadas a normativas más modernas y con mejores sistemas de seguridad.

Aumentar el interés por la movilidad eléctrica en desplazamientos cortos y urbanos.

Sin embargo, insiste en que este impulso dependerá de que las administraciones ajusten el modelo de etiquetado y tengan en cuenta las particularidades de la moto. De lo contrario, advierte, miles de usuarios podrían verse desplazados sin alternativas razonables.


Una transición con aristas

La entrada en vigor de la zona de bajas emisiones obligará a miles de conductores a revisar sus distintivos, sus trayectos y sus posibilidades reales de acceso. El caso de la moto —menos contaminante, más eficiente en tráfico urbano y fundamental para la movilidad diaria de muchos malagueños— reabre el debate sobre si el sistema de la DGT refleja adecuadamente la realidad de los vehículos de dos ruedas.

El sector, a través de voces como la de López, subraya que la moto debe verse como un aliado, no como un problema. Y reclama sensibilidad, actualización normativa y una transición que tenga en cuenta la economía de los usuarios y el papel real de la moto en la movilidad urbana.

Ignacio San Martín

Ignacio San Martín

Periodista de Málaga especializado en tribunales y motor. Responsable de 'Autoradio', programa decano...

 

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