Las granjas avícolas de Málaga refuerzan la bioseguridad ante la gripe aviar pese a que la mayoría operan en recintos cerrados
La clausura decretada por el Gobierno para las aves al aire libre apenas afecta al modelo productivo de la provincia, donde no se ha detectado ningún brote

Las granjas avícolas de Málaga refuerzan la bioseguridad ante la gripe aviar pese a que la mayoría operan en recintos cerrados
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Málaga
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha decretado el confinamiento obligatorio de todas las aves de corral que se crían al aire libre en España. La decisión, publicada en el Boletín Oficial del Estado, supone un refuerzo inmediato de las medidas preventivas frente a la gripe aviar, una enfermedad altamente contagiosa que mantiene en alerta a buena parte de Europa ante la presencia creciente de focos en granjas y en fauna silvestre.
Hasta ahora, la prohibición de mantener aves al aire libre se aplicaba únicamente a los municipios catalogados como zonas de especial riesgo y especial vigilancia. Sin embargo, el Ministerio ha decidido extenderla a todas las explotaciones del país, incluidas las ecológicas y las de autoconsumo, debido a la evolución del virus en el continente y a los factores estacionales que incrementan la circulación del patógeno en las aves migratorias.
Según los datos oficiales que acompañan la orden ministerial, Europa ha notificado desde julio 139 brotes en granjas avícolas, mientras que España ha confirmado 14 focos en explotaciones, junto a 53 casos en aves silvestres y cinco en aves cautivas. No se ha registrado ningún contagio humano. El documento detalla que la abundancia de aves migratorias en humedales y el descenso de las temperaturas han elevado el riesgo de entrada del virus, ya que estos elementos favorecen su supervivencia y su diseminación.
Málaga intensifica controles en 30 municipios
Aunque la medida afecta desde este jueves a todos los municipios en Málaga hay ocho localidades clasificadas como zona de especial riesgo —Alameda, Antequera, Campillos, Fuente de Piedra, Humilladero, Mollina, Sierra de Yeguas y Teba— y otros veintidós se han incorporado como zona de especial vigilancia.
El Ministerio insiste en que el consumo de huevos y carne es seguro. La vía de transmisión del virus en humanos no se produce a través de alimentos, sino únicamente por contacto directo y estrecho con aves infectadas.
Una visita sobre el terreno: la bioseguridad marca el día a día
Para comprobar cómo se aplican estas medidas en una explotación intensiva, hemos visitado la granja avícola Salvi, situada en Coín, en el paraje de El Cerradillo. Es una explotación con casi cuarenta años de actividad y que mantiene unas 70.000 gallinas en recintos completamente cerrados. El acceso está restringido y la entrada obliga a cumplir protocolos estrictos: registro, uso de mono, calzas, gorro y control sanitario.
Su responsable, Salvador Pavón, resume la situación con claridad: “Si entra la enfermedad habría que sacrificar a todas las gallinas. Sería la ruina total”, señala mientras muestra las instalaciones. Explica que en la granja trabajan 22 familias, por lo que un brote supondría un impacto económico y laboral enorme. “Somos los primeros interesados en que las gallinas estén bien. Es nuestro negocio y de ello vivimos”, añade.
Las naves mantienen climatización controlada, sistemas de ventilación automatizada, programas de iluminación, revisión diaria del estado sanitario y un protocolo de limpieza constante. En este tipo de explotaciones intensivas, las gallinas no tienen contacto con el suelo y están aisladas del exterior para impedir cualquier posibilidad de contagio.
Pavón asegura que han reforzado los accesos en los últimos días ante la alerta del Ministerio. “Aquí está todo controlado, y más ahora. Cada persona que entra sabe que debe cumplir las normas. La bioseguridad no es algo puntual, es nuestro trabajo de todos los días”, resume.
El sector veterinario pide tranquilidad: el consumo es seguro
El veterinario de Asaja, Alberto Pérez, acompaña la visita y ayuda a interpretar la situación sanitaria:
“Son unas medidas preventivas que lo que buscan es controlar que no haya contagio de influenza aviar a las granjas avícolas y proteger tanto a la cabaña ganadera como a la población”, explica. Su mensaje clave va dirigido al consumidor:
“El consumo de carne o huevos es totalmente seguro. La influenza no se transmite por los productos avícolas, solo por contacto directo con las aves”.
Pérez recuerda que las inspecciones en las explotaciones son frecuentes, tanto por veterinarios privados como por técnicos de la administración. “El trabajo del sector está siendo excelente y el nivel sanitario es muy alto”, afirma.
Sobre la situación local, Pérez confirma que ninguna explotación malagueña ha registrado casos positivos de gripe aviar. Aun así, recomienda mantener la vigilancia máxima por la etapa migratoria de muchas especies de aves silvestres.
Tensión en el mercado del huevo y preocupación por las importaciones
El responsable de la granja señala otro efecto derivado de la situación nacional: la reducción del censo de gallinas ponedoras en España por los focos detectados en otras comunidades. “El país ha bajado un 6 o 7% su producción. Si faltan huevos cada día en el mercado, el precio sube”, explica. Aunque los consumidores han notado esa subida, Pavón recalca que “el huevo sigue siendo la proteína más barata que podemos encontrar”.
También muestran preocupación por la entrada de huevos procedentes de otros países sin los mismos controles sanitarios. “Las explotaciones europeas cumplen normativas muy estrictas. Si llega mercancía del exterior sin estos requisitos, la competencia es desigual”, apunta.
Un sector vigilante y preparado
Mientras el Ministerio mantiene la alerta, las granjas refuerzan sus medidas para evitar cualquier contacto entre sus aves y la fauna silvestre. La orden ministerial recuerda que cualquier sospecha debe comunicarse de inmediato a los servicios veterinarios. Su cumplimiento es clave para evitar que el virus entre en explotaciones donde una sola incidencia obligaría a sacrificar a todos los animales.
En Málaga, con treinta municipios bajo medidas reforzadas y sin ningún brote detectado en granjas, el sector pide calma y confianza. La producción continua, el consumo es seguro y la vigilancia sigue activa.




