Listas de espera y listas electorales: el tablero andaluz

Sevilla

Se las prometían felices y todo parecía coser y cantar. Solo faltaba fijar la fecha para un plebiscito andaluz. Semana tras semana se sucedían anuncios en un evidente clima preelectoral: reducciones fiscales para mascotas, para personas celíacas o para quienes van al gimnasio. Un camino sembrado de viandas para arropar la reelección del líder redentor.

La crisis en el programa de cribados del cáncer de mama hizo saltar por los aires todos los planes. Ahora todo es más incierto. Los andaluces parecen haber despertado de un dulce sueño para comprobar que la sanidad que Moreno Bonilla prometía mejorar es hoy peor. Suya es la pregunta que en 2018 dirigía a Susana Díaz sobre “el sufrimiento, la incertidumbre y la ansiedad” que padecía un andaluz al esperar días y meses sin recibir una cita. Entonces apelaba a la empatía de la presidenta autonómica y prometía acabar con las listas de espera: máximo de 60 días para una intervención quirúrgica, decía, 15 para una consulta y 10 para una prueba diagnóstica.

Casi ocho años después, en Huelva hay que esperar 782 días para una consulta con cirugía vascular o 360 para traumatología. En el Hospital Juan Ramón Jiménez, la media para una intervención quirúrgica es hoy de 180 días. Son datos que hablan por sí solos.

Tras casi ocho años de gobierno del PP, en Huelva no hay Hospital Materno Infantil ni Ciudad de la Justicia. Ambos son proyectos que el PP reclamaba sin demora cuando estaba en la oposición. Otras iniciativas pendientes, como los hospitales comarcales de Aracena y Bollullos, o un nuevo puente sobre el Odiel, han desaparecido de sus reivindicaciones ahora que les toca gestionar. Es el caso también del Convento de la Trinidad, en Málaga, o la Autovía del Olivar, en Córdoba.

Moreno Bonilla debería recordar que un día tuvo los pies de barro. Llegó al Gobierno impulsado en parte por el malestar ciudadano ante la gestión sanitaria, justo cuando el Partido Popular estaba bajo mínimos, y lo hizo gracias al apoyo expreso de Vox y la alianza con Ciudadanos para poner fin a 40 años de socialismo en Andalucía. Hoy los andaluces saben, como en 2018, que la sanidad pública ha empeorado. Y eso invierte las estrategias y trastoca el tablero de la próxima cita electoral. El presidente lo sabe. Tiene que mover ficha.