Málaga mantiene su dependencia del sector servicios y refleja una brecha de género persistente en el empleo

Málaga

La fotografía más reciente del mercado laboral en Málaga ha dibujado un escenario de estabilidad casi inmóvil, donde el peso del sector servicios, la diferencia entre hombres y mujeres y el ritmo lento de transformación económica siguen marcando el paso. Según los últimos datos disponibles, en la provincia hay 1.528.200 personas mayores de 16 años en edad de trabajar. De ellas, 931.000 han formado parte de la población activa, es decir, ciudadanos que ya tienen empleo o lo buscan de forma activa. Otras 596.000 personas han permanecido inactivas, entre estudiantes, jubilados, personas dedicadas a las labores del hogar o quienes cuentan con una incapacidad para trabajar.

Dentro de ese grupo activo, 816.000 personas han estado ocupadas y 114.000 se han mantenido en situación de desempleo, a lo que se suma un contingente relevante de 16.000 personas que buscan su primer empleo.

La distribución por sexos ha mostrado un desequilibrio que sigue siendo estructural. Los datos apuntan a 494.000 hombres activos frente a 438.000 mujeres, pero a pesar de esa diferencia numérica, el desempleo ha golpeado con más fuerza a ellas: 64.000 mujeres paradas frente a 51.000 hombres. La brecha se ha repetido también entre quienes buscan su primer empleo, donde 9.000 mujeres se han incorporado a esa lista frente a menos de 7.000 hombres.

La tasa de empleo media en Málaga ha alcanzado el 53,4%, pero la diferencia por género vuelve a mostrarse significativa. En los hombres, esa tasa roza el 60%, mientras que en las mujeres no llega al 48%. Si se observa el porcentaje de población activa que tiene trabajo, el 89,7% de los hombres activos está ocupado, frente al 85,5% de las mujeres.

El núcleo del mercado laboral se concentra en edades intermedias: 666.000 personas activas tienen entre 25 y 54 años. Y, dentro de la estructura económica malagueña, el dominio del sector servicios vuelve a ser abrumador: 737.000 activos proceden de este ámbito, lo que representa casi el 85% del total. Muy por detrás quedan la construcción (64.400 personas, un 7,2%), la industria (50.000, un 5,9%) y la agricultura (19.000, apenas un 2%). Además, 60.600 personas se han registrado como parados que buscan su primer empleo o que han dejado de trabajar hace más de un año.

En la última década, el reparto sectorial ha cambiado muy poco. El sector servicios ha perdido dos puntos porcentuales, la construcción ha ganado 1,3 puntos, la industria ha crecido 1,5 puntos y la agricultura ha reducido su peso en tres décimas.

Si se observa solo a los ocupados, 692.000 trabajadores pertenecen al sector servicios, 59.100 a la construcción, 48.400 a la industria y algo más de 16.500 a la agricultura, para un total de 816.000 personas empleadas en la provincia.

Entre los inactivos, el grueso corresponde a cerca de 300.000 jubilados, 109.000 estudiantes, 129.000 personas —en su mayoría mujeres— dedicadas a las labores del hogar, además de 45.000 ciudadanos incapacitados para trabajar.

El panorama resultante refleja que Málaga continúa dependiendo del sector servicios, mantiene una brecha de género evidente en el empleo y arrastra un proceso de transformación económica que avanza con extrema lentitud.