“La radio nunca muere”: 42 años de historias con Lolo Cruz

Jaén

Radio Jaén Cadena SER celebra 90 años de vida, nueve décadas de voces, madrugadas, noticias y compañía. Durante todo este tiempo, la emisora ha sido testigo del pulso de la provincia y de las transformaciones que han marcado a varias generaciones. Entre quienes mejor conocen esta evolución está Lolo Cruz, una de las voces más queridas y reconocidas de la casa que hace pocos meses que se despidió de este medio por su jubilación.

Lolo no solo ha sido una referencia informativa: durante más de cuatro décadas, su voz ha estado ligada a momentos decisivos de Jaén.

“Han sido 42 años de vida profesional”, recuerda. Entró en la radio a finales de octubre de 1982 y, salvo un paréntesis de seis años en el Ayuntamiento de Baeza, siempre regresó a Radio Jaén, su casa. “Viví todas las etapas: emisoras reunidas, cooperativa, sociedad limitada, sociedad anónima y, por último, Prisa Radio. Cambiaban las estructuras, pero el trabajo, en esencia, seguía siendo el mismo”.

De los magnetófonos a la digitalización

Lolo ha sido testigo directo de la transformación técnica del medio. “Las cuñas de publicidad se emitían con magnetófonos de pista abierta. Después llegaron las cartucheras: eso fue una revolución. Y más tarde, la digitalización total de la radio”. Un proceso que, aunque exigente, asumió con naturalidad.

“Los que nacisteis en la era digital lo tenéis más interiorizado”, bromea. “Yo soy de era analógica, y costó un poco, pero los sistemas informáticos están pensados para que cualquiera pueda manejarlos. Decía que estaban diseñados para personas como yo”, ríe. Uno de los momentos más curiosos fue el cambio al año 2000: “Había teorías de que los ordenadores iban a fallar. Esa Nochevieja me la pasé aquí en el control… y no pasó absolutamente nada”.

La llegada de la página web también supuso un reto. “La radio es síntesis, concisión. En internet hace falta desarrollar más, profundizar. Era como trabajar en la radio por la mañana y en un periódico por la tarde”.

Una infancia entre cintas y novelas radiofónicas

La radio ha formado parte de su vida desde niño, gracias a su padre, Manuel Cruz, primer jefe de Informativos de la historia de Radio Jaén. “Mientras otros críos jugaban al fútbol, yo jugaba a radiar partidos de fútbol”, recuerda entre risas. “Mi entretenimiento era darle la vuelta a las cintas de las novelas radiofónicas. Venían grabadas al revés y mi padre me sentaba en el estudio para prepararlas”.

Aquellos años dejaron anécdotas entrañables, como cuando su abuela Rosario le pedía que al día siguiente le contara el final de la novela que ella no podía escuchar.

Los días que nunca se olvidan

Entre las vivencias más duras de su carrera, destaca el accidente del autobús de la excursión de Testigos de Jehová de Bailén. “Escuché por la frecuencia de la Guardia Civil que pedían a todos los servicios funerarios porque iban a necesitar muchos féretros. En ese momento supe que algo terrible había ocurrido”. Fue una noche larga y desgarradora, en permanente comunicación con Hora 25.

En el lado opuesto, también conserva recuerdos emocionantes. “La gran manifestación de la PAC fue impresionante. Ver a miles de agricultores defendiendo el olivar y el futuro de Jaén llenaba de orgullo”. Otro momento muy especial llegó cuando su hijo, sin haberlo hablado en casa, formuló a José Luis Rodríguez Zapatero —entonces presidente del Gobierno— una pregunta que saltó a todos los medios nacionales. “Fue completamente espontáneo. Me dio mucha satisfacción”.

La radio también es humor

No todo han sido noticias y tensión. La convivencia en la emisora ha dejado capítulos divertidos, sobre todo en la época del técnico Paco Arbona. Lolo recuerda especialmente cuando Arbona confundió la entrada en el estudio de un invitado serio y respetado, Lorenzo Guerrero Palomo, con la de un compañero con el que había estado bromeando: un susto que quedó en la memoria colectiva por las risas que provocó.

“En la radio se trabaja con mucho estrés, pero también se disfruta muchísimo. Nunca he tenido un compañero con el que no me llevara bien”, afirma.

Una profesión profundamente vocacional

Para quienes sueñan con dedicarse a la radio, Lolo es claro: “Esto es vocacional. Si no te encanta, no podrás soportar la presión”. Explica la exigencia diaria, como preparar minutos de contenido que parecen pocos, pero requieren horas de trabajo. “Nadie sabe lo que significa llegar aquí a las seis de la mañana sabiendo que a las 7:20 tienes diez minutos que rellenar… y que todo el mundo aún duerme”.

Recuerda con cariño a aquellos profesionales de los que aprendió: Indalecio Morales, Ángel del Arco y el ingeniero Antonio, “con quien pasé muchísimas tardes entre equipos”.

Y, sobre todo, a su padre: “Compartimos madrugones, cafés a las cinco y media, días duros y días felices. Eso no se olvida”.

Un deseo para la radio

Ante el 90 aniversario de Radio Jaén, Lolo lanza un mensaje cargado de pasión: “La radio nunca va a morir. Su inmediatez y su calidez harán que perdure otros 90 años y muchos más. Esta casa ha contado lo importante, lo cotidiano y también lo extraordinario. Es nuestra historia como provincia y como pueblo. Y seguirá siéndolo mientras haya gente trabajando con alegría, ímpetu y cariño. Porque sin la gente, la radio no es nada”.