El 29 de mayo de 2022 no fue un domingo cualquiera
El Leganés ponía el campo al servicio del Almería y regalaba hospitalidad pero no los puntos

Rubi lanzado al cielo por sus futbolistas tres el ascenso de Butarque. / Juan Sánchez

Almería
Inolvidable aquel día y el comportamiento de un club amigo para siempre. Un ascenso en juego para los hombres de Rubi en un campo puesto al servicio de la afición visitante por un gran club que no regaló nada al Almería. La temida honrilla del Leganés casi se carga la fiesta a la que asistía un ministro de Arabia Saudita vestido como cualquier otro aficionado. El empate no llegaba para la gloria pero se obró el milagro gracias al Alcorcón entrenado por el almeriense Fran Fernández. La historia de la carambola que hizo campeón al Almería la saben todos de memoria pero lo que toca es recordar y elogiar todo lo que el Leganés puso al servicio de los almerienses.
Todo se decidía en el Sur de Madrid en dos escenarios diferentes a pocos kilómetros de distancia. El campo de Butarque asistía a un partido que cerraba una temporada donde el equipo Pepinero no estaba llamado a la fiesta. Los seguidores del Almería tomaron el recinto en todos los sectores y el buen rollo se notaba. Pudo perder y ganar el equipo rojiblanco y todo acabó en empate y con ello la temida promoción de ascenso. Rostros de resignación en la afición desplazada desde Almería hasta que llegó el gol del Alcorcón y se desataba la fiesta. Gio Zarfino marcaba un gol que dejaba sin el ascenso directo al Eibar y hacía campeón al Almería.
El 29 de mayo de 2022. Último domingo del mes, con aroma a verano y promesas de futuro. El calendario marcaba el día 149 del año, pero para muchos fue más que un número: fue playa, familia, fútbol y emociones. La noche anterior, el Real Madrid había levantado su 14ª Champions, y España amanecía con la resaca dulce de la gloria europea. Era un domingo para recordar, un puente hacia junio, un instante suspendido entre despedidas y sueños.
Horas extra por una gran afición
Cuando llegaba el final del partido en Alcorcón se declaraba el estado de fiesta en Butarque. Los empleados del club al pie del cañón dejando que celebraran un ascenso a Primera los almerienses allí desplazados. Al frente de la fiesta estaba Turki Al-Sheikh luciendo la camiseta del Almería rodeado de sus hombres fuertes. Butarque era rojiblanco y el comportamiento ejemplar de un club de solera. Pusieron todo al servicio del Almería y pagaron horas extras a sus empleados. Todo menos los puntos, dejando el honor del club en todo lo alto. El empate a dos acabó siendo suficiente.
Una deuda impagable con Leganés y Alcorcón
El Almería vuelve a Butarque donde debe una factura a dos clubes que ya forman parte de la historia rojiblanca. El Alcorcón de Fran y Gio Zarfino hizo realidad el sueño, derrotando al Eibar y el Leganés lo puso todo al servicio del Almería menos los puntos en litigio. Hoy decir Butarque es hablar de un domingo inolvidable cuando miles de almerienses cantaron el último ascenso a Primera con todas las comodidades, campando a sus anchas por la instalación. Imposible controlar la ilusión de una afición desatada. Leganés estuvo a la altura y habrá tiempo de corresponder. Para el Almería siempre va a ser un campo especial.

Tony Fernández
Redactor de Deportes de SER Almería. Llegó a la SER en 1996. Antes, en RNE. Más de 40 años de experiencia...




