Vídeo: Un individuo roba un vestido del Niño Jesús de Consolación de Utrera
Los hechos, según informa la Hermandad, ocurrieron en la tarde del domingo

Cadena SER
Utrera (Sevilla)
La junta de gobierno de la Hermandad de Consolación de Utrera, Patrona de la localidad, ha emitido un comunicado oficial en el que informa de la sustracción de un traje bordado en oro en tisú blanco del Niño Jesús -el que luce en la imagen bajo estas líneas-, ocurrido la pasada tarde del domingo 23 de noviembre.

Imagen de archivo de la Virgen de Consolación de Utrera con el Niño Jesús en su brazo izquierdo / hdad.consolacionutrera

Imagen de archivo de la Virgen de Consolación de Utrera con el Niño Jesús en su brazo izquierdo / hdad.consolacionutrera
Según el referido comunicado, estos actos vienen dándose en los últimos meses, donde se han visto intentos de sustracción de otros elementos del Santuario.
La corporación utrerana se ha puesto en contacto con la empresa de seguridad contratada para informar de los hechos y revisar las grabaciones de seguridad de la cámara instalada en la ante sacristía, de donde se ha extraído el vídeo que acompaña a la noticia.
Por último, la Hermandad de Consolación de Utrera ha presentado la correspondiente denuncia ante las autoridades competentes, dejándolo todo en manos de los cuerpos de seguridad del Estado.
Rápida actuación de la Guardia Civil
Ya en la tarde de este martes, la junta de gobierno de Consolación y el Rectorado de su Santuario comunicaban la recuperación del traje bordado en oro en tisú blanco que fue sustraído en la pasada tarde del domingo 23 de noviembre, dando las gracias a todos los devotos de la Santísima Virgen y a los medios de comunicación por la difusión de esta noticia.
Asimismo, agradecían de manera muy especial a la Guardia Civil por la labor realizada. Benemérito Instituto que este mismo miércoles ha hecho entrega pública del traje del Niño de la Virgen al Rector en el Santuario de Consolación.
Un poco de historia
La fundación de la Hermandad de Nuestra Señora de Consolación en Utrera fue consecuencia directa de uno de los episodios más trágicos que registra la historia local: la epidemia de peste bubónica que, en 1649, se cobró la vida de casi la mitad del vecindario.
A raíz de la desgracia, los utreranos solicitaron de la jerarquía eclesiástica su fundación, lo que se consiguió el 4 de noviembre de ese mismo año con el título de Hermandad de Nuestra Señora de Consolación, San Francisco de Paula y Santos Mártires de Utrera (refiriéndose los santos griegos Estratón, Artemidoro, Rufino y Rufiniano, que el cronicón de Dextro hizo utreranos) y estableciéndose en el antiguo Hospital de la Mesa, recientemente derruido, que se alzaba en la actual calle Sor Marciala de la Cruz.
En sus primitivas reglas se especificaba que habían de salir en procesión el Domingo de Lázaro con un Cristo Crucificado que existía en Consolación (el actual del Perdón, de los Muchachos de Consolación), tradición que venía de antes, al menos el Padre Tamayo ya la menciona en 1603, y también era privilegio de la hermandad ser la que sacaba a la calle la imagen de la Virgen en su multitudinaria romería, para entregarla a la de Campillos, decana de las corporaciones filiales.
La escasez de datos ha motivado un desconocimiento de la trayectoria de esta corporación, que a raíz de la supresión de la romería, en 1771, y de la Invasión Francesa fue decayendo hasta quedar prácticamente desorganizada. Fue en 1841 y a instancias de Joaquín Giráldez Cortés –célebre criador de toros bravos y hermano mayor de ella por más de veinte años– cuando un grupo de utreranos se decidió a reorganizarla.
El 24 de agosto de 1842 fue aprobada por el Duque de la Victoria, regente del reino, en nombre de Isabel II y varios años después, el 10 de septiembre de 1862 se promulgó una Real Cédula estableciéndola legalmente.
A Joaquín Giráldez le sucedió en 1864 y al frente de la hermandad otro insigne utrerano: Manuel Sánchez Silva que, entre otros cargos, fue gobernador civil, diputado a Cortes, senador del Reino, consejero de Estado y caballero de las órdenes de Isabel la Católica, San Fernando y Carlos III, permaneciendo en el cargo hasta su muerte en 1881, tomando el relevo Enrique de la Cuadra y Gibaja, I marqués de San Marcial y de Gibaja, que costeó durante su mandato la importante restauración de 1892.
Posteriormente, le sucedieron en el cargo Joaquín Murube Monge, Fernando de la Cuadra y Sainz de la Maza, II marqués de San Marcial; José Giráldez Riarola, Antonio de Torres y Santiago Calvo de la Banda, Ignacio Fernández del Castillo Viar, Francisco Benavides Pérez, Juan Moreno Caballero, Joaquín Giráldez Torres, Salvador de Quinta Rodríguez, Antonio Carmona, Manuel Ruiz Blanco, Juan Manzano, Telmo Sánchez y Rafael Rojas, que actualmente lo ocupa.




