El Sano Antequera encaja su primera derrota de la temporada en Vícar

Vícar

Hay partidos que se van complicando sin estridencias, casi en silencio, como si el guion se ajustara poco a poco en favor del rival. En el Pabellón José Cano de Vícar, en una mañana de balonmano denso y ritmo irregular, el Sano Antequera BM. Torcal conoció su primera derrota de la temporada: un 30-24 frente al Agrinova que no habla de falta de carácter, sino de un desgaste continuo que acabó inclinando el partido hacia el conjunto local en un ruidoso y complicado fortín. Fue un partido incómodo, en el que siempre parecía faltar un hilo, un detalle, un segundo más de calma.

El comienzo fue, como tantas veces, impecable. El Torcal entró al partido con un 0-3 sostenido por la clarividencia de Hugo Solís -autor de los dos primeros tantos- y por un Julián Ligero que convirtió el tercero con el gesto frío de quien sabe dónde quiere que vaya el balón. Ese 0-3 hizo ver la versión del Torcal que tantas veces ha impuesto su ritmo en cada pista.

Pero en Vícar el aire empezó a cambiar muy pronto. Los locales, sostenidos por la puntería de José Ángel Rodríguez, encontraron el camino hacia el empate. Del 0-3 se pasó al 2-4, luego al 5-5 y más tarde al 7-7. Cada aceleración visitante encontraba respuesta inmediata. Y ahí, en ese intercambio igualado, el Vícar comenzó a crecer. Rodríguez, Vinuesa y Pérez aparecían una y otra vez como martillos suaves pero constantes, manteniendo a su equipo enganchado a cada acción del partido.

Lo cierto es que el Sano fue capaz de volver a ponerse por delante en el marcador poniendo el 7-9, pero un parcial de 4-0 del conjunto almeriense llevó el choque al 11-9, y aunque el Torcal resistió lo que pudo, la inercia estaba ya del lado local. El descanso llegó con 16-12 y un regusto amargo, que no era más que la sensación de haber competido, pero no haber mandado.

La segunda parte fue un espejo deformado del encuentro: cada intento de reacción tenía un precio y cada acercamiento encontraba un muro. El Torcal volvió a la pista con decisión -goles de José Gómez, de Juli Ligero y de Javi González- que apretaron el marcador hasta el 16-14 primero y el 18-15 después. Las exclusiones almerienses daban aire, pero no terminaban de abrir caminos definitivos.

El tramo entre el minuto 20 y el 25 fue quizá el más frustrante del partido. El Torcal se puso 21-19 gracias al empuje de Diego Bros, Javi González y la eficacia de Gonzalo Álvarez, pero cada vez que el partido parecía respirar a favor, el Vícar respondía sin dudar. Ogbomon y Pérez castigaron a los antequeranos, Vinuesa volvió a aparecer cuando todos lo buscaban y, en una de esas curvas donde los partidos se deciden, el marcador se plantó en un 25-22 que terminó siendo frontera.

Los tiempos muertos solicitados por José Vegas intentaron recomponer la calma, pero el equipo seguía teniendo que remar contracorriente. Y remar, cuando el rival está cómodo en ataque y tú necesitas un punto extra de pausa, se convierte en una tarea agotadora. A tres minutos del final, con 27-22 y un Jorge Vinuesa incontenible, el partido se inclinó definitivamente.

El último tramo tuvo, incluso, un punto cruel con la descalificación de José David Ligero en el 29:40, después de un esfuerzo defensivo a contrarreloj que dejó al equipo sin una de sus piezas más constantes cuando ya no quedaban caminos hacia la remontada. Aun así, Sillero marcó el último gol visitante para cerrar el 30-24 final.

La próxima semana llegará un nuevo parón competitivo con motivo del puente festivo. El Sano Antequera retomará la liga el sábado 13 de diciembre en el Argüelles, donde recibirá al Maracena para poner cierre a la primera vuelta. Siete días después, el equipo volverá a escena en casa, esta vez frente al Ciudad de Granada, en el último compromiso antes del paréntesis navideño.