Golpe de realidad: el Almería debe aprender y bajar el ruido

Las derrotas enseñan y toca bajar pulsaciones, dejar la protesta arbitral y centrarse en el ascenso

El Almería tiene que aprender de las derrotas para buscar el ascenso, / UD Almería

Almería

Los palos ayudan a despertar. Un garrotazo en los morros a veces viene bien para bajar los humos del éxito. Decía Rubi antes de jugar contra el Huesca que todavía le duraba la derrota de Ceuta por la forma en la que se producía y se notó. Está en su derecho a reclamar lo justo, pero no debe olvidar que hizo una apuesta que no salía. Tocaba el 11 de Leganés y los que entraron debilitaron al equipo. No toda la culpa de aquella derrota la tuvo el famoso penalti como el empate frente al Huesca era por tener la mente sucia. Lo sabe el entrenador, que apostando por un aire nuevo no le salía la jugada y el equipo se veía debilitado en la zona ancha y lo pagaba caro. Empatar en casa ha sido el punto y seguido.

Hay que tener claro que toca aprender de las derrotas porque se muere de éxito en esta vida. Lo que tiene que hacer el Almería como club es pasar de los arbitrajes y apostar por lo que funciona para el ascenso. Los errores de los colegiados, como los propios, suman y restan a lo largo de una temporada; se impone por encima de todo tener las ideas claras y en ese análisis obligado bajar las pulsaciones y saber por donde ha venido la derrota para que no se repita. El Almería de Leganés ganaba en Ceuta. Eso es lo que tiene que valorar el entrenador más que el famoso penalti.

Los palos espabilan. Las derrotas enseñan y los análisis hay que realizarlos desde la tranquilidad y el sosiego para no cargar las tintas y expandir las culpas propias. El Almería tiene que hacer de los garrotazos sus enseñanzas para cumplir con el guion establecido. Toda la categoría tiene claro que es el mejor equipo y candidato número uno para el ascenso directo. Toca demostrarlo en cada jornada y cargar con la presión del favorito. Habrá partidos como el de Ceuta o ante el Huesca.

El Almería de Leganés ganaba en Ceuta

Ha pasado tiempo y LaLiga no para. Se entiende en el fútbol una semana como un largo trayecto, porque los acontecimientos se suceden a gran velocidad. En Ceuta tuvo el Almería la segunda oportunidad que le daba la suspensión del partido. El Ceuta que fue mejor el día 9 lo volvía a ser el 26 por errores de su rival. El gol de Salazar a los dos minutos tenía que estar en la mente de los hombres de Rubi, que repitieron en el medio partido, cediendo una nueva ventaja en el marcador. Los cambios en el 11 no dieron el rendimiento esperado y al margen del penalti daba solo para empatar.

El centro del campo aquel día no sostenía al equipo y los fallos de Chirino y Bonini en el primer gol, como el famoso penalti, tienen mucha componente rojiblanca. Del arbitraje ya se ha hablado mucho y poco de la apuesta del entrenador que no salía. Rubi tenía un plan con André Horta, Baba y Baptistao que no salía. Luego, hizo un carrusel de cambios tras el penalti volviendo loco al equipo y nada se dijo de ello, pero se sabe en el staff técnico. Sabiendo aplicarse el cuento y aprendiendo la lección, el Almería subirá a Primera pero si se tapan los errores y se cargan las tintas con los arbitrajes: fracaso al canto.

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Hay que pasar de los arbitrajes

Hablar de los colegiados en España no conduce a nada. El nivel cada año va a peor y la tecnología que han puesto en sus manos no la saben utilizar. Hay mucha opinión y poco criterio con el VAR, y lo que toca es pasar de los que pitan y centrarse en ganar al contrario- Los fallos se volverán a suceder. No se pita al Almería peor que a otros y, si así sucede, lo que hay que hacer es salir a competir contra 12: porque el equipo tiene capacidad para ello. Los escritos al CTA como meter presión al árbitro que toca tras una jornada de error, es hacer pagar la deuda a terceros. Las quejas del Ceuta las pagaba el Almería: siempre igual.

Saber el terreno que se pisa para subir

El entrenador del Almería sabe que tiene la mejor plantilla y que el tema arbitral en España no tiene arreglo por mucha tecnología punta que tengan en sus manos. Para que nada falle hay que dejar de hablar de los colegiados y centrarse en las capacidades propias. Saber bien el terreno que se pisa hará mejor al Almería ante sus rivales. Meter en la cabeza del futbolista que el árbitro es un amigo ayudará y no debilitará al equipo. Se van a seguir equivocando igual, pero van a notar que el Almería va a lo suyo y no quiere movidas con el estamento arbitral.

La cabeza fría del entrenador

Tranquiliza a nivel de afición tener un entrenador experto que sabe su oficio. Comedido a la hora de juzgar las decisiones arbitrales y siempre dejando un poso de sensatez en sus declaraciones. Hay que hablar lo justo con el debido respeto y lo viene haciendo. El escrito al CTA no devolverá los puntos que se quedaba el Ceuta, y debe aplicarse el cuento para lo que le espera de aquí al final de la temporada. Hay que contar hasta diez antes de hablar en caliente y meditar todo lo acontecido en un partido, antes de cargar las tintas con los que pitan, porque ellos (los árbitros) están al tanto de todo. Dos partidos sin triunfo y muchos mensajes para el entrenador: toca aprender.

Tony Fernández

Redactor de Deportes de SER Almería. Llegó a...