El perdón de Aitor

Morón de la Frontera

Hace unos días nos despertábamos con la noticia de que el PNV, por medio de su guía Aitor Esteban Bravo, aprovechaba la visita del presidente de Alemania a Guernica para exigir a España, y a Felipe VI, que pidiesen perdón por el bombardeo que la aviación alemana -al servicio de Franco y de su ejército sublevado- ejecutó sobre esta ciudad vasca durante la Guerra Civil Española. Y nada, el chorbo lo piensa, lo suelta y luego se va de chatos y pinchos, sin ni tan siquiera despeinarse. Pero vamos a refrescarle al señorito Aitor, desde este ínfimo rincón, la limpia memoria que parece iluminarle.

Fue esta gente del PNV la que en plena Guerra Civil Española, y ante el acoso de las tropas franquistas sobre Bilbao, estuvieron negociando (muy valientes y aguerridos ellos) una paz con Franco a espaldas del gobierno de la República. Supongo que al ilustrado Aitor Estebán le sonarán de algo aquellas negociaciones entre "su" gobierno vasco de entonces –con José Antonio Aguirre a la cabeza-, el cardenal Gomá, el papa Pío XI y el mismísimo Mussolini, negociaciones encaminadas a perpetrar una de las mayores traiciones concebidas contra la II República Española en plena contienda bélica. Una traición que llevan noventa años tratando de negar y ocultar ante evidencias, documentos y confesiones colmadas de dolor y de vergüenza. Aun así, y por encima de los repugnantes tejemanejes de los nacionalistas vascos, el Gobierno de la República lanzó dos ofensivas -mayo/junio de 1937- para desviar el fuego del ejército franquista del frente de Bilbao y aliviar la presión que sufrían las provincias vascas. Una de las ofensivas -a cargo del general Sebastián Pozas- se centró sobre Huesca (batalla de la que Orwell en su "Homenaje a Cataluña" hace generosas alusiones); la segunda ofensiva se lanza sobre Segovia con tres divisiones al mando del general Domingo Moriones. Ambas fracasaron, y en ambas murieron miles de españoles (anarquistas, comunistas, socialistas, republicanos...) entregados a la misión de lograr que las defensas de Bilbao pudieran regenerarse y reorganizarse.

Pero la suerte ya estaba echada, ¿verdad Aitor? Las tropas de Franco entraron en Bilbao el 19 de junio de 1937 sin haber encontrado apenas resistencia en el frente vasco durante aquellas jornadas. Son ellos -ora tan carlistas, ora tan progresistas-, los integrantes del PNV, con Aitor Esteban a la cabeza, los que como partido del gobierno vasco actual y como representantes de muchos de aquellos políticos peneuvistas y gudaris traidores a la República, son ellos, digo, los únicos que -con su "Dios y ley vieja"- debieran haber aprovechado la ocasión para pedir perdón a todo el pueblo español, y entre estos a muchos vascos de bien. Son ellos los que deberían pedir perdón por sus traiciones, por sus cobardías y sus mentiras. Son ellos, los siempre tan bonachones, tan clericales, tan taimados y oportunistas, ellos, los que a cualquier hora del día se nos presentan tan puros de sangre, de moral, de dignidad y de apellidos.