El Baúl de la Cantera: Cosme recuerda el final del popurrí de 'Mushu carnaval'

Cádiz

Imaginen un dragón que no quiere echar fuego. Que no quiere quemar porque, en este caso concreto, quemar sería acabar con lo que más le gusta. Un dragón al que una bruja sandunguera le encarga llenar de llamas al Dios Momo en la plaza de San Antonio, pero él se resiste porque quiere que el carnaval siga para siempre. Esa fue la idea que Francisco Javier Cosme usó para cerrar el repertorio de la chirigota infantil 'Mushu carnaval' con un final de popurrí lleno de encanto y pellizco que vuelve a recordar en la sede de la peña.

Es la primera vez que El baúl de la cantera se marcha fuera de las fronteras de Cádiz, aunque en la sede de la Asociación Tatachín de la Frontera uno siente como si estuviera en el Falla, gracias a la decoración de su escenario. En tierras chiclaneras, Cosme empezó su carrera carnavalesca cuando a los chavales de la cantera de municipios vecinos a la capital no tenían tan fácil ir al Falla. "Mi primera vez fue en una comparsa de adultos, aunque yo era muy joven", recuerda. Fue en la agrupación 'El salvamundo' de 2011.

Cosme ha ido creciendo carnavalescamente ahora en la chirigota de Manolín Santander y Sánchez Reyes. Fue en 2024 cuando la Asociación decidió impulsar una chirigota infantil que sí fuera al concurso. Fueron 'Los trisnina', que consiguió un meritorio cuarto premio. El carnaval pasado esos niños traviesos se convirtieron en dragones con 'Mushu carnaval', que, aunque no pasó a la final, sí que dejó muy buen sabor de boca, además de llevarse El Dedal Mágico al mejor tipo de la cantera.

En el repertorio de 'Mushu carnaval' sobresalía la última cuarteta del popurrí, una oda preciosa al amor por el carnaval, llena de verdín caletero, aunque se haya ensayado al otro lado de la bahía. "Lo que hacemos aquí en enseñar la chirigota de Cádiz, nos gusta hacer cantera de eso", presume Cosme. "También enseñamos que lo importante no es el concurso, sino el camino para llegar a él. Disfrutar de los ensayos, de los amigos, aprender con el carnaval". Con una imagen del Falla, la que decora la Asociación Tatachín, Cosme interpreta con su guitarra un final de popurrí que resuena a Cádiz. La de un dragón que, en lógica rebeldía, no quiere quemar al Dios Momo porque quiere vivir en un carnaval eterno.