Los ciudadanos y empresas de Málaga tienen en el autoconsumo una gran oportunidad fiscal y de competitividad

Málaga

Así lo explica Francisco Conesa, director de Producto de Quantica, en una entrevista que aterrizamos hoy en clave local para Málaga y su provincia, uno de los territorios con mayor potencial solar de Europa.

Nos encontramos en la recta final para acogerse al incentivo fiscal en el IRPF, que permite desgravar hasta un 60% de la inversión en energía solar y que expira el 31 de diciembre. Para una familia de Málaga capital, de la Costa del Sol o del interior, esto se traduce en la posibilidad de instalar placas solares con una rebaja fiscal histórica, reduciendo de forma drástica su factura eléctrica en un contexto de precios volátiles.

Conesa recuerda que Andalucía va en cabeza en autoconsumo en España, y Málaga es uno de sus motores: miles de viviendas, comunidades de propietarios y negocios turísticos ya combinan sol y ahorro en tejados de edificios residenciales, hoteles, restaurantes, chiringuitos, comercios o segundas residencias. “Aquí el sol no es solo un reclamo turístico, es una renta energética que muchas familias aún no están aprovechando”, subraya.

En el terreno empresarial, el mensaje es igual de contundente. Además del IRPF residencial, las empresas malagueñas disponen de subvenciones específicas para proyectos de autoconsumo, almacenamiento y eficiencia energética, especialmente interesantes para pymes industriales, agroalimentarias, logísticas y del sector servicios. Desde polígonos como el PTA/Parque Tecnológico hasta naves industriales del Valle del Guadalhorce o la Axarquía, las ayudas públicas permiten recortar plazos de amortización y ganar competitividad frente a otras regiones.

Conesa sitúa este momento como un punto de inflexión: 2025 es el año de la gran deducción fiscal, y 2026 debe ser el año en que se consolide el modelo de energía distribuida. El nuevo marco regulatorio del autoconsumo y el impulso al almacenamiento y al autoconsumo colectivo abrirán la puerta a comunidades energéticas en barrios, urbanizaciones y polígonos industriales de Málaga, donde vecinos y empresas compartan la energía generada localmente.

“Lo inteligente ahora —concluye— es que los hogares y empresas de Málaga aprovechen esta ventana fiscal y de subvenciones mientras está abierta. Cada mes que pasa sin autoconsumo es dinero que dejamos de ahorrar y sol que dejamos de convertir en independencia energética”.