En defensa de la empanada
Firma de opinión de Guillermo Contreras

FIRMA DE OPINIÓN GUILLERMO CONTRERAS EN DEFENSA DE LA EMPANADA 5/12
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Celebramos Hallowen comiendo en un Burger y bebiendo un refresco de cola marca La innombrable. Corremos a participar en el Black Friday comprando unos jeans. Al soporte físico de nuestro ordenador lo llamamos hardware y al soporte lógico, software. Guardamos la información en un pen drive, también llamado lápiz de memoria, nos mantenemos en forma haciendo fitness, running o trekking. Juega la final del mundial el drem team, no la selección, y nuestro calzado y ropa deportiva pregona Just do it.
Mientras tanto Miguel de Cervantes se revuelve en su tumba y su personaje más internacional arremete con su lanza contra los luminosos que anuncian algo que te da alas.
Es el lenguaje de la potencia ocupante. Ocupante porque ocupa nuestra mente, nuestros armarios, nuestro estómago mientras vacía nuestras cuentas corrientes y empobrece a nuestros vecinos y vecinas que venden bocatas de calamares, empanada, horchata, limonada, pantalones de pana o nos guían haciendo gimnasia, natación o senderismo.
El problema es que no solo colonizan lo cotidiano, sino que también colonizan nuestros hábitos, ahogan nuestras tradiciones y crean el clima apropiado para que asumamos los valores que el imperio exporta en el mismo lote para facilitar la penetración de sus empresas, de sus multinacionales o de sus mensajes sutilmente supremacistas hacia el Sur Global.
Pero hay un espacio para la rebelión, para declarar la independencia, para recuperar memoria, para recuperar los valores auténticos que deben forjar nuestra identidad. Ese espacio está en la comunidad, en la convivencia, en la construcción colectiva de sociedades libres de políticas coloniales.




