Tormenta en la zaga: el Almería sin defensas y Aridane en el ojo del huracán

Almería

No se ha recuperado el Almería del accidente de Aridane y tras el partido de Andorra se avecina tormenta frente al Burgos. Hay que gestionar una situación inesperada por la sanción a Nelson Monte y la posible baja de Federico Bonini. En Andorra acabaron el portugués y el canterano Pedro Fidel, y frente al Burgos le tocaría a Aridane asumir galones en la defensa. Con el club trabajando en el código interno para sancionar al canario, se abre el debate de si debe haber un perdón por necesidad o buscar otras alternativas en la zaga. La lesión de Chumi dejaba al equipo con tres centrales sanos más Pedro Fidel pero ahora ¿qué?

El club tiene la palabra y el entrenador peso en la decisión final. Tirar de Aridane implica someterlo al juicio de la afición en el Mediterráneo tras un accidente que ha dado la vuelta al mundo por superar la tasa de alcohol permitida. El Almería tiene claro que ha terminado su ciclo en el club pero se avecina tormenta por la falta de efectivos para un partido de máxima exigencia en defensa. Si el club permite que pueda jugar el premio se lo lleva el entrenador que tendrá que hablar con Aridane y pedirle explicaciones por saltarse el código interno del club. Existen otras variantes con Baba y Chirino como centrales pero lo de Aridane es para nota. Los compañeros del canario tienen mucho que ver en la situación si el club no actúa de oficio y pasa el tema al vestuario.

Perdonar a Aridane tiene sus riesgos

No es tarea fácil la gestión de los centrales para el partido del domingo. Si se recupera Bonini ya sería un alivio, porque al menos uno de los fijos estaría para la causa. Si se confirma que solo quedan sanos Pedro Fidel y Aridane (la pareja de la Copa) será el club quien tome la decisión con un perdón al futbolista para que pueda competir. El daño ya está hecho y solo queda acabar su vinculación con el club o perdonarlo. Si el Almería deja el tema en manos del entrenador el que sale a competir es Aridane y nadie sabe la reacción de los aficionados tras un accidente que ha salpicado a la entidad. Se avecina tormenta con la decisión que ya no es solo deportiva.

El vestuario tiene la última palabra

El accidente en la madrugada del viernes 5 ha dado la vuelta al mundo y no se trata de un jugador joven que ha cometido un error. Estamos ante un profesional de 36 años que vino al Almería para darle calidad y categoría. Lo que ha dado a otros clubes era lo que Rubi le pedía y no ha cumplido las expectativas, ya que pese a jugar poco, se le considera uno de los pesos pesados en el vestuario. Van a ser sus compañeros los que tengan mucho que decir sobre su futuro en la entidad si el club pasa la pelota al entrenador. El accidente es un tema de imagen y de empresa. Sancionarlo es tarea de club. Perdonarlo es un tema de los compañeros y del entrenador, pero no es tarea fácil.