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Sociedad

Vecinos de Málaga reclaman un uso social y público para la antigua prisión provincial

El movimiento ciudadano convoca una concentración el 17 de diciembre para exigir que el edificio, símbolo de la memoria democrática, se destine a equipamientos culturales y comunitarios

Vecinos de Málaga reclaman un uso social y público para la antigua prisión provincial

Málaga

La antigua prisión provincial de Málaga, situada en la avenida Ortega y Gasset y cerrada desde 2009, vuelve a estar en el centro del debate ciudadano. Un grupo de vecinos y colectivos de distintos barrios se ha constituido en el Movimiento por la Antigua Prisión con un objetivo claro: que el histórico edificio, declarado Lugar de Memoria Histórica de Andalucía en 2014, tenga un uso social, cultural y plenamente público y que no se transforme en un centro privado de enseñanza. Así lo han explicado en el programa Hoy por Hoy de SER Málaga.

El inmueble, inaugurado en 1933 y cedido al ayuntamiento hace trece años, forma parte de la historia de Málaga: desde la represión franquista tras la Guerra Civil hasta un atentado de ETA. “Es símbolo y representación de la evolución de Málaga, no solo por su historia, sino por las dinámicas sociales que generó a su alrededor”, explica la historiadora Raquel Zugasti, integrante también de la Asociación contra el Silencio y el Olvido de Málaga.

Los vecinos rechazan que el ayuntamiento valore la posibilidad de destinar el edificio a un centro de enseñanza privada. Francisco Zugasti, miembro de la plataforma, recuerda que en 2009 el pleno municipal aprobó por unanimidad que la antigua cárcel se dedicara a usos sociales y memorialistas: “No puede convertirse en un negocio. Málaga tiene una carencia enorme de espacios comunitarios, y este recinto de 14.000 metros cuadrados podría albergar biblioteca, aulas, instalaciones culturales… lo que la ciudad necesita”.

Las voces más jóvenes de la plataforma subrayan también la importancia de reforzar lo público en un contexto de recortes educativos: “En lugar de apostar por lo privado, pedimos que se escuche a la ciudadanía y se cuide lo público”, reclamó la estudiante Lara César.

El Movimiento por la Antigua Prisión reúne a vecinos de perfiles diversos: estudiantes, jubilados, profesores de secundaria y universidad, además de miembros de distintos colectivos sociales y culturales. Todos coinciden en que las decisiones futuras deben tomarse de manera participativa: “Queremos que los vecinos decidan qué hacer con este espacio. Tiene un enorme potencial y la gestión debe ser comunitaria”, señalan.

Esta plataforma ciudadana está organizando unas jornadas culturales previstas para enero, con la participación de escuelas de danza, grupos de flamenco, comparsas y otros proyectos artísticos del barrio. Además, anuncian una concentración el 17 de diciembre a las 18:00 horas a las puertas de la antigua prisión para dar a conocer el movimiento e incorporar a más personas interesadas.