El 'agro' malagueño se resiente un año más y cierra con una facturación de 633 millones
Los efectos de la sequian se hacen notar en el campo de la provincia

Un momento de la rueda de prensa en la sede de Asaja este miércoles / Cadena SER

Málaga
El campo malagueño continúa atravesando una situación crítica debido a problemas similares a los registrados en la campaña anterior. Aunque la primavera fue favorable gracias a las lluvias de marzo y abril, las precipitaciones cesaron posteriormente hasta finales de octubre, es decir, durante un periodo de siete meses. En consecuencia, el verano se prolongó de forma excesiva y estuvo marcado por temperaturas especialmente elevadas.
Las facturaciones principales se concentran en agricultura, concretamente en el olivar (40%), seguido de hortícolas (24%) y tropicales (20%); cítricos y herbáceos representan un 6% cada uno., cultivos que eran antiguamente principales en la provincia. En ganadería destacan el porcino blanco (41%) y el caprino de leche y carne (33%), con el resto de producciones en torno al 5%.
En ganadería ha sido un año especialmente complicado a nivel sanitario con amenazas como la dermatosis, gripe aviar o peste porcina, que, aunque no afectan al consumo humano, pero sí afectan a la viabilidad económica de las explotaciones. Desde ASAJA reclamamos un plan de control nacional de fauna silvestre, ya que supone un problema para toda la sociedad al llegar a núcleos urbanos. Son necesarias ayudas estatales que compensen pérdidas. A pesar de haber habido ayudas autonómicas están no han llegado a compensar las pérdidas de los ganaderos. Además, reclamamos ayudas para modernizar el sector y ser más eficiente ya que llevamos dos años de perdidas agravados por sequía y problemas sanitarios.
La facturación sería mayor si contásemos con garantía de suministro hídrico. Aunque se avanza en el uso de aguas regeneradas, el déficit persiste. ASAJA trabaja activamente en todas las actuaciones e infraestructuras hidráulicas para preservar la superficie regable, clave para el desarrollo agrícola.
La fiscalidad es otro de nuestros principales caballos de batalla. Cada año se suceden condiciones excepcionales que desde ASAJA argumentamos ante la administración para poder obtener las rebajas fiscales correspondientes, pero la Agencia Tributaria ha eliminado nuevamente la deducción por gasóleo y fertilizantes. Es urgente una fiscalidad diferenciada que evite el despoblamiento rural.
La falta de mano de obra es un problema general que se ve acentuado en nuestro ámbito, siendo un auténtico drama. Las políticas laborales actuales van en la línea de desincentivar el trabajo y el esfuerzo. Esto supone una lacra para todo el sector productor. La legislación tiene que incentivar al que trabaja. Por otra parte, no hay nada más progresista que generar empleo y riqueza en las zonas rurales, trabajo que llevan a cabo agricultores y ganaderos.
A pesar de que las movilizaciones del año pasado hicieron visible ante la sociedad la difícil situación de agricultores y ganaderos, la administración europea no lo ha tenido en cuenta y la nueva reforma de la PAC ignora nuestras demandas, ni en sus negociaciones con terceros países. Los recortes propuestos podrían desmantelar la agricultura y ganadería europeas, destruyendo la soberanía alimentaria.
Además, la política comercial se orienta a acuerdos con MERCOSUR, Marruecos y otros países del Mediterráneo, sin proteger al sector frente a los costes de producción y los tratados preferenciales. El acuerdo con MERCOSUR, que la Comisión Europea planea firmar el 20 de diciembre, deja a la agricultura y ganadería como monedas de cambio sin tener en cuenta las tan nombradas clausulas espejo que seguimos reivindicando.
Por todo esto mañana 18-D estaremos en Bruselas para movilizarnos por la situación insostenible que provocará el descenso del presupuesto de la PAC que podría llegar a un 33%. (si se aplicara la inflación), y una entrada de productos de terceros países que no cumplen la misma normativa que nos exigen a nosotros.
Los datos del campo malagueño
El resultado final del Balance Agrario de 2025 muestra un leve descenso en la facturación de 38,82 Millones de euros respecto a 2024.
La cifra final de facturación del sector agrario malagueño alcanza en 2025 los 633,48 millones de euros, un descenso del 5,77 % respecto al año anterior, en el que se facturaron 672,3 millones de euros por el sector productor agrario.
La agricultura, con una cifra de 505,46 millones de euros, frente a los 541,52 de 2024, supone un descenso de 36,06 millones de euros, o lo que es lo mismo, un 6,65% menos.
La ganadería, acaba el año con una facturación de 128 millones de euros frente a los 130,78 millones de euros de 2024 y los 142,95 de 2023, es decir una bajada continuada. Respecto de 2024 el descenso ha sido de 2,76 millones de euros, o lo que es lo mismo, un descenso de un 2,11 %. En dos años la facturación ha descendido un 10,4%.
El olivar sigue siendo el cultivo mayoritario de la provincia con más de 135.000 hectáreas y destaca entre los demás cultivos con una facturación que supone un 40 % del total agrario.
En el caso del aceite de oliva, 2025 ha sido el tercer año de baja producción con 35.200 t, con una cifra de facturación de 139,04 millones de euros. Por su parte, la producción de aceituna de mesa se incrementa de 35.105 t en 2024 a 52.600 t en 2025 ascendiendo su facturación a 62,07 millones de euros.
Los cultivos hortícolas y tubérculos han incrementado su facturación respecto de 2024 en un 7%, con un montante de 121,74 millones de euros, frente a 113,74 € del año anterior. Ese ligero incremento no mejora la situación global, encontrándonos en el segundo peor año desde 2010.
En el caso del tomate, nos encontramos con la misma situación. El incremento de facturación viene a dejar está en el segundo peor años también desde 2010, con 33,13 millones de euros. Y es que se han incrementado los costes de producción anual en 8%, además de la feroz competencia con países como Marruecos o Turquía, agravándose con el reciente despropósito de la Comisión que ha facilitado la exportación de tomate del Sahara Occidental como tomate marroquí.
El pimiento también sufre un descalabro con la facturación más baja de la serie situándose en 14,28 millones de euros, un 11,4 % menos respecto al 2024.
La alcachofa que tradicionalmente es un cultivo muy estable en la provincia, tanto en producción como en facturación, este año ha empezado una tendencia a la baja preocupante con un descenso de facturación de un 26,5% (14,28 millones de euros), mientras que las judías verdes, vuelven a caer convirtiéndose este año en el peor de la serie con un descenso del 25% en su facturación respecto a 2024 y de un 31,5% respecto de 2022. La tendencia de este cultivo esa la desaparición por la competencia marroquí.
La cebolla, recupera la caída en picado de 2023 cuando el descenso en facturación fue de un 83% cayendo a 2,28 millones de euros. En 2025 ha facturado 8 millones de euros, aún por debajo de la media.
En este apartado la patata sigue con sus típicos dientes de sierra, esta campaña descendiendo la facturación respecto del buen año 2023, con una facturación de 9,67 millones de euros, un descenso del 23% respecto a 2024.
En términos generales, la facturación de hortalizas y tubérculos se ha incrementado levemente, gracias a cultivos como el esparrago, cebolla y tomate frente a un descenso generalizado de casi todos los productos que mantiene a niveles muy bajos la facturación hortícola.
Los cultivos subtropicales de la provincia, gracias a la recuperación de la producción debido a las lluvias han producido más, pasando su facturación de ser de 83.6 millones de euros, a los 102,9 millones de euros actuales. El incremento de la facturación es de un 23%.
En cuanto al mango, se han producido unas 37.000 t. con una recuperación notable (10.000 t, en 2024) millones de kilos, y una facturación de 27,38 millones de euros, la más alta hasta la fecha, con precios que no han alcanzado el euro (han oscilado entre 0,7 €/kg y 0,97 €/kg)
Los cítricos malagueños, concentrados fundamentalmente en el Valle del Guadalhorce, vuelven a ser un punto negro al sufrir nuevamente unas tristes cifras. El sector vive una continuada situación de ruina absoluta debido a la voraz competencia de las importaciones. El limón es el único que recupera un poco sobre la facturación de 2024 aunque a unos niveles muy bajos, (2024 fue el peor de la serie) pasando de 8,23 millones de euros en 2024 a 13,73 millones de euros en 2025.
La naranja pasa de facturar 16,61 millones de euros en 2024 a 14,23 millones de euros en 2025. Por su parte, los pequeños cítricos reducen su facturación, de 7,84 millones de euros a los 4,88 millones de euros.
El almendro se mantiene en niveles similares a los de 2024 con una ligera recuperación.
La castaña en la provincia de Málaga se ha recuperado de una caída casi total de la producción el año pasado, gracias a las lluvias, mejorando la crítica situación de los últimos 5 años. La producción ha pasado de 900 t. en 2024 a 3.900 t en 2025, facturando 7,14 millones de euros, en contraste a los 1,8 millones de euros en 2024. Sigue habiendo problemas provocados por la avispilla del castaño y la enfermedad de la tinta que afectan notablemente a este cultivo tan importante para la comarca de Ronda.
En viñedo las pasas siguen descendiendo su facturación conforme desciende la producción de uva para pasificación, con un descenso de facturación de un 35%. Asimismo, ha descendido también la producción de uva para vino aunque ha compensado algo el precio. La facturación total del viñedo ha sido de 2,73 millones de euros, frente a los 2,78 millones de euros de 2024.
La facturación total de frutas y hortalizas ha generado un montante total de 271,98 millones de euros, frente a los 238,05 de 2024, un incremento de un 14,25 % respecto al año anterior, pero situándose por debajo de la media de facturación entre los años 2010 y 2025 que es de 338,8 millones de euros. Los datos de 2025 representan la tercera peor facturación de la serie desde 2010. 117,6 millones de euros menos que lo facturado en 2020.
Por otra parte, los cultivos herbáceos han pasado de una facturación de 30,14 millones de euros en 2024 a 28,19 millones de euros en 2025, niveles similares. El descenso en leguminosas, oleaginosas, proteaginosas y forrajeros ha sido constante. Los cereales han mantenido la facturación por el incremento de la producción (de 52.677 t. a 79.581 t.) de un 51%, a pesar de que los precios no han acompañado manteniéndose en niveles de hace 20 años. El cultivo de herbáceos mantiene cierta rentabilidad gracias a las ayudas de la PAC, que ahora la Comisión amenaza con reducir -en general para todos los cultivos.
Ganadería
Conviene recordar que los ganaderos de Málaga, además de dedicarse a la cría y producción, desempeñan un papel crucial en la contención de enfermedades que llegan desde el norte de África, evitando así su propagación dentro de la Unión Europea. Por ello, seguimos reclamando un apoyo adicional frente al esfuerzo que nuestras explotaciones realizan, tanto en inmovilizaciones como en actuaciones sanitarias preventivas cuyo coste recae sobre el propio ganadero.
La cabaña de vacuno de carne se sitúa en 5.080 cabezas, con una facturación de 6,32 millones de euros, mientras que la facturación del vacuno de leche se sitúa en 3,36 millones de euros. Cabe mencionar en esta cabaña la importante afección negativa que puede provocar el próximo jueves la ratificación final en Bruselas del acuerdo con MERCOSUR, introduciendo carne más barata producida con menos requisitos y con sustancias prohibidas en Europa.
En ganado caprino seguimos sin recuperación. La carne de chivo sufre un descenso de facturación de los 5,96 millones de euros a los 5,67 millones de euros, peor facturación desde 2010.
En cuanto a la leche de cabra experimentamos un descenso continuado: de 1,517 cabezas en 2025; 7.483 cabezas en 2024; 5.434 cabezas en 2023 y 10.261 cabezas en 2022, un -17 % del censo en cuatro años.
Respecto a la facturación, el declive pasa de los 38,17 millones de euros en 2024 a los 37,20 en 2025. Esto lo explica, además de la citada bajada del censo, y al no incremento el precio del litro de leche, que en 2023 estaba a un euro el litro, frente a los 0,9 €/l a que nos encontramos a día de hoy, repercutiendo unos costes de producción inasumibles para los productores.
Se pierden ganaderos y cabaña día a día, por lo que urge una respuesta contundente a nivel nacional que haga más atractivo mantenerse o instalarse en este sector, ya que la frase contundente de que explotación que se cierra no se vuelve a abrir es una trágica realidad.
En porcino blanco la facturación se mantiene sostenida con un ligero descenso del precio respecto a 2024 (de 1,66 €/Kg a 1,48 €/Kg), con una facturación que sufre un ligero descenso pasando de 55,61 millones de euros a 53,17. La incertidumbre en este sector se basa en las nuevas normas de bienestar animal y la situación de convertirse en la moneda de cambio en cualquier negociación, y el nuevo factor de riesgo con la aparición de la peste porcina en Barcelona.
El porcino ibérico mantiene su situación sostenida situando su facturación en 1,99 millones de euros.
La avicultura (carne de ave y huevos) mantiene los precios en carne ave y en huevos. La facturación en millones de euros de la avicultura se sitúa en 13,8 millones de euros con un crecimiento sostenido. A este sector, que en nuestro país es fuerte y con gran calidad, se le está exigiendo mucho más cada día: jaulas, temperatura de transporte, espacio en granjas… Estos mismos requisitos son los que no se exigen a los acuerdos de terceros países y son efectos acumulativos acuerdo tras acuerdo, (Marruecos, Egipto, Mercosur…) lo que claramente es una competencia desleal.
Por todo esto la facturación en ganadería baja, un 2,11% sumado al 8,51% de descenso de 2024 respecto a 2023, por lo que se continúa pidiendo una solución que no llega a pesar de la importancia social y ambiental que desempeña en las zonas rurales, que parece no verse por parte de la administración hasta que llegue un punto de no retorno.
En resumen, los niveles de facturación agraria de Málaga descienden levemente, igualando prácticamente el desastre de 2023. El olivar con un descenso de la facturación de un 25% de la facturación, y la ganadería, que no se recupera, ha lastrado el resultado final, a pesar del ligero incremento de los tropicales, hortícolas y frutos secos. Todo esto viene agravado con el problema estructural que tenemos de costes de producción. Se ha puesto de manifiesto una vez más que la falta de agua afecta de forma importante a la facturación agraria, al empleo en las zonas rurales y no auguran un escenario apropiado, trabajándose por debajo de los costes de producción, con pérdidas, lo cual provoca el abandono de explotaciones, dificultando el relevo generacional y el futuro de lo que era la pujante agricultura malagueña




