El secreto de la felicidad

Córdoba

Buenas tardes, es probable que, a estas alturas del día, el gordo de la lotería ya se conozca y el ritual de cámaras de televisión, de reporteros de radio y de declaraciones de los agraciados haya comenzado. Y también es probable que no hayamos tenido suerte y el dinero invertido en décimos y participaciones haya repercutido en el verdadero propósito de esta lotería que no es otro que el de reafirmar la importancia de una buena salud. De hecho, puede que sea el único momento del año en el no precisemos de dolencias para poner en valor que estamos sanos.

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Y es que a veces se nos olvida que, si bien el azar se impone, la suerte, sin embargo, se tiene o no se tiene, es una cuestión de propiedad. El problema de la suerte es su indeterminación, nadie nos asegura que ese extra que recibimos en forma de suerte sea para bien, la buena suerte, o para mal, la mala suerte, de ahí que antes de solicitarla, uno deba revisar su disposición para asumir las consecuencias de su llegada, no sea que la tentemos y nos llevemos un disgusto.

Pero puestos a elegir entre el azar y la suerte yo me quedo con la fortuna. Porque si bien la suerte se puede tener o no tener, la fortuna, en cambio, es una elección que no depende del albur del destino. No hay dicha más grande que la de sentirse afortunado y esto es una prerrogativa que solo nos pertenece a nosotros. Hagan buen uso de ella y que tengan una feliz Navidad y unas Felices Fiestas.