El asesinato de Cata en Málaga: una joven marcada por la violencia y el abandono

Málaga

Málaga vive días de conmoción y tristeza tras el asesinato de Cata, una joven de 27 años cuyo cuerpo fue hallado sin vida y con aparentes signos de violencia en un descampado de la zona norte de la capital. El crimen, ocurrido en la madrugada del pasado domingo, se encuentra actualmente bajo investigación del Grupo de Homicidios de la Comisaría Provincial de Málaga.

La noticia ha golpeado con especial dureza a Málaga Acoge, entidad en la que Cata fue acompañada durante dos años dentro del proyecto Thesan, destinado a jóvenes sin referentes familiares y con trayectorias vitales marcadas por la exclusión. “Hoy es un día muy triste”, señalan desde la organización, que recuerda a la joven como alguien “alegre, dulce, generosa y con unas enormes ganas de salir adelante y tener una buena vida”.

Durante su paso por el proyecto, Cata logró reconstruir parcialmente su vida. Con esfuerzo y acompañamiento profesional, consiguió empleo, amplió su red social y llegó a iniciar una etapa de vida autónoma. Desde Málaga Acoge destacan el trabajo coordinado con otras entidades y profesionales que hicieron posible ese proceso, entre ellas Proyecto Hombre, el IES Vicente Espinel, Puerta Única y el Centro de Acogida Municipal, espacios donde también dejó una profunda huella personal.

Sin embargo, su historia estuvo siempre atravesada por la violencia de género, el abandono y la marginalidad. Según confirmó el delegado del Gobierno de España en Andalucía, Pedro Fernández, la joven había formado parte en el pasado del sistema de seguimiento integral de los casos de violencia de género (Viogén), aunque el protocolo no se encontraba activo en el momento de su muerte. Asimismo, no constaba la existencia de una pareja ni de una persona conviviente.

Fernández lamentó públicamente que el crimen se haya producido “en unas circunstancias de extrema vulnerabilidad, de indigencia y exclusión social”, subrayando que se trata de “una mujer joven que ha perdido la vida de forma violenta en plena vía pública”. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado mantienen abierta una investigación “profusa y profunda”, con interrogatorios en el entorno en el que se movía la víctima, para esclarecer los hechos y localizar al autor o autores.

Desde Málaga Acoge, el dolor se mezcla con la determinación. “El consuelo que nos queda es pensar que su sufrimiento también ha terminado”, señalan, al tiempo que anuncian que la pérdida de Cata se transformará en energía para seguir acompañando a otros chicos y chicas jóvenes en situación de abandono. “La vamos a recordar cada día, en cada persona a la que atendamos, y lucharemos para que otras historias sí puedan tener un final distinto”.

El asesinato de Cata vuelve a poner el foco sobre los límites de los sistemas de protección y la fragilidad extrema en la que viven muchas mujeres jóvenes fuera de los circuitos familiares y sociales. Una realidad silenciosa que, en este caso, ha terminado de la forma más trágica.