Sociedad

La Málaga industrial vuelve a reclamar su museo tras décadas de promesas incumplidas

La Málaga industrial vuelve a reclamar su museo tras décadas de promesas incumplidas

Málaga

Málaga es hoy una ciudad asociada a museos, cultura y turismo, pero antes de Picasso y del Centre Pompidou fue también una de las capitales industriales más importantes del sur de Europa. Ese pasado, sin embargo, sigue sin un espacio propio. Así lo han recordado, en el programa Hoy por Hoy Málaga, José Antonio Ruiz, socio fundador de la Asociación en Defensa de las Chimeneas y del Patrimonio Industrial de Málaga (APIDMA), y el historiador Francisco Rodríguez Marín, profesor de la Universidad de Málaga, durante una entrevista en la que han vuelto a reclamar la creación de un Museo de la Industria en la capital. Ya puedes escuchar la entrevista.

Ruiz recordó que la reivindicación se remonta a 1998, cuando vecinos de un barrio obrero comenzaron a movilizarse para evitar la desaparición de las últimas chimeneas industriales. Aquella defensa simbólica fue el origen de una plataforma que, con el paso del tiempo y la incorporación de historiadores e investigadores, amplió su mirada hacia el conjunto de la Málaga industrial del siglo XIX y buena parte del XX.

Según explicó, en 2003 se llegó a prometer un espacio de 7.000 metros cuadrados en Tabacalera para albergar el museo. Además, hubo dos plenos municipales aprobados por unanimidad para impulsar el proyecto. “Nada de eso se ha materializado”, lamentó, señalando que el principal obstáculo ha sido siempre la falta de prioridad política y presupuestaria.

El socio fundador de APIDMA también expresó su malestar por no haber recibido respuesta directa del alcalde a una carta enviada el pasado mes de septiembre, aunque posteriormente fue atendido por responsables de la Concejalía de Cultura. Ese encuentro, dijo, se tradujo de nuevo en “explicar lo mismo”, sin avances concretos.

Un museo para aprender, no solo para mirar

Por su parte, Rodríguez Marín defendió que un Museo de la Industria no sería un espacio de exhibición de “máquinas antiguas”, sino un centro con un marcado carácter didáctico, capaz de explicar procesos tecnológicos e industriales vinculados a la historia económica, social y urbana de Málaga. “En estos museos se aprende historia, pero también física, química y tecnología”, señaló.

Ambos coincidieron en advertir de un riesgo añadido: la pérdida de conocimiento especializado. Investigadores y expertos que han estudiado durante décadas la industrialización malagueña siguen activos, pero el tiempo juega en contra. “Si no se actúa, ese saber se puede perder”, advirtieron.

Durante la entrevista se puso también de relieve la dispersión de piezas y materiales industriales que distintas asociaciones han ido recuperando con medios muy limitados. En algunos casos, explicaron, se han visto obligados a rechazar maquinaria para evitar que acabe en la chatarra por falta de espacio para conservarla.

Divulgación mientras llega el museo

A la espera de decisiones institucionales, APIDMA continúa con iniciativas de divulgación. Entre ellas, el calendario anual que edita la asociación, cuyo número de 2026 está dedicado a la industria hidráulica en El Chorro, un enclave conocido hoy por su valor paisajístico y turístico, pero clave en el desarrollo industrial y energético de la provincia.

Ruiz y Rodríguez Marín concluyeron recordando que Málaga ha atravesado distintos ciclos, conventual, industrial, bodeguero y turístico y que entender la ciudad actual exige integrar todas esas etapas. “Somos todo eso a la vez”, resumieron, insistiendo en que un Museo de la Industria permitiría conservar y transmitir una parte esencial de la identidad malagueña a las generaciones futuras.