El Almería se apaga tras arrodillar a sus rivales

Almería

El Almería es un equipo de rachas. La pasada temporada fueron 14 jornadas las que estuvo sin perder y no parando de sumar, mientras que en la actual dejaba su listón en 9 encuentros. Un partido suspendido tuvo la culpa de una derrota, cuando jugaba para líder, y en la jornada 16 le fallaba la metralleta que era, ante un Huesca bien ordenado. El equipo siempre ha tenido gol desde la primera jornada que marcaba cuatro al Albacete y se ha mostrado insaciable, llegando a encadenar tres partidos marcando tres goles: Eibar, Cádiz y Leganés.

Su cifra de goles, sin tener ese ‘9’ que los garantice, habla de un equipo insaciable de cara a la portería rival. Se prodiga en el área y ha mejorado prestaciones en defensa. En esas 9 jornadas de esplendor el equipo ha mostrado sus cartas y sus rivales se han visto obligados a hincar la rodilla en tierra por la superioridad rojiblanca. Partidos con más de 15 corner y anotando tres goles o más daban brillo a su propuesta, mientras otros sin tanto remate, la eficacia era una constante.

El gol no es patrimonio de un solo futbolista. Nadie se acuerda de Luis Suárez que acababa Pichichi. El equipo genera muchas ocasiones de gol en los partidos y anota siempre, salvo el partido de Huesca donde se le veía apagado al equipo, que venía de romper su buena racha de forma polémica en Ceuta. Atacar como si no hubiera un mañana ha sido una constante esta temporada, y los aficionados se lo han pasado bien en casa, donde el no ha faltado, pese a sufrir dos derrotas.

Los rivales han sabido tomar precauciones para mitigar ese caudal ofensivo del Almería. Defender en bloque bajo, como lo hicieron Huesca y Burgos, baja las prestaciones del equipo. Tapando a Arribas, los rivales ya tienen mucho ganado, pero si dejan espacios y el equipo se enchufa en ataque, aparece esa metralleta de la mejor racha y te puede borrar del mapa. Rubi iba a la sala de prensa con los datos de su equipo y pudo sacar pecho ante Eibar y Cádiz: cosidos a goles y a corner.

Las estadísticas eran aplastantes

Empezar la temporada marcando cuatro goles ante su afición dejaba a todos contentos: a medias. Sin generar mucho el Albacete le hizo cuatro goles a Andrés Fernández, que son palabras mayores. El entrenador acudía a la sala de prensa con los números de su equipo y no cabía en la camisa. Los disparos a portería, los goles, los corner… Todo hablaba bien del Almería. Los aficionados contentos con los triunfos y los goles y el equipo tocando la Primera. Al Zaragoza le caían otros 4.

Suele pasar que cuando se corta una buena racha cuesta retomarla. En Ceuta el equipo se dejaba esos números que asustaban a los contrarios y todo el caudal ofensivo que les hizo volver por sus fueros. El Almería era una metralleta y su defensa cumplía. Los puntos iban a su casillero de forma constante hasta que esa forma de defender que puso el Huesca dejaba al equipo sin gol. Era solo un aviso ya que al siguiente partido local el Burgos se llevaba todo el botín del Mediterráneo.

Insaciable en los partidos de casa

Los aficionados del Almería están acostumbrados a la buena propuesta de su equipo. El juego de ataque siempre aparece en todos los partidos y nada de amarrar. No se sabe jugar a empatar y si dan tres puntos por la victoria es lo que toca pelear en los partidos. Los abonados rojiblancos son exigentes con los suyos y siempre piden un plus. Tener la plantilla mejor valorada y ser favoritos para el ascenso no genera presión, y el equipo suele ofrecer siempre la mejor versión dentro y fuera.

Ponía a sus rivales de rodillas

En esa velocidad de crucero de la que hablaba el entrenador del Almería, los rivales no podían aguantar el pulso y terminaban rendidos a su superioridad. Hincando la rodilla en el campo asistían a una forma de entender el fútbol que suele premiar. La valentía da muchos puntos. El equipo ha reflejado en el marcador su superioridad la mayoría de partidos, y los dos últimos encuentros en casa la metralleta se ha quedado sin munición y sus rivales lo han aprovechado. No se generan tantas ocasiones de gol y se añora esa etapa cuando los rivales iban acabando colgados del larguero mientras atacaba el equipo de Rubi, con un caudal ofensivo impresionante y muy difícil de contener. Una metralleta que ha pasado a ser fusil. A tenor de los últimos resultados.