Ha muerto el hombre del marcador
Los goles del Almería llevan su huella
A las 7 de la mañana del 14 de diciembre de 2024 ha dejado de existir como aquel inolvidable marcador que Cajamar regaló al Almería en el año 1976 y pocos sabían activarlo como Juan Gómez Hernández, que no ha podido darle al 7 y al 6 porque ha fallecido con 75 años rodeado de unos seres queridos que jamás le olvidarán. El Barrio de Torrecárdenas se ha despertado con el sobresalto de una noticia muy triste, ya que en la calle Teruel formó una gran familia Juan con Dolores García Escudero y sus tres hijos: Juan, Gema y Pedro. De profesión era pintor y de vocación aficionado de todos los Almerías que conoció, y fueron muchos. Activó en el marcador de bombillas, goles del Poli y Almería CF, y hasta el último de sus días intercambiaba información del equipo que va como un rayo hacia Primera: su amada Unión Deportiva Almería. No se le escapó un solo tanto, pero vivió una situación inesperada cuando a comienzos de los 80 en un partido entre el Polideportivo Almería y el equipo granadino de La Paz se marcaron 10 goles y solo tenía 9 en el marcador, por lo que activó en 9 y así se quedó a vista de aficionados en el todavía campo Franco Navarro.
Juan era en su barrio de Torrecárdenas y para toda Almería el hombre del marcador y así será recordado por los siglos, ya que ni su profesión de pintor pudo solapar su pasión por el fútbol y esa habilidad para manejar toda una vida la historia de nuestro balompié a base de goles que como decía Juan: “Soy el hombre más feliz del mundo cuando le doy al casillero local y me cuesta poner el gol del equipo visitante”. No faltaban en esas tardes de fútbol las miradas al marcador y ese ‘cachondeo’ tan almeriense si tardaba unos segundos de más en poner el gol. “¡Juaaaaaan!”, le gritaban desde el fondo norte y él siempre con una sonrisa cómplice les pedía calma, ya que la tecnología no daba para más.
Marcador
En un cuarto reducido donde solo entraban los amigos de Juan pasó su vida de gran aficionado hasta que se abrió el Mediterráneo y tocaba retirada. Juan nunca contó los goles que subió al marcador porque en realidad estaban en lo más alto del campo de fútbol que construyó Franco Navarro. Era muy querido por las directivas del Poli y Ceefe y nadie le pudo catalogar de ser de uno u otro equipo cuando Almería vivía en plena guerra por el dominio. Yo le conocía y nos saludábamos cuando iba desde el vestuario a la cabina de prensa. Allí estaba de los primeros y hacían parada los directivos para preguntar por el número de goles que iba a poner en el viejo marcador. Era muy cercano a la prensa y siempre comedido en sus cometarios porque si le veían más tiempo hablando con Guillermo Blanes que con Antonio Gómez Pomares (q. e. p. d.) empezaba el ‘cachondeíto’ que llevaba bien en aquellos tiempos de división entre clubes hermanos. Ya se le echa de menos.
Familia
Cuando mi hijo Carlos me anunciaba la noticia de la muerte de Juan Gómez, el suegro de Moncho, le dije que no lo conocía pero al decirme el hombre del marcador me llovían los recuerdos de aquel hombre cercano y cariñoso que me daba las buenas tardes al cruzar por el fondo norte camino de las cabinas de prensa con la botella de agua de litro y medio que siempre me regalaba Pepe Morales. Conociendo a su hija Gema, porque a Juan y Pedro solo de vista, uno entiende el por qué son tan queridos en el barrio de Torrecárdenas los Gómez García, que le dieron unos nietos al hombre del marcador que le llenaron de orgullo. No era tan mayor y le quedaban muchas batallas que contar a sus seres queridos y sobre todo a sus vecinos que comentan la marcha de un hombre bueno que pintaba de profesión pero pasó a la historia como el hombre del marcador. Ahora queda el recuerdo para Dolores, sus hijos y nietos que empiezan a recordar con más fuerza a un abuelo feliz.
Amistades
Las directivas de todos los Almerías que conoció lo querían porque era una persona sencilla que siempre estaba al servicio de los clubes y no le importaban las siglas porque lo más grande para el hombre del marcador era su Almería. No pasó factura por el plus de transporte, ya que se tomaba el café y estaba en el campo. Tenía su pasión casi en casa porque el destino quiso que le hiciera Antonio Franco Navarro (q. e. p. d.) un campo al lado de su hogar. Se llevaba bien con las dos aficiones y ya retirado del viejo marcador hasta el último de sus días pasaba fotos y comentarios de fútbol con Manolo García, que lo quería como a un hermano. El destino ha querido que en el día del cumpleaños de Guillermo Blanes, otro amigo del alma, se haya marchado para siempre el hombre del marcador que puso su huella a los goles de todos sus Almerías.
El hombre del marcador está en el Tanatorio Portocarrero y la misa será este domingo a las13:30 en la Capilla.
Inolvidable Juan Gómez.
Tony Fernández
Redactor de Deportes de SER Almería. Llegó a la SER en 1996. Antes, en RNE. Más de 40 años de experiencia...