Pepe Verón: "No somos idiotas"

Zaragoza

No somos idiotas, aunque nos traten como a tales.

Da igual el tema que se trate: el plan hidrológico, un contrato poco afortunado, el caos de las renovables, el espionaje o las olimpiadas de invierno. Los argumentos políticos de uso más habitual oscilan entre el si porque si y el no porque no.

Nos hemos acostumbrado a prescindir del pensamiento analítico, para centrarlo todo en mensajes simples y elementales que sólo transmiten emoción.

La mayor parte de los medios reproducen lo que dicen los políticos sin analizar el mensaje o, peor todavía, tratando de jalear a unos y denostar a otros, siempre a los mismos, y da igual lo que digan.

Pero no es tan fácil como culpar a los medios o a los políticos, pues en un momento en el que los ciudadanos tienen todas las opciones para informarse y formarse una opinión, no lo hacen, ya sea por falta de interés o por pereza.

Así, el debate se hace imposible, en la política y en la sociedad. Los adversarios se tornan en enemigos y se provoca una progresiva polarización. El caldo de cultivo perfecto para el populismo que está ocupando cada vez más espacio en la vida pública.

¿Cómo elegir entre el sí a todo y el no a todo sin ningún atisbo de lógica o de crítica?

Qué quieren que les diga, casi se echan de menos argumentos más complejos como aquel: "un plato es un plato y un vaso es un vaso".