Informe 55: Abolir la prostitución

Zaragoza

Abolir la prostitución es el objetivo de la proposición no de ley con la que el PSOE ha iniciado los trámites parlamentarios para prohibir el proxenetismo. Los socialistas confían en conseguir ese objetivo a finales de año, pero el debate está abierto entre quienes apuestan por prohibir cualquier forma de prostitución y quienes prefieren regularla.

En Zaragoza, las organizaciones que trabajan ayudando a mujeres en contextos de prostitución coinciden en considerar este fenómeno una "clara violencia contra la mujer". La trabajadora social de Médicos del Mundo, al frente del "proyecto de Atención Bio-Psico-Social a personas en contextos de prostitución", Erika Larraga señala que la propuesta de abolición "es muy favorable, aunque no es suficiente para mejorar la situación de vida de estas mujeres porque harían falta más políticas públicas abolicionistas". La directora del Centro Fogaral de Cáritas Zaragoza, Marta Jiménez, propone "recursos y mecanismos que sostengan a las mujeres que quieren abandonar la prostitución, con coordinación de las instituciones y presupuesto suficiente".

Entre las mujeres que ejercen la prostitución, es complicado encontrar testimonios. Durante un juicio en la Audiencia Provincial de Zaragoza el año pasado, en la sala se escuchó la grabación de la llamada telefónica de una mujer que relataba que había sido obligada a ejercer la prostitución durante 10 años en un piso de la calle Bolivia de Zaragoza. "Durante una orgía desde un viernes hasta el martes, yo no podía más, estaba muy drogada y tuve que prestar servicios durante las 24 horas", relataba a la Policía.

Sin embargo, otras mujeres aseguran que ejercen la prostitución libremente. De hecho, en Zaragoza se están organizando. Su portavoz Eva afirma que están en contra de la propuesta de abolición del gobierno porque "la mayoría de las scorts no están obligadas a ejercer este trabajo, sino que lo elegimos libremente por unos motivos u otros". Esta mujer apuesta por regular el fenómeno y asegura que si se prohíbe la prostitución, "acabará en la clandestinidad, aumentará la violencia e incluso los asesinatos".