El verano de la normalidad previo a un otoño económicamente complicado
El encarecimiento de los combustibles no se va a suavizar, según el profesor de la Universidad de Zaragoza, Marcos Sanso. La inflación va a seguir subiendo
Zaragoza
El verano empieza con dos hándicaps: la huelga de aviación, que presumiblemente afectará a vuelos previstos este mes también en el aeropuerto de Zaragoza, y una inflación desbocada. Es esto último lo que preocupa especialmente a los economistas, sobre todo por la variabilidad de los precios de consumo.
Marcos Sanso, profesor del Departamento de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza, explica que "hay una intensificación del proceso inflacionario" y el mes pasado "los combustibles se han encarecido notablemente".
Una subida de precios que no se suavizará en todo el año. Por eso, advierte, tras el gran verano se divisa, en lo económico, un otoño bastante negro.
El verano de la normalidad y sin restricciones ha empezado para muchos este fin de semana.
El problema está en que estas vacaciones son las más caras de la historia para los economistas, porque el escenario económico en España es complicado.
El precio de los combustibles, en aumento
La inflación supera las dos cifras y está ya en el 10,2%.
"El origen, que es la subida del precio de los combustibles, no parece que se vaya a suavizar; al menos este año", afirma. "Hay una escasez de oferta, no se ve fácil que pueda solventarse y va a continuar".
El problema está, dice Sanso, en que reconducir esta situación no está en manos del gobierno español.
Las medidas están "teniendo poco efecto", indica, "tanto en combustibles, como la subvención a la gasolina, como la electricidad". Para Sanso, "a pesar de estos instrumentos, la inflación sigue subiendo".
E insiste: "los gobiernos nacionales poco pueden hacer y lo único que puede tener efecto - que va a empezar a hacer en Europa - es el Banco Central Europeo, con la subida de los tipos de interés".
Otoño complicado
Por eso ya vaticina que el otoño será económicamente complicado.
"Parece que todo el mundo quiere en el verano disfrutar" porque "llevamos dos años sin pasar un buen verano", apunta.
"No es previsible que la demanda se suavice durante el verano pero el otoño va a ser un cambio radical", sobre todo por una variable, la subida del euribor, que impacta directamente a las hipotecas de tipo variable.