El festival núcleo concluye en Jaca con más de 3000 espectadores y el hallazgo de nuevos espacios culturales
Los conciertos consagraron los glacis de la Ciudadela como nuevo espacio cultural

Concierto de La Habitación Roja en los glacis de la Ciudadela

Jaca
La segunda edición del festival núcleo, que se ha celebrado en Jaca a lo largo de la pasada semana, concluyó en la noche del domingo con un balance muy positivo tanto en asistencia de público como en la calidad y diversidad de los espectáculos organizados. Más de 3.000 personas han estado presentes en alguno de los 15 eventos programados, cuyo concepto temático ha sido el ingenio, la facultad humana para discurrir o inventar con prontitud y facilidad.
Géneros y disciplinas tan variadas como la música, el teatro, la danza, el cine, la pintura, la ciencia o la literatura han sido abordados durante estos días en Jaca. El concierto del cuarteto Almalé en los Jardines de la Universidad, en el sosiego de una noche clásica del verano pirenaico, fue el perfecto colofón a una intensa semana de arte, música, creación y experimentación.
Para Javier Acín, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Jaca, “desde la multitudinaria apertura de la exposición de El Yako hasta los últimos acordes de Almalé, todo el festival núcleo ha sobrepasado nuestras expectativas y, lo que es más importante, las de nuestro público. Y es que núcleo se ha hecho mayor de repente, con solo dos años ha alcanzado la madurez y ha ocupado ya el lugar que tenía destinado en la vida cultural jacetana”.
Javier Acín destaca que “núcleo siempre tuvo vocación de mostrar nuestros talentos más próximos a la misma altura que los artistas invitados: el propio Yako, Emma Sánchez, Ferrer Lerín, Luna Goñi, Eduar y su grupo de artistas locales. Y queremos que siga siendo un referente de creación artística, de reflexión intelectual, de ciencia y tecnología”.
Los conciertos consagraron los glacis de la Ciudadela como nuevo espacio cultural
La mirada al arte local, junto a artistas y creadores consagrados como Pecker o La Habitación Roja, no ha sido solo una decisión que afectaba a la programación sino también a los espacios, observados estos como parte esencial del mismo proceso creativo. “Así, la ciudad ha descubierto que los glacis de la Ciudadela, con el imponente edificio del abandonado Seminario de fondo, pueden ser zona de esparcimiento, almacén de memorias bélicas que nos remiten a un pasado lejano y también, desde ahora, escenario para que suene la música. Los conciertos del viernes y sábado por la noche, rodeados de una inhabitual expectación, corroboraron el acierto de la arriesgada apuesta”. Para Acín, “ha sido un regalo más para artistas y público que han manifestado su satisfacción y nos han animado a incorporarlo en próximas actuaciones”.
El Festival núcleo 2022 se ha caracterizado por su eclecticismo. Con la célebre inscripción de Andrés Vesalio: “Vivitur ingenio, caetera mortis erunt; el genio sobrevive, todo lo demás no”, como divisa, los artistas que han pasado por los diferentes escenarios de Jaca han sido un buen ejemplo de la capacidad que tiene el talento y la cultura como elementos transformadores y transgresores. Destacó la puesta en escena en primicia de la pieza teatral “Diana”, de la joven artista jaquesa Emma Sánchez, que exploraba la mirada interior de diversas mujeres, de la vida y sus decepciones.
En la noche del viernes, en el inédito escenario de la Ciudadela, se vivió uno de esos momentos fundacionales que inaugura un género: Eduar Hernández, acompañado para la ocasión de músicos de la talla de Mario Cantabrana, presentó su propuesta de flamenco pop, con bases de jazz, conga o electrónica, que bien podría bautizarse ya como “flamenco jaqués”, pues todos los que comparecieron sobre el escenario tienen en Jaca su base de operaciones e inspiración.
El Festival núcleo 2022 se cierra con buen sabor de boca, excelentes sensaciones y la convicción de que el proyecto, que comenzó tímido el pasado año entre los miedos de la pandemia y la vulnerabilidad de las medidas sanitarias, tiene largo recorrido y enormes posibilidades. Así lo confirma Javier Acín, quien señala que “no se puede decir que haya venido a cambiar la cultura sino a expandirla en disciplinas, formatos, espacios y públicos; aunque realmente para gran parte de la población ha supuesto una bocanada de aire fresco, del que casual y físicamente también andamos muy necesitados”.




