Los vecinos del Moncayo vuelven a casa
Los últimos que tuvieron permiso para regresar, anoche, los de Añón de Moncayo
Zaragoza
Los vecinos de Añón, Vera, Alcalá, Ambel, Bulbuente, Trasmoz Talamante y El Buste pudieron volver ayer a sus hogares. Los únicos que no han podido regresar son los de la pedanía del Santuario de la Misericordia. El Gobierno de Aragón ha advertido de que, aunque el incendio esté estabilizado, no significa que el fuego esté controlado por lo que pide "prudencia.
A lo largo de la tarde de ayer, se retiraron los efectivos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y de las comunidades autónomas de La Rioja, Navarra y Castilla la Mancha, así como una sección de la UME. Han seguido trabajando durante la noche 6 cuadrillas terrestres, 6 autobombas, un APN, un bulldozer, una sección de la UME y dos nodrizas de la Diputación Provincial de Zaragoza.
El Moncayo vuelve a casa
A la una de la tarde, el Centro de Coordinación Operativa Integrada (CECOPI) ha notificado que los vecinos de los pueblos afectados por el incendio del Moncayo podrían volver a sus casas a medida que se fueran garantizando los suministros de electricidad y agua. Una noticia más que esperada por los vecinos que han retornado a sus pueblos con la angustia de conocer la devastación que ha dejado tras de sí el fuego. Minutos después de terminar de comer en el polideportivo de Borja, la noticia suena por megafonía en medio de un gran aplauso. Toca recoger a toda prisa y coger los coches para volver al pueblo.
"Hemos pasado muchos nervios por poder volver a casa. Queríamos ver como estaba el pueblo y toda la gente que se había quedado. He sentido unas emociones muy intensas nada más ver la zona... Estamos viviendo el momento intentando hacer piña para poder salir adelante, aunque sea difícil", explicaba uno de los vecinos de Alcalá del Moncayo.
Alcalá, más unido que nunca
En Alcalá de Moncayo el 15 de agosto tenían que celebrar el día grande sus fiestas con misa y procesión. Sin embargo, lo que antes eran árboles y cultivos ahora es un manto negro, dejando las fiestas patronales en mucho más que un segundo plano.
El pueblo se eleva ahora sobre un enorme montículo cuyas laderas han quedado arrasadas. Y aunque las llamas no han llegado al casco urbano, los vecinos de Alcalá están ahora más unidos que nunca. "No hay casas afectadas, algunos no hemos sufrido daños... Poco a poco saldremos de esta. Pero es duro, está todo bastante afectado. Aunque ahora, eso sí, estamos todos más unidos que nunca", relataba una vecina.
Pero no todos retornan porque no todos se fueron. Pese a las órdenes de evacuación, En Alcalá una docena de hombres y mujeres se enrocaron y dijeron que de su pueblo no se movían. En el recuentro, el alcalde, se lo reconocía. "Si no nos quedábamos nadie se nos quema el pueblo. Los que nos hemos quedado ha sido para coordinar a los bomberos, ayudarles a todo, recogerles las mangueras, y en definitiva, apoyar en las tareas de extinción. También les llevábamos a los sitios. porque no se conocen la zona", explicaba el edil.
"No sabíamos como nos íbamos a encontrar las cosas. Las personas que se habían quedado en el pueblo nos daban un poco de información pero, hasta que no llegas aquí y lo ves, no te quedas tranquilo", relataba una vecina de la zona.
Enrique, vecino de Alcalá que tiene muy claro por qué no se quiso mover de su pueblo: "Si no hubiera sido por los vecinos se hubiera vaciado el pueblo y se hubiera quemado. Todos los conatos que se hubieran formado en pajares hubieran acabado con el pueblo. La gente se ha quedado para defender lo que es suyo, porque es lo suyo".
Y aunque el incendio no esté apagado, los vecinos de la zona explicaban que "ahora toca solucionar problemas". "A ver si nos mandan brigadas de limpieza para las cenizas. También tendremos que pedir reforestación, o lo que haga falta", porque, dentro de lo que cabe, "ha frenado a tiempo y estamos todos bien, que es lo más importante", explicaban varios de los vecinos de la zona.