Ambigüedad y falta de tiempo en la primera semana con las medidas de ahorro energético en los establecimientos de Aragón

Zaragoza

Una norma "ambigua", "confusa" y precipitada, porque "nos ha faltado tiempo". Es la primera valoración que hacen desde la hostelería y desde el comercio de Aragón tras la puesta en marcha hace una semana del decreto de ahorro energético del Gobierno de España.

Lo señalan desde las asociaciones HORECA y ECOS, que están adaptando sus establecimientos para cumplir con la norma; locales y negocios que no son todos iguales, aunque las medidas sí, y que conllevan gastos añadidos.

Temperaturas

Este decreto contradice, por ejemplo, medidas sanitarias en las cocinas. El presidente de HORECA, la Asociación Profesional de Empresarios de Hoteles y Restaurantes de Zaragoza (HORECA), Fernando Martín, explica que "en los cuartos de trabajo y cocinas no puede estar la temperatura a más de 25 grados; tenemos ahí un desfase que es difícil de cumplir".

A esto se añade las dificultades para mantener la temperatura en los locales "porque hay algunos que son grandes, otros pequeños". Es decir, "dependiendo de la capacidad que tenga, no es lo mismo un local con 80 personas que con 20".

Es más, "hemos tenido conversaciones con el Gobierno de Aragón para que se hubiera podido pedir una moratoria a través de CEOE Aragón, de implantación, más que nada porque no daba tiempo", incide.

Puertas cerradas

Y más dudas: las puertas cerradas en los negocios. El presidente de la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza y Provincia (ECOS), Antonio Tornos, se muestra cauto. "Nos da miedo que la puerta esté cerrada cuando acabamos de salir de una pandemia del covid donde nos decían que había que ventilar y que hubiera corriente", reflexiona.

Desde esta federación, recuerda, se han instalado medidores de CO² y "ahora nos dicen que cerremos las puertas y subamos la temperatura a 27 grados. ¿Ya no hay peligro con el covid? Es una situación muy complicada", remarca.

Variedad de negocios

Pero, además, no todos los negocios son iguales. "Por ejemplo, una peluquería: no le puedes obligar a que tengan la temperatura a 27 grados", porque "nadie va a ir a cortase el pelo o hacerse la permanente" o un fisioterapeuta o una tienda de ropa, donde "si entras y estás sudando y sudas más, creo que es poco higiénico".

La norma "es confusa", resalta Tornos, porque "el pequeño empresario no se hace idea de lo que hay que hacer".

No obstante, los establecimientos ya han recortado gastos e implementado - desde hace tiempo - medidas de eficiencia energética. Ahora se tienen que rascar, de nuevo, el bolsillo, "gastos extra, como la cartelería o las pantallas, que creo que va a costar un poco más en implantar", apunta Fernando Martín, de HORECA.

Excepciones: los museos

El decreto tiene excepciones, como laboratorios, hospitales o museos, que están exentos de que la temperatura esté a 27 grados.

En el Museo Goya de la Fundación Ibercaja se aplica el real decreto en oficinas y en zonas comunes pero, por la convención internacional de conservación de obras de arte, las salas tienen que mantener los grados y la humedad estables y por debajo de los parámetros que marca el decreto.

La climatización tiene que estar controlada 24 horas, los 365 días al año, para garantizar la integridad de pinturas, papel o esculturas.

Cristina Rubio, subdirectora del Museo Goya y responsable de Patrimonio de esta fundación, explica que "la oscilación máxima de la temperatura tiene que ser entre 2 y 5 grados (entre 20 y 24 grados) y lo más importante es la humedad (en torno al 50%), que es el más nocivo de los agentes ambientales, y se controla con la temperatura, que nunca puede superar los 27 grados". Una norma que cumplen todos los museos.

La Fundación Ibercaja ha obtenido por tercer año consecutivo el Sello Cálculo, que otorga el Ministerio de Transición Energética, que mide la huella de carbono. Además, están sustituyendo la iluminación de halógenos por LED de forma progresiva.