Empezar de cero y con un nuevo trabajo
El Consorcio de Entidades para la Acción Integral con Migrantes (CEPAIM) explica que para los refugiados afganos licenciados resulta imposible trabajar en sus oficios
Zaragoza
367 son los refugiados afganos que hace unas semanas llegaron a España. 65 de ellos tendrán como último destino Aragón. Desde el Consorcio de Entidades para la Acción Integral con Migrantes (CEPAIM) acompañan a personas como ellas para afrontar el choque cultural y comenzar una nueva vida.
El principal objetivo de estos programas de ayudas, además de una vivienda y una correcta adaptación, es poder conseguir un trabajo. Para ello, "tienen apoyo de trabajadores sociales, de técnicos de acogida, mediadores interculturales, abogados, psicólogos y, por supuesto, una persona que les ayuda a encontrar empleo", explica Pilar Bernardó, directora autonómica de la fundación CEPAIM en Aragón. "De lo que se trata es de que estas personas se inserten en nuestra sociedad y sean autónomos e independientes", matiza.
Uno de los grandes problemas es que, muchas veces, estos refugiados no pueden ejercer sus profesiones. "Las personas refugiadas pueden ser, en su país de origen, un ingeniero civil, como es el caso de Nassim, o un traductor licenciado en Filología Hispánica, como Nabur; pero que aquí tendrán que trabajar de 'oficios'. Los títulos no los tienen, y si los tuvieran la convalidación es muy larga", asegura Bernardó.
Del total de refugiados, 216 son adultos y 141 son menores. Precisamente ellos, los menores, son los que mejor se adaptan. "Se les matricula en el colegio nada más llegar y se adaptan con una facilidad increíble", apunta, "aprenden castellano enseguida... solo necesitan otros niños para jugar".
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