Actualidad

Fuego, limpieza del monte y despoblación: los incendios abren el debate sobre la política forestal

La pescadilla que se muerde la cola. La despoblación influye en la virulencia de los incendios y el fuego, a su vez, acelera la marcha de los agricultores y ganaderos afectados.

Imagen de la reunión entre alcaldes del Moncayo y Gobierno de Aragón / Eva Sánchez Ballesteros

Zaragoza

El consejero Joaquín Olona reconocía ayer que normativas como la Ley de Montes puede volverse en contra del medioambiente que pretende proteger. Acudirá al Ministro Planas con ejemplos concretos de estos dos grandes incendios aragoneses que demuestran cómo la normativa medioambiental ha propiciado, en casos muy concretos, que la falta de limpieza de los montes ha actuado como acelerante del fuego.

Alcaldes, ganaderos y agricultores pedían ayer al consejero Olona una nueva gestión forestal que dé más protagonismo a la gente del territorio y ayude a mantener limpios los montes. "Teníamos que haber evitado que el incendio se produjera, y eso se hace dejándonos a los agricultores y ganaderos gestionar nuestros campos", asegura Alberto Val, presidente de la comarca de Tarazona y el Moncayo.

El consejero de Agricultura y Medio Ambiente, Joaquín Olona, comparte con alcaldes, ganaderos y agricultores que la despoblación favorece los grandes incendios que, a su vez, aceleran el abandono del campo, "precisamente en el decreto de Ateca el objetivo era evitar el abandono de las explotaciones, porque está claro que para la despoblación bueno no es", apuntaba en el Monasterio de Veruela.

Ley de Montes

Los moncaínos ahora y los agricultores de Ateca antes, piden un cambio en las políticas forestales, especialmente en la Ley de Montes, para que se permita actuar más en el campo y favorecer su limpieza. El consejero admite que, a veces, la propia normativa puede ir en contra de lo que pretende proteger, "la propia Ley de Montes y otras normas ambientales están impidiendo el objetivo que esas mismas normas persiguen".

Los agricultores y ganaderos ponen ejemplos de estas contradicciones medioambientales como las autorizaciones para las quemas de rastrojos, la limpieza de caminos o los cauces de los ríos. Olona reconoce que la falta de limpieza del monte ha actuado de acelerante del fuego tanto en Ateca como en el Moncayo, "hemos constado cómo las parcelas agrícolas abandonadas, que es cierto que no les dejamos tocar, es cierto que se actúan como auténticos focos de aceleración y fomentan la propia virulencia del fuego"

Pero reconoce que no solamente se trata de leyes autonómicas, si no también estatales a las que están supeditada la normativa aragonesa. No obstante, el propio consejero trasladará estos ejemplos concretos al ministro de Agricultura Luis Planas, para que tome nota de estos hechos.

Incendios y despoblación

De lo que se trata es de que ahora los incendios no actúen como dinamizantes de una despoblación de la que vienen adoleciendo comarcas como la del Moncayo en las últimas décadas, que ha perdido población de forma progresiva e imparable. En 1950 contaba con cerca de 22.400 habitantes. En esta segunda mitad del siglo XX la mecanización del campo y la industrialización de las grandes ciudades, especialmente Zaragoza, actuaron como incentivos de la fuga de población a otras localidades. En este periodo, la comarca perdió cerca de un 40 por ciento de la población.

Comenzó el siglo actual con poco más de 14.000 habitantes y, actualmente, contabiliza cerca de 13.800, según datos del Instituto Aragonés de Estadística. Se ha mantenido por tanto la tendencia a la pérdida de población pero en menor medida que en las décadas anteriores.

Si nos centramos en la cabecera de comarca, Tarazona, es la que va aguantando la población, que ronda los 11.000 habitantes. En lo que se refiere a los pueblos de la comarca más afectados por el incendio, desde principios de este siglo XXI, Vera de Moncayo ha pedido un cuarto de su población, Añón un treinta por ciento, El Buste se desangra poblacionalmente pasando de 104 habitantes a 69 y Alcalá es el único que había subido en población sumando 25 habitantes en los últimos 20 años