Actualidad

La odisea de encontrar piso en Europa siendo universitario

Los precios son desorbitados, las ayudas no cubren los gastos y las residencias universitarias cuentan con más solicitudes que plazas

Plaza del Duomo de Milán / Buena Vista Images

Zaragoza

Empieza el curso, los cambios y también los erasmus. Muchos estudiantes Erasmus despegan estos días desde España para llegar a lo que será su hogar durante los próximos meses. Al menos, los más afortunados. Otros estudiantes deciden ir a probar suerte o se agarran a las escasas viviendas que encuentran para poder viajar. Es eso, o nada. Encontrar piso en Europa puede resultar, para algunos, más que una odisea.

Sin billete de vuelta

La moda, la gastronomía y las ganas de vivir una experiencia internacional impulsaron a María Melús, estudiante de Periodismo, a irse de erasmus y comprarse un billete de ida pero no de vuelta a Milán. Un plan que, al principio, sonaba demasiado bien. Sin embargo, alquilar una habitación en lugares como Italia, Bruselas o Dinamarca puede llegar a costar cerca de 600 euros mensuales. Los precios son desorbitados y las ayudas no cubren los gastos. "Cuando comencé a buscar una vivienda en Milán, había muchas agencias que pedían cerca de 800 euros al mes por una habitación individual. Y casi 600 por una compartida. Esas cifras eran lo mínimo, de ahí, para arriba", explicaba María.

En Milán, las plazas en las residencias universitarias públicas son algo más baratas, y por consecuencia, también muy limitadas. Pero María no tuvo la suerte de conseguir una. Y aunque confiesa que no comenzó la búsqueda con demasiado tiempo, a poco menos de una semana de su viaje todavía no tenía un lugar donde vivir. "Todo está muy caro y los precios son disparatados. Encontrar piso es casi misión imposible", apuntaba María.

Y aunque ahora ha encontrado una vivienda, asegura que ha sido una misión "casi imposible". Si a eso le sumas las escasas ayudas que reciben los estudiantes Erasmus, casi una odisea. "Con menos de 300 euros al mes, no se cubren ni los gastos de alojamiento", relataba María.

No es tarea fácil

La vida sube en todos los países, las estancias erasmus también. Este problema no se queda solo en Milán. En Lieja, una pequeña ciudad de Bélgica, la situación es similar. Elisa Manero es una de las miles de estudiantes que acaban de llegar a la que será su nueva casa durante los próximos meses pero confiesa, que no fue una tarea fácil. "Me costó bastante encontrar una vivienda asequible. Y eso, que empecé muy pronto a buscar y mirar opciones. Los precios de las residencias eran desorbitados y los pisos escaseaban desde marzo", confiesa Elisa.

Aunque ella ha tenido algo más de suerte, algunos de sus compañeros, no tanto. "Algunos han decidido irse de Erasmus sin piso porque no encontraban opciones asequibles. Irán allí a probar suerte y los pisos de manera presencial, no a través de una pantalla. Para muchos, a falta de opciones, es un procedimiento más seguro. No les queda otra. Pero si cuando buscas con antelación no hay mucho... Cuando se llegué al destino no sé cuantas opciones viables podrán quedar", contaba Manero.

Pese a todo, son miles los estudiantes universitarios que siguen apostando por el programa Erasmus. Viajes, nuevos amigos, idiomas y toda una experiencia de vid. Así que, ante esta situación, paciencia y tiempo. Eso sí, tiempo, se necesita mucho.