Ocio y cultura

La Comarca de La Ribagorza saca a relucir las fortalezas del turismo científico

El pasado sábado se celebró el I Foro de Turismo Científico y Ciencia Ciudadana de Aragón

Graus

La irrupción del turismo científico como realidad de progreso y concienciación medioambiental de la sociedad identificó las conclusiones del I Foro de Turismo Científico y Ciencia Ciudadano de Aragón celebrado el pasado sábado en el Espacio Pirineos de Graus. Este evento, pionero en Aragón, organizado por la Comarca de La Ribagorza e impulsado por la empresa Pirinature, sirvió de punto de encuentro entre emprendedores de un nuevo modelo de desarrollo turístico y de puente con el público interesado en conocer experiencias que confían en esta nueva dirección.

Tras el discurso de bienvenida de Gema Betorz, alcaldesa de Graus, Marcel Iglesias, presidente de la Comarca de La Ribagorza, fue el encargado de abrir el foro en una presentación en la que subrayó la trascendencia “de la ciencia como camino que nos enseña a progresar como sociedad”.

Coincidiendo con la celebración en 2022 del Año Internacional del Desarrollo Sostenible de las Montañas, el apoyo de la institución comarcal a este evento se enmarca en el compromiso por activar campañas y mecanismos de conciencia sobre los efectos que tiene sobre el medio ambiente la acción del ser humano. “Hay que compaginar el apoyo a estilos turísticos tradicionales, que deben ser menos agresivos con el medio, avanzando hacia la descarbonización o el reciclaje, con nuevos modelos deferentes, donde el turismo científico tiene un espacio de futuro esencial”, indicó Marcel Iglesias, que agradeció la financiación recibida desde el Departamento de Educación Ambiental y Cambio Climático del Gobierno de Aragón para la organización de este foro pionero.

Ánchel Belmonte, del Geoparque Mundial UNESCO Sobrarbe-Pirineos; Eugenio Rojas, de la Red Transfronteriza de Educación Medioambiental Pirineos Vivos; y Juan Ignacio Gil, de la Fundación Quebrantahuesos arrancaron el programa con la mesa de debate ‘La ciencia ciudadana y la educación ambiental. El papel de las asociaciones’. La ciencia ciudadana involucra a la sociedad en la conservación a través de un proceso científico, siendo una fuente de información rica para los investigadores desde el desarrollo de visitas guiadas en el mismo medio. Un buen ejemplo es Phenoclim, un programa de implantado en toda la cordillera pirenaica para el seguimiento de los efectos del Cambio Climático sobre la flora, que lleva más de 5.000 observaciones, con 111 observadores y

145 zonas de rastreo y que ha identificado cómo los árboles adelantan más su ciclo en la primavera y lo atrasan en el otoño.

“Estas visitas son una oportunidad para que los turistas conozcan la función de conservación en el mismo lugar y tengan una experiencia más allá de conocer un lugar. En la Fundación Quebrantahuesos hemos acreditado más de 7.000 personas en los últimos cuatro años”, indicó Juan Ignacio Gil. En esta mesa se percibieron distintas formas de estructura, financiación y organización para acometer proyectos de ciencia ciudadana.

La bióloga Helena Parga, de la empresa Pirinature, y Leopoldo García Sancho, catedrático de Botánica en la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense, mostraron a continuación su colaboración para cifrar los efectos del Cambio Climático en el retroceso de los glaciares del Pirineo desde la utilización de la liquenometría en el Macizo de Maladeta de Ribagorza. Esta iniciativa sirve para acercar a la sociedad ribagorzana a una problemática medioambiental y proporcionar la información que muestran estos bioindicadores para la realización de una investigación científica. Esta iniciativa, apoyada por la Comarca de La Ribagorza, ha realizado salidas de campo junto a profesionales de la montaña y vigilantes medioambientales del Parque Natural Posets Maladeta, que se completará con una tercera experiencia dirigida a vecinos y vecinas de Ribagorza. “Es importante esta labor sobre todo porque lo desconocido no se conserva”, indicó la bióloga Helena Parga.

La sesión de tarde contó con la presencia de Begoña García, del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC) del proyecto ‘Adopta una planta’, red aragonesa que coordina a 200 observadores de la flora pirenaica; Sara Arjó, impulsora del seguimiento de los murciélagos como recurso turístico dentro de la acción de la empresa medioambiental ‘Verd e Blue’; e Ismael Sanz, de SOS Anfibios Aragón, que fomenta la curiosidad por el mundo de los anfibios y ha implantado una red de charcas en centros escolares. Los tres interlocutores subrayaron el interés creciente sobre el turismo científico y su rentabilidad como anclaje empresarial y laboral. En este punto, los certificados ecológicos suponen una garantía para los turistas a la hora de apostar por contratar estos servicios. Además, detrás de cada proyecto tiene que existir un protocolo de control y una gestión de datos recogidos porque con ellos serán los científicos quienes decidan si hay alguna afectación debido al Cambio Climático.

Dos talleres, sobre en la identificación de líquenes y su papel como bioindicadores, y de apicultura, conociendo la función de las abejas, su contribución directa e indirecta con la naturaleza y el ser humano y los efectos que sobre ellas incide el Cambio Climático, pusieron la parte práctica de un foro que nace con el estímulo de convertirse en un

referente en Aragón. Durante el encuentro, se calculó la huella de carbono del mismo y se reivindicó la necesidad de organizar eventos más sostenibles.

 
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